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Sociedad

La continuidad de los docentes es clave para detectar a alumnos en riesgo de abandono

 De ello depende su capacidad para conocer a los estudiantes e identificar a quienes pueden dejar los estudios

La continuidad de los docentes es clave para detectar a alumnos en riesgo de abandono

Un profesor explica un ejercicio a una alumna. | Unsplash

Uno de los aspectos donde el sistema educativo español sale peor parado en las estadísticas es el del abandono escolar temprano, es decir el del número de alumnos que no completan la segunda etapa de Educación Secundaria —FP de Grado Medio, Básica o Bachillerato— y no siguen ningún tipo de formación. España presenta una tasa de abandono del 13,9%, la segunda más alta de toda la Unión Europea y sólo superada por Rumanía.

Nuestro país se ha propuesto reducir esa cifra al 9% para el año 2030, un objetivo complicado para el que el Gobierno de Pedro Sánchez pidió ayuda a la Comisión Europea en apoyo a su programa de reformas orientadas a la reducción del abandono escolar temprano. Como ya contamos en THE OBJECTIVE, esa solicitud se ha concretado en un proyecto financiado por la UE e implementado por el Ministerio de Educación, por Bruselas y por la OCDE.

En este sentido, este último organismo internacional ha publicado un informe en el que recomienda a España que apueste por formar equipos estables entre el profesorado para reducir el abandono escolar. El documento, titulado ‘Propuestas para un plan de acción para reducir el abandono escolar temprano en España’, anima a nuestro país a hacer «una inversión mayor y sostenida» teniendo en cuenta que el 33% de los profesores de Secundaria tiene un contrato temporal. La OCDE considera la estabilidad de los docentes en los centros como «esencial para fomentar las aptitudes necesarias para detectar, prevenir y afrontar el abandono escolar temprano». En concreto, de ello depende su capacidad para entablar relaciones positivas con sus alumnos, para conocerlos e identificar a aquellos en riesgo de dejar los estudios.

El profesorado español cuenta con otro hándicap a la hora de detectar el riesgo de abandono escolar: la falta de formación. Así lo señala el Estudio Internacional de la OCDE sobre la Enseñanza y el Aprendizaje (TALIS) correspondiente a 2018, que apunta a que solo el 48% de los profesores españoles de Educación Secundaria Obligatoria recibieron, durante su preparación inicial como docentes, algún tipo de instrucción sobre el contenido, la pedagogía y la práctica en el aula de las materias que imparten. La cifra de España palidece en comparación con la media de la OCDE, que se sitúa treinta puntos por encima, en el 79%.

Con todo, nuestro país parece estar poco a poco poniéndose a tono en este aspecto, ya que la proporción de quienes han recibido esa instrucción es notablemente mayor entre los profesores que llevan menos de cinco años de profesión: de la media general del 48% se sube al 68%, ya más cerca del promedio de los países de nuestro entorno.

A la luz de los datos generales, sin embargo, no sorprende que el informe también constate que los profesores españoles de la ESO, una vez que terminan su formación inicial, se sientan mucho menos preparados para dar clase a alumnos con dificultades o necesidades especiales. Mientras en el conjunto de la OCDE el 44% de los docentes declara sentirse «preparado» o «muy preparado» para esta tarea, ese porcentaje baja al 28% entre los maestros españoles.

Para la OCDE, la explicación a esta problemática puede residir en los procesos de contratación y selección de los aspirantes a profesores. El organismo apunta a que «las universidades no tienen en cuenta las aptitudes socioemocionales de los candidatos», mientras que «el proceso de selección de los docentes para acceder a la función pública hace hincapié en la acumulación de conocimientos por encima de las aptitudes pedagógicas y las competencias socioemocionales». Además, la OCDE subraya otra cuestión que «requiere mayor atención política en España», a saber, que la selección de profesores debe representar mejor la diversidad de los estudiantes.

En resumen, para atajar el abandono escolar temprano, la OCDE anima a España a dar formación específica a los docentes y equipos directivos de los centros educativos, en particular los de los colegios e institutos vulnerables. En concreto, se propone incluir en la formación inicial de los profesores competencias socioemocionales, de gestión de la diversidad en el aula (los alumnos extranjeros duplican la tasa de abandono) y de atención a las necesidades personales de cada estudiante. También se recomienda alentar a personas de diversos orígenes a acceder a la profesión docente.

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