La ONU alerta que el consumo de drogas ha crecido un 23% en una década
Unas 296 millones de personas en todo el mundo consumieron algún tipo de estupefaciente
La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) ha advertido sobre el incremento del número de personas que consumen drogas, cifra que alcanza las 296 millones de personas en 2021, un aumento del 23 por ciento respecto a la década anterior.
«Estamos siendo testigos de un aumento continuo en el número de personas que sufren trastornos por consumo de drogas en todo el mundo, mientras que el tratamiento no llega a todos los que lo necesitan», ha declarado la directora ejecutiva de la ONUDD, Ghada Waly.
«Mientras tanto, debemos intensificar las respuestas contra las redes de tráfico de drogas que se aprovechan de los conflictos y las crisis mundiales para expandir el cultivo y la producción de drogas ilícitas, especialmente de drogas sintéticas, alimentando los mercados ilícitos y causando un mayor daño a las personas y las comunidades», ha añadido.
Además, unas 13,2 millones de personas se inyectaron alguna droga en 2021, un 18 por ciento más de lo estimado, según el nuevo informe sobre drogas de la ONUDD.
«El número de personas que sufren de trastornos por consumo de drogas se ha disparado a 39,5 millones, un aumento del 45 por ciento en 10 años. Solo una de cada cinco personas que padecían trastornos relacionados con las drogas estaba en tratamiento por consumo de drogas en 2021, con disparidades cada vez mayores en el acceso al tratamiento en todas las regiones», señala el comunicado.
Además, el informe reconoce que los jóvenes son los más vulnerables; el 70 por ciento de las personas en tratamiento en África son menores de 35 años.
La organización también ha enfatizado las «grandes desigualdades» que existen entre «el Norte y el Sur global» a la hora de acceder a medicamentos para el tratamiento del dolor, por lo que algunas zonas sienten un impacto negativo «aún mayor»; una de estas zonas es la triple frontera entre Brasil, Colombia y Perú, donde también predominan los delitos relacionados con las drogas.
Las drogas y los conflictos
El tráfico de drogas en la cuenca del Amazonas ha exacerbado otras actividades delictivas tales como la tala ilegal, la minería ilegal, la ocupación de tierras o el tráfico de vida silvestre, lo que causa un «gran daño» a la «selva tropical más grande del mundo», así como a los pueblos indígenas que habitan en ella y a sus defensores.
En Haití, la crisis del país se multiplica a medida que los narcotraficantes explotan la «porosidad» de las fronteras del país para «reforzar sus negocios». En el Sahel, otra de las zonas más azotadas por los conflictos armados, el tráfico de drogas sirve para financiar a grupos armados.
A pesar de que la guerra en Ucrania ha provocado un desplazamiento de las rutas de cocaína y heroína, la organización ha asegurado que el conflicto podría «desencadenar una expansión de la fabricación y el tráfico de drogas sintéticas».
Drogas sintéticas
A pesar de que la prohibición de la cosecha del opio en Afganistán este 2023 puede resultar en una «caída drástica» en su producción, el hecho de dejar sin ingresos a muchos agricultores del país puede provocar que estos comiencen a producir drogas sintéticas.
«La producción barata, fácil y rápida de drogas sintéticas ha transformado radicalmente muchos mercados de drogas ilícitas. Los delincuentes que producen metanfetamina, la droga sintética fabricada ilegalmente dominante en el mundo, intentan evadir las respuestas regulatorias y de aplicación de la ley a través de nuevas rutas de síntesis, bases de operación y precursores no controlados», reza el comunicado.
El fentanilo, que está causando una «epidemia» en América del Norte, y particularmente en Estados Unidos, causó la muerte de unas 90.000 personas por sobredosis en 2021.