THE OBJECTIVE
Sociedad

Los responsables de los exámenes de Lengua se rebelan contra la reforma de la selectividad

Un grupo de docentes carga contra el nuevo diseño de la prueba, que supondría que los futuros estudiantes se examinen de solo un veintisieteavo del temario vigente

Los responsables de los exámenes de Lengua se rebelan contra la reforma de la selectividad

Alumnos examinándose de selectividad este verano en la Universidad de Córdoba. | Europa Press

La propuesta del Gobierno de que la nueva Selectividad tenga menos exámenes, pasando de cuatro a dos, e incluya una prueba de madurez académica que tenga un peso del 75% del total, levantó una gran polvoreda política cuando se presentó el pasado julio, recibiendo amplias críticas por parte de gran parte de la oposición al considerar que se bajaba el nivel y el esfuerzo necesario para acceder a la universidad. Ahora, son algunos grupos de docentes los que se empiezan a levantar contra la reforma: varios coordinadores del examen de Lengua Castellana y Literatura han denunciado en un manifiesto una «reducción inadmisible de los contenidos» lingüísticos que «no va a producir mejores escritores ni mejores lectores». 

En una petición publicada en Change.org, que ya ha reunido más de 2.800 firmas, hasta 13 coordinadores de exámenes de Lengua en diez comunidades autónomas cargan contra dureza contra todo el planteamiento hecho por educación. «La extensión de esta prueba equivale, toda ella, a un tercio de la prueba actual, que, además de un comentario de texto, incluye hoy un análisis lingüístico y una reflexión literaria. Pero como, en sus primeros años, agrupa tres idiomas, en realidad, supone un tercio de un tercio de un tercio del examen actual; es decir, el Ministerio propone que los alumnos se examinen de un veintisieteavo del examen aún vigente«, denuncian.

En este sentido, los docentes critican que esta propuesta se haya redactado sin oír a las universidades, que realizan las pruebas de acceso, al profesorado de Secundaria, ni a los responsables de las pruebas en las comunidades autónomas. «Creemos, por lo señalado en este documento, que el Ministerio debe retirar su propuesta y comenzar una etapa de diálogo con profesores, universidades y sindicatos. El poder político no puede seguir ignorando a la sociedad civil en temas educativos», exigen.

«De implantarse, este supuesto examen eliminaría, de un plumazo, la reflexión lingüística que se ha desarrollado en las clases de todos los idiomas«, aseguran los firmantes del manifiesto, que explican como en la nueva prueba desaparecerían el análisis sintáctico, la descripción de clases de palabras o el análisis morfológico o textual. «Más allá del uso de la lengua, la reflexión metalingüística es un poderoso instrumento de desarrollo cognitivo, análogo a la reflexión matemática, y una competencia que el sistema educativo debería cuidar, no suprimir», recuerdan.

También es de suponer que desaparecería el estudio literario, ya que ni siquiera se menciona en el documento ministerial, algo que según los docentes tendría como resultado que «nuestros estudiantes serían más ignorantes y, al no estudiar las literaturas de sus respectivas lenguas, fomentaríamos la aculturación de nuestros jóvenes, que ignorarían nuestras tradiciones literarias». Además, la nueva EBAU tampoco ayudaría a desarrollar competencias de análisis textual «indispensables para afrontar, por ejemplo, la prueba de madurez.»

Prueba de madurez en duda

Precisamente en esta prueba de madurez que el Gobierno vende como gran novedad de su reforma está, según los profesores que firman el manifiesto, el mayor problema de la reforma. Y es que, aunque reconocen el potencial atractivo de una prueba interdisciplinar, aparentemente orientada a evaluar la madurez y el juicio crítico de los estudiantes, consideran que estas posibilidad se desvanecen al analizar su estructura.

«Constará de veinticinco preguntas, redactadas en las tres lenguas del examen y divididas en dos grupos: preguntas cerradas (es decir, de tipo test) y preguntas semiconstruidas, eufemismo que esconde un simple rellenado de huecos con una palabra o expresión breve. A estas se suman tres preguntas de desarrollo, cuya risible extensión (un párrafo largo o dos párrafos breves) no permitirá, de ninguna manera, evaluar ni la madurez del estudiante ni su expresión escrita», explican en el manifiesto.

«Curiosamente, a esta prueba la denominan ‘de madurez’ y esperan que ejerza presión sobre la práctica docente en Secundaria. Admiramos que nuestros gobernantes lean a Orwell, pero este cambio nominalista no oculta el desastre que supone exigir veintisiete veces menos que ahora y obligar a los profesores a enseñar trucos para rellenar huecos a partir de un texto», concluyen.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D