«Las universidades se están convirtiendo en los lugares más intolerantes»
John Tomasi es presidente de la Heterodox Academy, una institución que se opone a la cultura de la cancelación
La Asociación Americana de Antropólogos anunció hace diez días la cancelación de una conferencia que iba a tener lugar durante su reunión anual del mes que viene. La charla llevaba por título Hablemos de sexo: por qué el sexo biológico continúa siendo una categoría analítica necesaria en la Antropología. Y sí, lo han adivinado, la conferencia —que, dicho sea de paso, iba a ser impartida por cinco mujeres— se suspendió por considerar que su enfoque era «tránsfobo». Una de las ponentes, por cierto, era la española Silvia Carrasco, de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Sin embargo, alguien ha llegado al rescate. Se trata de Heterodox Academy (HxA), un organismo universitario fundado en Estados Unidos con el triple objetivo de promover «la investigación abierta, la diversidad de puntos de vista y el desacuerdo constructivo». En una palabra, es un firme opositor a la cultura de la cancelación, cada vez más presente en el sistema universitario no sólo de Estados Unidos, sino de todo Occidente. Pues bien, HxA ha decidido organizar paralelamente la conferencia, con el mismo título y las mismas ponentes, para garantizar la libertad de expresión en el sistema universitario y la difusión de la ciencia por encima de la ideología.
El presidente de Heterodox Academy, John Tomasi, visitó España el pasado jueves para participar en la International Reputation Week, un congreso de reputación organizado por la Universidad de Navarra y especialmente enfocado en la imagen que proyectan las empresas y las instituciones de educación superior. Tomasi ha atendido a THE OBJECTIVE en su breve paso por Madrid.
Este profesor de teoría política empieza advirtiendo sobre la pérdida de reputación de las universidades en Estados Unidos. Según una encuesta de Gallup, la confianza de los ciudadanos en estas instituciones ha caído en picado en los últimos años, desde el 57% que las valoraba positivamente en 2015 al 36% de 2023. Entre los votantes del Partido Republicano —«la mitad del país», subraya Tomasi— esa confianza apenas llega al 19%.
La referencia política no es baladí, porque la balanza ciertamente parece inclinada hacia un lado del espectro ideológico. «Las universidades se están convirtiendo en los lugares más intolerantes, cuando su misión es el intercambio de ideas», explica Tomasi. Esta circunstancia, añade el presidente de HxA, es especialmente sangrante teniendo en cuenta los precios de las universidades norteamericanas, que pueden llegar a los 90.000 dólares, y que llevan a cientos de miles de estudiantes cada año a endeudarse para poder pagarse los estudios.
Para Tomasi, las universidades deberían tomar distancia del poder político, «a la manera de la Academia de Atenas [fundada por Platón], que estaba situada fuera de la polis». En caso de que no sea así y los rectorados de las universidades caigan en la tentación de contentar a los poderes públicos o a la ideología dominante en cada momento, Tomasi llama a docentes e investigadores a dar un paso al frente a pesar de las posibles consecuencias: «Los profesores deben tener el suficiente amor por sus universidades para decir cosas que estas no quieren escuchar».
Pero, según Tomasi, todas estas cuestiones conducen en el fondo a la discusión sobre la misión de la universidad. El presidente de HxA señala que la Academia puede tener básicamente tres propósitos: buscar la verdad, luchar por la justicia social o enseñar a sus estudiantes a obtener un buen empleo. Estos propósitos, señala Tomasi, no son necesariamente excluyentes, pero en la medida en que el primero queda subordinado a los otros dos el riesgo para la libertad de expresión aumenta.
Además de participar en el congreso organizado por la Universidad de Navarra, uno de los propósitos de Tomasi con su visita a España es promocionar y expandir su movimiento en otros países, entre otros el nuestro. El profesor señala que la Heritage Academy sobre todo es conocida en el mundo anglosajón y no tanto en la iberoesfera; por ejemplo, en España sólo 17 profesores universitarios forman parte de su red.