Miguel Urquijo, el paisajista del momento, en el número de verano de 'Classpaper'

Recorriendo este espacio de 4.100 metros cuadrados situado en Boadilla del Monte, se descubre su carácter paciente: «Empezamos a plantarlo en 2018; aún no está maduro, porque dar forma a las plantas requiere de tiempo». Un trabajo, minucioso y dedicado, que se inspira en la propia naturaleza, en los modos, formas y patrones de lo natural que «es lo que intentamos trasladar a los jardines», afirma Urquijo, quien confiesa que no concibe abordar un proyecto nuevo sin la observación previa del entorno local. 

Siempre se sintió atraído por la naturaleza, desde muy joven coleccionaba cactus y, tras licenciarse en Biología, en 1993 diseñó su primer jardín. Tres décadas después, con más 200 proyectos realizados, reconoce que su profesión es una auténtica vocación. La mayoría de sus trabajos son privados (a excepción del que acaban de diseñar para un hospital público de Valencia) y están realizados en España. «Hace tiempo que no hacemos terrazas ni jardines por debajo de 2.500 m²; nos sentimos más cómodos en entornos rurales, donde la naturaleza está más presente», precisa. Consuegra en Toledo, Ávila, Salamanca, Monfragüe en Cáceres o Rascafría en Madrid son algunos de los lugares donde sus creaciones viven y se desarrollan en entornos muy distintos, pero todos ellos con una firma inconfundible: el respeto por el entorno y una rigurosa selección de variedades en función de las condiciones climáticas.

El único secreto, escuchar a la Naturaleza

Las claves, ideas y consejos que Urquijo ofrece son especialmente útiles para aquellos amantes de la jardinería que encuentran en actividades tan cotidianas como pasar el rastrillo un placer que compensa con creces el esfuerzo. En su trabajo no hay más secreto que el escuchar a la Naturaleza, siempre tratando de entender las necesidades del conjunto y a la vez de cada uno de los ejemplares que lo componen, en qué aspectos necesitan atención, comparándose con un médico cuando pasa consulta.

Entornos estables, bellos en todas las estaciones

Su objetivo a la hora de afrontar un nuevo proyecto «no es la riqueza botánica per se», explica. Prefiere «que el conjunto de especies sume más que cada una de ellas por separado», como en una orquesta bien dirigida. Colores, texturas, olores, movimiento…, son todos atributos obvios de un jardín, pero cada uno de ellos tiene su estación y su momento, por lo que resultan algo efímeros. En los diseños de Urquijo–Kastner priman la forma y el volumen, crear jardines estables y equilibrados donde se puedan encontrar la serenidad y el relax. «Las floraciones son muy atractivas pero pasajeras», afirma, abundando en la idea de crear jardines que se mantengan bonitos durante todo el año, no sólo en primavera. 

Se asombra este jardinero vocacional de la escasa tradición que tenemos en España. Mientras que en otros países como Inglaterra la gente está deseando que llegue el fin de semana para «enredar» en la zona exterior de la casa, aquí lo que buscan los propietarios de una casa con parcela, sector que ha experimentado un gran auge tras la pandemia, es disfrutar del espacio, pero no de las actividades que implica. 

Cómo entiende Miguel Urquijo conceptos como la elegancia, la armonía, la relación del jardín con su entorno, además de sus referentes y preferencias personales, son cuestiones que solamente se pueden conocer en la edición impresa de Classpaper. Un amplio reportaje de 17 páginas en el que conocer en profundidad su perfil y su trabajo: una entrevista en profundidad y una sesión de fotos exclusivas en el jardín de su estudio además de numerosas imágenes en las que muestran sus trabajos por toda España. 

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