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El mundo prepara la vuelta a la Luna

Artemis I es un vuelo de prueba sin tripulación, el primero de una serie de misiones para preparar la presencia humana permanente en la Luna

El mundo prepara la vuelta a la Luna

Despegue de la misión Artemis I. | Reuters

Después de varios aplazamientos por motivos técnicos y meteorológicos, la misión Artemis I ha despegado hoy a las 7:47 h (hora peninsular española) desde el modernizado Centro Espacial Kennedy de la NASA en Florida (EE UU). El enorme cohete Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS) ha puesto a la nave Orion rumbo a su destino: la Luna.

El lanzamiento estaba previsto inicialmente para el 29 de agosto, pero problemas con la refrigeración de un motor del cohete SLS primero, una fuga de hidrógeno después y la posterior llegada de los huracanes Ian y Nicole han hecho que el acontecimiento, retrasmitido por la NASA en español, se haya retrasado hasta este miércoles.

Artemis I es un vuelo de prueba sin tripulación, el primero de una serie de misiones cada vez más complejas para preparar la presencia humana permanente en la Luna, donde llegará por primera vez una mujer y una persona de color en los próximos años, así como los futuros viajes a Marte. El nombre de Artemis o Artemisa en la mitología griega hace referencia a la diosa gemela de Apolo (como se denominó a las primeras misiones tripuladas lunares).

Los principales objetivos ahora son comprobar todos los sistemas de Orión en un entorno de vuelo espacial y garantizar que tenga un regreso seguro a la Tierra antes del primer vuelo ya con astronautas en la misión Artemis II.

«Vamos a hacer una misión completa: despegar con el cohete, llegar hasta la órbita de la Luna con la nave Orion y probar todos los sistemas: desde el de propulsión y los sistemas eléctricos hasta caracterizar las capacidades de la nave», ha explicado el ingeniero español Carlos García Galán, del Centro de Investigación Glenn de la NASA que participa en el proyecto.

La duración de este vuelo de prueba será de unos 26 días (25 días, 11 horas y 36 minutos exactamente) y la cápsula, tras recorrer 2,1 millones de kilómetros, amerizará en el Pacífico el 11 de diciembre de 2022. Va a permanecer en el espacio más tiempo que cualquier otra nave para tripulantes sin que esté acoplada a una estación espacial.

Lanzamiento en el cohete más potente del mundo

Otro de los récords de Orion es su sistema de lanzamiento, ya que el cohete SLS de la NASA es el más potente del mundo, capaz de enviar más de 27 toneladas métricas a la Luna. 

A los pocos minutos del lanzamiento se han ido separando sucesivamente sus dos grandes propulsores, los cuatro motores RS-25, la etapa central, los paneles protectores del módulo de servicio y el sistema para abortar el lanzamiento, dejando a Orión unida a la etapa de propulsión criogénica intermedia (ICPS) que lo impulsa hacia la órbita lunar.

Configuración del megacohete Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS). / NASA

Esta maniobra, conocida como inyección translunar, apunta con precisión a un punto sobre nuestro satélite que guía a Orión lo suficientemente cerca como para ser capturado por la gravedad de la Luna.

Viaje a la Luna con un módulo de servicio europeo

Aproximadamente dos horas después del lanzamiento, Orión se separará del ICPS, que desplegará entonces diez pequeños satélites. Estos CubeSats se van a utilizar para estudiar la Luna, realizar experimentos, observaciones científicas y algunos como demostradores tecnológicos.

La cápsula no tripulada Orion, con su módulo de servicio europeo detrás, orbitará alrededor de la Luna. / NASA/Airbus

En su camino desde la órbita terrestre hasta la lunar, Orion se impulsa con un módulo de servicio proporcionado por la Agencia Espacial Europea (ESA) y construido por Airbus que ayuda a ir corrigiendo el rumbo, propulsa la nave y suministra energía.

«El módulo de servicio europeo de Orion tiene los tanques de combustible, los de oxígeno, nitrógeno y agua, todo lo necesario para sostener a una tripulación en el viaje de ida y vuelta a la Luna, además de los sistemas de propulsión»

Carlos García Galán (NASA)

«Es la parte no tripulada de Orion, pero tiene los tanques de combustible, los de oxígeno, nitrógeno y agua, todo lo necesario para sostener a la tripulación en la trayectoria de la Tierra a la Luna y de vuelta. También incorpora todos los sistemas de propulsión. Una vez que el cohete nos deja hacia la órbita de la Luna, el resto de los eventos de propulsión los hace Orion y son todos los motores que están en el módulo de servicio europeo», explica García Galán, que de hecho es el jefe de la Oficina de Integración de este módulo de servicio europeo.

Esta estructura también cuenta con cuatro paneles solares «que es lo que permite estar en el espacio meses en vez de días, y eso es una de las misiones más importantes de Orion: poder mantener la presencia ahí permanente», destaca el ingeniero español.

Orión volará a unos 97 km por encima de la superficie de la Luna en su aproximación más cercana, y luego utilizará la fuerza gravitacional de nuestro satélite para impulsarse a una órbita retrógrada distante a su alrededor, viajando unos 64.000 km más allá de la Luna.

La nave Orión va a volar más lejos de lo que jamás lo ha hecho ninguna nave construida para humanos

Esta distancia es 48.000 km más lejana que el anterior récord establecido durante el Apolo 13 y la mayor distancia en el espacio que ha volado cualquier nave construida para humanos. De la Tierra llegará a estar a 450.000 km.

Durante las semanas de viaje, los ingenieros evaluarán todos los sistemas de la nave, que lleva también tres maniquíes (uno con el nombre del hispano Arturo Campos y dos torsos de mujer) para estudiar la radiación y otros parámetros que experimentarán los y las astronautas.

La nave recibirá otra ayuda gravitatoria de la Luna durante un segundo sobrevuelo cercano para, con la ayuda también de sus motores, acelerar y volver a casa. 

Amerizaje con paracaídas

La misión finalizará con un test de la capacidad de Orión para regresar de forma segura a la Tierra, donde llegará más rápido y más caliente que ninguna otra nave para humanos antes. Entrará a unos 40.000 km/h en la atmósfera terrestre, que reducirá su velocidad a unos 480 km/h, pero esto producirá temperaturas de aproximadamente 2.800 grados Celsius y pondrá a prueba su escudo térmico.

Un sistema de paracaídas ayudará a reducir la velocidad de la cápsula Orion en su regreso a la Tierra. / NASA

Una vez que la nave espacial haya superado esta fase de calentamiento extremo del vuelo, desplegará un sistema de paracaídas. Los dos de frenado se abren primero, a 7.600 metros de altura, y en un minuto reducen la velocidad a unos 160 km/h. Les siguen otros tres paracaídas que ralentizarán el descenso a menos de 32 km/h. Así, Orion realizará un aterrizaje preciso en el Pacifico, a la vista de un barco de la Marina de EE UU.

Rescate en el Pacífico

Frente a las costas de San Diego (California), el Equipo de Aterrizaje y Recuperación de la NASA se encargará de rescatar la cápsula de forma segura tras el amerizaje, en colaboración con buzos de la Armada y meteorólogos de las Fuerzas Aéreas.

El equipo de aterrizaje y recuperación recogerá en aguas del Pacífico a la nave Orion con sus valiosos datos de la misión. / NASA

Junto a otros elementos recuperados de la nave, Orion se llevará a una base naval costera para su traslado al centro Kennedy. Allí comenzará entonces un exhaustivo análisis de todos sus datos.

Cumplir objetivos para futura misión tripulada

Los tres objetivos principales del vuelo de prueba de Artemis I son confirmar la validez del escudo térmico de Orión durante su dura reentrada de retorno lunar, comprobar el buen funcionamiento de los sistemas y operaciones durante todas las fases de la misión, y recuperar la nave después del amerizaje de forma segura.

Una vez superados todos estos retos, junto a la exitosa demostración de la capacidad del cohete SLS, se planteará de forma parecida el primer vuelo con tripulación de la misión Artemis II, prevista para 2024.

El programa Artemis contempla la construcción de la estación espacial lunar Gateway, desde la que se facilitará el retorno de la humanidad a la superficie lunar y la exploración del espacio profundo, empezando por Marte

El programa Artemis de la NASA, en colaboración con socios comerciales e internacionales, contempla otras misiones posteriores, como la III en la que está previsto que pise la Luna por primera vez una mujer, así como la construcción de una estación espacial lunar llamada Gateway.

Este nuevo complejo orbital, que se moverá alrededor de la Luna, servirá como un puesto polivalente desde el que se facilitará el retorno de la humanidad a la superficie lunar y como punto de partida para la exploración del espacio profundo, empezando por Marte.

Futuras naves tripuladas parecidas a Orion viajarán hasta la base lunar Gateway. / NASA Johnson

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