El imperativo "salirle": una palabra imposible de escribir en español según la RAE
La Fundéu explica las peculiaridades ortográficas que impiden la escritura adecuada de esta palabra
El idioma español se destaca por su riqueza y diversidad, con una amplia variedad de palabras para describir un mismo concepto. Sin embargo, también posee ciertas peculiaridades, como aquellas palabras que, por más agradable que pueda sonar su combinación, no se pueden escribir de manera correcta.
Un ejemplo notable de esto es el imperativo de la palabra «salirle», que ha planteado un desafío para los hablantes y escritores del español. La Fundación del Español Urgente (Fundéu) ha expuesto las razones detrás de las normas ortográficas que impiden su correcta escritura.
El dilema ortográfico del imperativo «salirle»
Hace siete años, un usuario planteó una consulta a la Real Academia Española sobre la adecuación de la escritura del término «salirle». La Fundación del Español Urgente (Fundéu) tomó la responsabilidad de explicar por qué las normas ortográficas actuales no permiten escribir esta palabra de forma correcta.
Cuando se combina la forma verbal «sal» del verbo «salir» con el pronombre enclítico «le», se presenta una singularidad ortográfica. La simple unión de estas dos palabras da lugar a «salle», que debería pronunciarse como «/sá.lle/» o, en caso de yeísmo, «/sá.ye/». Cabe destacar que esto no debe confundirse con la expresión «sale al paso», que corresponde a la tercera persona del presente del mismo verbo y no presenta ninguna dificultad. Esta explicación se recoge en el texto que también fue divulgado por ‘Wikilengua del español’.
Además, se suma el hecho de que el uso del guion no está aceptado desde 2010, cuando se negó su validez. Por lo tanto, «sal-le» en cualquier expresión (como «sal-le al paso» o «sal-le con excusas») se puede pronunciar sin problemas, pero no se puede escribir de acuerdo con las normas del castellano ortodoxo. Según Fundéu, «nuestro sistema ortográfico no cuenta con recursos para representar la secuencia fónica consistente en la articulación de dos eles seguidas dentro de una palabra».
Posibles alternativas y soluciones propuestas
Ante esta dificultad, Fundéu ha propuesto algunas alternativas y soluciones para sortear el problema. Una opción es utilizar otras expresiones con el verbo «salir», como «salir al encuentro de…» o reemplazar el pronombre de dativo por el sintagma correspondiente. Por ejemplo, la expresión «sal a su encuentro» sería una forma correcta de expresarse en estos casos.
La rectificación de la acentuación de «solo»
Otro caso curioso protagonizado por la Real Academia Española fue el tema de la acentuación de la palabra «solo». Esta decisión generó controversia y finalmente condujo a una modificación en la norma que define la escritura del adverbio «solo» sin tilde diacrítica en el Diccionario Panhispánico de Dudas (DPD).
La palabra «solo» se mantiene sin acento, ya sea como adjetivo o como adverbio. Sin embargo, la nueva regla permitirá explícitamente que el hablante escriba «sólo» en caso de percibir ambigüedad, si considera que el uso de la tilde evitará una confusión de significado. Esta actualización proporciona cierta flexibilidad en la escritura de «solo», brindando a los hablantes la posibilidad de utilizar la tilde en situaciones específicas para aclarar el contexto.
El español, como muchos otros idiomas, presenta peculiaridades y desafíos ortográficos. El imperativo «salirle» se destaca como una palabra que, aunque suene bien en la pronunciación, no puede ser escrita correctamente según las normas ortográficas actuales. La Fundación del Español Urgente (Fundéu) ha señalado las dificultades que impiden su escritura adecuada, ofreciendo alternativas y soluciones para expresar la misma idea de manera correcta.
Asimismo, la rectificación en la acentuación de «solo» muestra cómo las normas lingüísticas evolucionan para adaptarse a las necesidades de los hablantes y evitar ambigüedades en la comunicación escrita. La lengua española sigue siendo un tesoro vivo y en constante cambio, y es responsabilidad de todos preservar su riqueza y utilizarla de manera efectiva.