ERC, Podemos y Bildu piden regular la producción, el comercio y el consumo de CBD
Las tres formaciones han solicitado al Congreso dar seguridad jurídica a este producto para evitar la inseguridad jurídica de los comercializadores
ERC, Unidas Podemos y EH Bildu han registrado este jueves en el Congreso una proposición no de ley en la que instan al Gobierno -del que el partido morado forma parte- a regular de forma integral el «cannabis no psicoactivo» como el CBD, para dar seguridad jurídica a su producción, comercialización y consumo.
La iniciativa parlamentaria se refiere únicamente a los productos derivados del cáñamo con valores muy reducidos de THC, es decir, que no afecta a la marihuana propiamente dicha, sino a los productos sin ese componente estupefaciente que se han comenzado a comercializar en los últimos años en Europa.
«Mantener un enfoque restrictivo y contrario a la realidad regulatoria de la Unión Europea relega a España a una situación de atraso y de pobreza e inseguridad jurídica para las personas que producen y comercializan esta planta y sus derivados», dicen los grupos parlamentarios firmantes de esa PNL.
El CBD o cannabidiol es una de las más de 100 sustancias que contiene el cannabis, cuyo uso terapéutico está siendo investigado por importantes empresas farmacéuticas dado que no tiene efectos tóxicos como el THC, y puede encontrarse actualmente a la venta en España en cremas, lociones e incluso cogollos presentados como «flores aromáticas».
No obstante, empresas españolas que se dedican a comercializar cogollos de CBD aseguran que están siendo víctimas de una ofensiva legal para impedir sus actividades, mediante intervenciones de plantaciones y de mercancías que reciben de otros países, pese a la doctrina de la justicia europea que, afirman, descarta considerar esa sustancia una droga.
El CBD, aún pendiente
La Fiscalía General del Estado aprobó en junio del año pasado, para unificar criterios sobre la cuestión, una circular que establece que los cogollos del cannabis deben considerarse estupefacientes, independientemente del «grado o proporción de THC que se encuentre en las partes fiscalizadas de las plantas».
Una cuestión de la que han discrepado ya varios juzgados y audiencias provinciales, que en los últimos meses han absuelto a propietarios de empresas comercializadoras de productos CBD, al concluir que las sustancias que se les incautaron tenían un índice de THC inferior al 1% y, por lo tanto, no podían ser considerados un estupefaciente.
Ahora, los partidos firmantes de la proposición piden desarrollar, a nivel estatal y en torno al concepto de cannabis no psicoactivo, un texto legal que regule todos los aspectos que afectan a las actividades del ciclo de producción de estos productos, así como legislaciones autonómicas en base a las competencias en materia de agricultura, desarrollando las directivas europeas para el cultivo de cáñamo industrial de una manera más precisa.
Entre otras medidas, los partidos proponen establecer en una futura regulación del cannabis no psicoactivo la limitación del porcentaje de THC al 1%, para «así asegurar tanto la ausencia de efectos estupefacientes como un mayor rendimiento de los cultivos y su sostenibilidad conforme al Pacto Verde Europeo», recogen en su texto.
«De lo contrario, España estaría operando en este mercado en clara desventaja clara respecto a los países su entorno», dice la iniciativa parlamentaria de Unidas Podemos, ERC y EH Bildu, que piden a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) una declaración en la que exprese su conformidad con la resolución de la justicia europea relativa a la no fiscalización del CBD.
Actualmente, según esos partidos, la AEMPS interpreta de forma muy restrictiva los convenios internacionales sobre estupefacientes, prohibiendo las flores «solo por la forma que tienen y no por su potencial estupefaciente».