Los alumnos españoles tienen un curso escolar menos de nivel en matemáticas que en 2003
Los resultados de nuestro país en esta competencia educativa han sido los peores desde el año 2012
El último informe PISA 2022, publicado hace unas semanas, se ha revelado devastador en su diagnóstico del sistema educativo actual, tanto en España como en otros lugares. Esta edición del informe ha venido marcada por la pandemia y, si bien algunos han capeado mejor la tormenta, muchos países miembros de la OCDE y de la Unión Europea (UE), incluido España, han visto descender notablemente los resultados de sus estudiantes.
PISA ha sido especialmente revelador de las duras consecuencias que la pandemia y la pospandemia han tenido sobre el aprendizaje de las matemáticas, una competencia fundamental en el aprendizaje. Las cifras no admiten lugar a dudas: el alumnado de los países que participan en PISA tiene hoy un nivel que equivale a casi un curso escolar menos que el que tenían los estudiantes de la misma edad hace veinte años.
En efecto —tal y como describe Ismael Sanz, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos especializado en educación—, el informe de 2003, el primero que midió las matemáticas como la competencia educativa fundamental, calificaba con 500 puntos el nivel de los estudiantes en esta materia. Veinte años después, PISA ha bajado las notas tanto a España (473 puntos, el peor resultado desde 2012) como al conjunto de la OCDE (472).
Un curso escolar por debajo
Con todo, esta procesión de cifras puede resultar algo confusa, dado que se aleja de los modos de calificar habituales en la educación. La referencia nos la da la propia OCDE, encargada de elaborar el informe, y que señala que 20 puntos en PISA 2022 equivalen al aprendizaje que un alumno adquiere en lo que dura un curso escolar. Recordemos que el nivel educativo en matemáticas estaba en 500 puntos en 2003. Por tanto, dado que tanto a España como al conjunto de países que forman la OCDE les faltan 27 y 28 puntos respectivamente para llegar a los 500 que los estudiantes de 15 años tenían hace dos décadas, se puede concluir que el nivel del alumnado actual más de un curso entero inferior.
Esta medición, no obstante, puede ser matizada con la opinión de algunos expertos que establecen una equivalencia superior a los 20 puntos para medir el aprendizaje de un curso. Con este segundo baremo, el número de puntos que supondrían un año de escolarización en PISA 2022 estaría cerca de los 33. Así, el nivel de los alumnos en matemáticas tanto en España como en la OCDE estaría cerca de ser un curso inferior a los estudiantes en 2003.
Un bajón a distintas velocidades
A la vista de estos datos podría concluirse que el nivel en matemáticas de España es perfectamente asimilable al del conjunto de la OCDE. La respuesta corta es que sí, al menos en la foto fija que ofrece PISA 2022. Sin embargo, un análisis más pausado permite establecer una diferencia entre nuestro país y la media del resto de miembros de la OCDE, a saber, que en España el descenso de nivel ha sido más paulatino y continuado a lo largo de estas últimas dos décadas. En el resto, en cambio, el bajón ha sido más brusco porque ha tenido más que ver con la pandemia y menos con problemáticas crónicas de sus sistemas educativos.
De esta forma, el nivel de los alumnos españoles en competencia matemática en el informe PISA de 2012 ya se había resentido hasta los 484 puntos, para continuar su descenso a los 473 actuales. En cambio, la media de la OCDE era sensiblemente superior a la española en 2012 (494) y ahora se ha emparejado con la de nuestro país (472). En otras palabras, sólo por el efecto desestabilizador del covid ha conseguido España igualarse —por lo bajo— con los países de nuestro entorno. Los estudiantes nacionales salen algo mejor parados no porque hayan incrementado su nivel (de hecho, lo han empeorado respecto a la última edición de PISA), sino porque el alumnado de otros países ha sufrido aún más el deterioro educativo provocado por la pandemia.
Esta mayor resistencia de España puede explicarse, entre otros factores, por una serie de ámbitos en los que nuestro país sí puntúa bien en PISA: los que tienen que ver con el acompañamiento de los profesores a los alumnos, tan importante en la vuelta a las aulas tras los periodos de confinamiento. Ahí, España sí saca buena nota.