El 90% de los bebés europeos ha usado pañales con sustancias tóxicas peligrosas
Más de 14 millones de niños europeos podrían sufrir «enfermedades potencialmente graves como cánceres o alteraciones endocrinas»
Nueve de cada diez bebés europeos han estado expuestos a sustancias químicas tóxicas encontradas en pañales. Es la conclusión que extrae la Agencia Francesa de Seguridad y Salud Alimentaria, Ambiental y Ocupacional (Anses por sus siglas en francés), después de analizar las marcas de pañales desechables más vendidas en Europa y encontrar 38 sustancias químicas de «elevada preocupación» en estos productos. Según el organismo, esta exposición temprana pone a los bebés en riesgo de padecer «enfermedades potencialmente muy graves» en el futuro.
En el estudio, realizado entre 2018 y 2019 y recogido por Ecologistas en Acción, Anses analizó 51 muestras de los pañales para bebés más vendidos en Francia, incluidos los denominados ecológicos. La Agencia francesa asegura que la muestra analizada es representativa del mercado europeo y que los pañales tóxicos representan un riesgo común en todo el continente. No obstante, Anses ha preferido no hacer pública la información sobre las marcas analizadas y los resultados obtenidos por cada una de ellas.
El informe determina que la mayoría de las sustancias químicas detectadas son disruptores endocrinos. «Los disruptores endocrinos son sustancias químicas, a veces presentes en la naturaleza y otras veces de origen artificial, capaces de alterar el funcionamiento de los sistemas hormonales», explica a THE OBJECTIVE Javier Martínez Martín, endocrinólogo del Hospital Universitario Dr. Negrín de Las Palmas de Gran Canaria y de Hospitales Universitarios San Roque.
La Endocrine Society sostiene que las sustancias químicas disruptoras endocrinas son peligrosas en cualquier concentración y lo que no tienen un nivel de exposición seguro, por lo que ningún producto de consumo debería contener este tipo de sustancias.
Más de 14 millones de niños afectados
Anses calcula que 14 millones de niños europeos podrían sufrir «enfermedades potencialmente graves, variables y latentes que afecten a su calidad de vida como cánceres, alteraciones endocrinas o efectos reprotóxicos». Además, la población infantil es especialmente vulnerable a las sustancias químicas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
«Se han identificado cerca de 2000 agentes químicos presentes en el medio ambiente, en productos industriales de consumo o en los alimentos con capacidad potencial de afectar el funcionamiento hormonal humano, especialmente de los sistemas reproductores (estrógenos, testosterona etc.) y tiroideo», señala el endocrinólogo.
Una de las 38 sustancias tóxicas encontradas por Anses fue el formaldehído, que está clasificado como cancerígeno en humanos, mutagénico y es susceptible de provocar reacciones alérgicas en la piel. La peligrosidad de estas sustancias ha llevado a que «cientos de ellas hayan sido prohibidas o reguladas en sus concentraciones máximas en alimentos o productos de consumo por agencias como la FDA norteamericana y la Comisión Europea», advierte el doctor Martínez. Es precisamente el caso del formaldehído, que está prohibido en la fabricación de juguetes y otros productos de consumo por las agencias reguladoras.
El especialista informa de que «el formaldehído está presente en la atmósfera de forma natural e incluso lo producimos en pequeñas cantidades, por lo que siempre ha estado presentes en nuestro organismo. Sin embargo, no hay duda de que exposiciones intensas y prolongadas (habitualmente profesionales) se asocian con cáncer de tracto respiratorio y leucemia mieloide».
Además se han identificado otros residuos de procesos industriales, todos ellos con perfiles toxicológicos muy peligrosos para la salud. Entre ellos, diez sustancias químicas de la familia de los HAP (hidrocarburos aromáticos policíclicos), que están catalogados como cancerígenos para los seres humanos. También se han encontrado en los pañales 12 PCBs (bifenilos polifluorados), compuestos prohibidos en todos los productos desde 1987; y 15 sustancias químicas de las familias PCDD (dioxina) y PCDF (furano), que provocan impactos tóxicos hepáticos, inmunológicos, neurológicos, metabólicos, endocrinos y reproductivos, entre otros.
«Una amenaza urgente para la salud»
Javier Martínez comenta a este diario que «actualmente los disruptores endocrinos se consideran una amenaza urgente para la salud de la población y para los ecosistemas, y se realiza una enorme cantidad de investigaciones sobre sus efectos». No obstante y, aunque la lista de compuestos químicos con sospecha de efectos disruptores endocrinos es muy extensa, «es difícil demostrar relaciones de causa/efecto, porque las relaciones con las dosis no son lineales, las posibilidades de combinaciones de efectos entre distintas sustancias son casi infinitas, y los efectos pueden demorarse a veces durante décadas». Y pone el ejemplo del cáncer de mama, que «hacia los 50 años puede estar relacionado con exposición a agentes químicos durante la gestación, lo que obviamente hace muy complicado obtener conclusiones».
Tras publicar los resultados, Anses realizó un seguimiento en 2020, un año después del estudio, y analizó nueve de las marcas de pañales implicadas. En esta ocasión únicamente se identificó la presencia del formaldehído. Aunque esta reducción de toxicidad supone un paso adelante, desde la Agencia están convencidos de que la contaminación química puede reaparecer, por lo que se solicitó a la UE que limitara estrictamente esta clase de sustancias en los pañales.
Las instituciones de la UE se han opuesto a esta propuesta. La Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos reconoce los riesgos potenciales y considera que las sustancias químicas no deberían estar presentes en los pañales, pero también afirma que el organismo francés no ha acreditado suficientemente el riesgo potencial que suponen para los niños.
Efectos de los disruptores endocrinos
Entre los posibles daños y consecuencias ocasionados por los disruptores endocrinos, el doctor destaca:
- Complicaciones del embarazo y el parto, con bajo peso fetal y parto prematuro.
- Alteraciones del desarrollo neurológico, incluyendo pérdida de cociente intelectual y trastornos del espectro del autismo, trastorno de hiperactividad y déficit de atención.
- Obesidad y diabetes tipo 2.
- Trastornos genitales femeninos: síndrome de ovario poliquístico, endometriosis y miomas uterinos, cáncer de ovario y endometrio.
- Cáncer de mama.
- Trastornos de desarrollo testicular: criptorquidia, cáncer testicular y de próstata, reducción de la producción de testosterona y de la calidad del semen.
Bebés que nacen «precontaminados»
Un reciente estudio llevado a cabo por la Universidad de California en San Francisco, empleó una muestra de 171 mujeres embarazadas y descubrió que más de nueve de cada diez tenían cantidades medibles de 19 sustancias químicas y pesticidas diferentes en su cuerpo.
Los investigadores han afirmado que muchas de esas sustancias atraviesan la placenta y llegan a los fetos en desarrollo, reforzando los resultados de un informe de los Institutos Nacionales de Salud que prueba que los bebés nacen «precontaminados» con sustancias químicas.
Tracey Woodruff, directora del Programa de Salud Reproductiva y Medio Ambiente de la Universidad de California y coautora del estudio, ha advertido que el trabajo solo rasca la superficie de lo que los estadounidenses están expuestos y los posibles efectos en la salud. «El embarazo es un momento de enorme importancia para la susceptibilidad a los químicos ambientales, tanto para el feto como para la mujer embarazada», ha asegurado.