Así son los cursos para hombres que quieren desprenderse de su 'masculinidad tóxica'
La cuarta ola del feminismo considera que los hombres deben «deconstruirse y expresar sus emociones y su vulnerabilidad». Y hay talleres
La cuarta ola del feminismo puso a los hombres en el centro de la diana. Se comenzó a señalar a los varones como los causantes de numerosos males que, muchos, ven en la sociedad actual, y se popularizaron conceptos como masculinidad tóxica, nuevos hombres o nuevas masculinidades, entre otros.
Desde entornos progresistas, y no solo en nuestro país, se apunta a que la igualdad real entre hombres y mujeres no llegará si ellos no toman partido en el asunto, cambian y se desprenden de su presunta masculinidad tóxica. ¿Y qué puede hacer un hombre para ser un nuevo hombre mejorado? ¿Qué es lo que se espera de un varón en la actualidad para contribuir al feminismo?
Seguro que se te ha venido alguna idea a la cabeza, y si eres varón estarás de acuerdo con que, quizá, deberías hacer más en la casa, ocuparte más de los niños o prestar más atención a las demandas —emocionales, de tiempo…— de tu pareja. Y si eres mujer trabajadora, seguro que estarás pensando lo mismo, pero al revés.
Pero, tengas el género que tengas, suponemos que no se te han ocurrido muchísimas cosas más que, según un sector la sociedad, deberían cambiar los hombres desde ya para ser más feministas, como «deconstruirse, aprender a expresar sus emociones o conectarse con su esencia».
¿Existe actualmente la ‘masculinidad tóxica’?
Antes de entrar en harina conviene aclarar unas verdades: es cierto que la mayoría de nuestros abuelos, en España, han sido criados en un entorno en el que llorar no era de hombres, en el que trabajar sí lo era, en el que las mujeres se quedaban en el hogar cuidando de los niños y de la casa, no estudiaban, etc. Esto hizo que muchos abuelos de los que hoy somos jóvenes (y no tanto) no nos hayan dado un beso o un abrazo nunca, o que incluso vieran con malos ojos que las mujeres de la casa salieran a trabajar igual que los varones. Pero esa época pasó hace ya mucho tiempo.
Con la entrada de la mujer en la vida laboral —entre otras muchísimas cosas—, todo empezó a cambiar. De hecho, según el INE, en 2021, 19 millones de personas tenían empleo, y de ellas más de 9 millones eran mujeres. En cuanto a los estudios, en la actualidad, las mujeres son la mayoría entre el alumnado universitario de Grado, con un 55,7% del total, según recoge la estadística Igualdad en Cifras MEFP 2022. Es decir, que hoy en día, un hombre y una mujer estudian y salen a trabajar, no como antaño.
Si le hubiéramos dicho a nuestros abuelos que en 50 años España cambiaría tanto, se hubieran echado a reír. Muchos de nosotros, de hecho, hemos crecido viendo cómo ellos les decían a las niñas de la casa, sus nietas, que recogieran la mesa y que fueran a la compra, ya que eso era «cosa de mujeres». Simplemente, aquellos hombres no sabían que eso, afortunadamente, ya no era así. Que todo había cambiado y que los niños también podían y debían limpiar, tanto como ellas.
Sin embargo, en la actualidad, a nadie en su sano juicio (ojo, seguimos hablando de España, en otros países queda mucho por hacer en este sentido, lamentablemente), se le hubiera ocurrido pensar que recoger la mesa es cosa de mujeres. O que llorar o expresar los sentimientos no es de hombres. O que ellas deben quedarse en casa barriendo, cocinando y cuidando de los niños.
Pues bien, aunque te sorprenda, sí que hay gente que cree que estos antiguos roles de género siguen imperando en la actualidad, bajo el amparo de la mencionada masculinidad tóxica. Y lo más sorprendente es que hay cursos (un tanto singulares) en los que se enseña a los hombres a desprenderse de ella.
Los cursos para los ‘nuevos hombres’, para «aceptar que pueden sentir y conectar con su vulnerabilidad»
Como decíamos al comienzo, la nueva ola feminista nos ha traído muchas cosas, y entre ellas el concepto de nuevas masculinidades. Desde hace unos años, de hecho, es frecuente encontrar libros acerca de ello, en los que se reflexiona sobre el papel de este nuevo hombre en una sociedad en la que el papel de la mujer ha cambiado por completo.
Pues bien, ahora, además de literatura al respecto, hay cursos. Algunos son gratuitos y otros, de pago. Antes de comenzar, conviene que veas en qué consisten algunos de estos talleres, para que te hagas una idea del asunto a comentar:
Los hombres que vemos han decidido acudir a esta especie de campamento para romper con los «patrones tóxicos y machistas asimilados por el hombre desde niño».
Uno de los asistentes asegura a cámara que quiere «aceptar que yo, como hombre, puedo sentir, percibir, pensar de una forma concreta, en la libertad que tengo de elegirlo, (que) es lo que me hace más hombre».
Otros de sus compañeros cuentan que el objetivo es «contar cosas que no puedes expresar en tu círculo de amistades, quitarte máscaras, mostrar y conectar con tu vulnerabilidad y con tu esencia».
Una amplia oferta
Este taller de Valencia que te hemos mostrado anteriormente no es el único. De hecho, en la actualidad hay una amplia oferta. Así que si eres varón y quieres romper con tu masculinidad tóxica y aprender a ser un nuevo hombre, tienes numerosas opciones.
En este taller, titulado Cursos de nuevas masculinidades, por 148-257 euros, un hombre puede asistir a clases para «hacer una reflexión crítica sobre el concepto de masculinidad tradicional; (…) revisar el concepto tradicional de masculinidad, observando cómo la sociedad influye en la creación de los roles de género masculinos, y cómo afecta esto a su autoestima y a su autoconcepto».
También puedes aprender a gestionar las emociones, ya que «a los hombres se les reprimen. (…) A través de diferentes herramientas prácticas, veremos cómo gestionar dichas emociones y cómo mostrarlas de forma saludable». Ojo, al acabarlo te darían «un certificado acreditativo por una consultora en igualdad de género y oportunidades» que avalaría que ya sabes cómo ser un nuevo hombre adaptado al nuevo siglo.
En este otro curso online, también de pago, se enseña más de lo mismo, y se apunta a que «la masculinidad tóxica puede estar relacionada con la confianza en uno mismo y la represión emocional, y estas, a su vez, con ciertos problemas psicológicos que son más frecuentes en los hombres (depresión, estrés, abuso de sustancias…)». Aquí llevan toda la razón, pero quizá convendría más ir a un psicólogo que asistir a un taller para hombres, ¿no?
También hay charlas de ‘masculinidades urgentes’, cursos en universidades y en el Instituto de Humanidades de Barcelona… entre otros.
¿Necesitan los hombres ir a talleres para adaptarse a los nuevos tiempos?
El pasado mes de septiembre, el Ministerio de Igualdad lanzó la campaña El hombre blandengue, enmarcada dentro del Plan Corresponsables, con el objetivo de «poner en valor la gran evolución que se ha producido en la sociedad española en los últimos 40 años y, a la vez, animar a los hombres a seguir viviendo la masculinidad de una forma más comprometida, abierta y sana».
Y el pasado jueves, Más Madrid presentó una proposición no de ley en la Asamblea de Madrid para crear el primer centro de nuevas masculinidades en la capital, para «deconstruir el rol de género dominante y calculador asociado a lo masculino», entre otras cosas más importantes (como ayudar a combatir el suicidio masculino o rehabilitar a maltratadores tras la condena).
Como vemos, el concepto de nueva masculinidad ya está aquí y parece que ha llegado para quedarse. Pero ¿realmente es necesario enseñar a los niños y hombres de hoy en día cómo ser niños y hombres?
¿Los varones del s.XXI necesitan que alguien les diga que pueden expresar sentimientos? ¿No sería mejor ir a terapia psicológica con un profesional si un varón se siente mal consigo mismo o si le cuesta entender sus emociones, como decían los asistentes al taller valenciano?
¿Acaso necesitan ellos adaptarse al nuevo papel de la mujer en la sociedad? ¿O es que hay varones a los que hay que enseñarles en un curso que pueden llorar o sentir miedo o debilidad, como todo el mundo?
En fin, ¿tú qué opinas?