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El fascinante viaje intercontinental de las manzanas

Un explorador ruso descubrió en 1929 que el origen de esta fruta se encontraba en Kazajistán

El fascinante viaje intercontinental de las manzanas

The Conversation.

En 1929 el explorador botánico ruso Vavilov rastreó por primera vez el genoma de la manzana hasta las montañas Tian Shan (Kazajistán), cuyas estribaciones son una especie de país de las maravillas genéticas. Asombrado por lo que vio, Vavilov escribió:

«Pude ver con mis propios ojos que había tropezado con el centro de origen de la manzana».

Vavilov se refería a una manzana silvestre, Malus sieversii, la manzana original, considerada el ancestro principal de la manzana moderna.

El paraíso tropical

El origen de esta manzana original, de frutos medianos, está en el grupo de «manzanas antiguas» originadas en las zonas de clima tropical monzónico del este y sur de Asia.

Antes de las glaciaciones cuaternarias, las semillas de las manzanas antiguas, de frutos pequeños, se distribuyeron por el centro de Asia en el buche o embarradas en las patas y en las plumas de aves, una modalidad de epizoocoria cuya eficacia demostró Darwin en el Beagle.

Esa fue la primera etapa por aire del fascinante viaje de la manzana original, que millones de años después culminaría en las manzanas de mesa.

Los bosques de manzanos a las faldas del Tian Shan

Las poblaciones de manzana del centro de Asia quedaron atrapadas cuando el macizo Tian Shan comenzó a emerger del Tetis durante el ciclo orogénico del Himalaya.

Las faldas meridionales del Tian Shan se mantuvieron libres de las glaciaciones debido a la influencia cálida protectora del clima monzónico y allí se refugiaron y prosperaron los bosques de manzanos que maravillaron a Vavilov.

Estos bosques reúnen más de 56 formas salvajes de M. sieversii, 26 de las cuales podrían llamarse ecotipos silvestres básicos, y las otras 30 son híbridos naturales o semidomesticados durante los últimos 4.000-10.000 años.

Los animales de la Ruta de la Seda

La resecuenciación del genoma de la manzana aclaró el proceso evolutivo y demostró que los ancestros de la manzana doméstica fueron ecotipos silvestres de los M. sieversii kazajos que, transportados hacia el oeste por los viajeros y sus bestias a lo largo de la Ruta de la Seda, se cruzaron con otras manzanas silvestres y adquirieron genes de los manzanos centroeuropeos (M. sylvestris), siberianos (M. baccata) y caucásicos (M. orientalis).

Finalmente, el cultivo condujo a los actuales manzanos domésticos, cuyo ADN contiene aproximadamente el 46% del genoma de M. sieversii de Kazajistán. El resto es una combinación de M. sylvestris (21%) y de orígenes diversos (33%).

Después de una primera etapa por aire y de una segunda etapa por tierra que los romanos llevaron hasta Gran Bretaña cruzando el canal de la Mancha, las manzanas domésticas estaban listas para emprender la tercera etapa de un viaje transatlántico que, de la mano de los primeros colonos, las llevaría hasta el Nuevo Continente.

La tercera etapa del viaje

A diferencia de las diez especies de manzanas nativas de frutos pequeños y agrios que algunas tribus americanas habían consumido tradicionalmente mezclándolos con miel, la manzana domesticada llegó a Norteamérica en saquitos de semillas que los primeros colonos llevaban consigo.

Desde Nueva Inglaterra, los cultivos europeos introducidos como semillas se extendieron a lo largo de las rutas comerciales de los nativos americanos, además de prosperar en granjas coloniales.

El primer huerto de manzanas americano fue plantado por el reverendo William Blaxton en Boston en 1625. En 1635 Blaxton puso nombre, Yellow Sweeting, a la primera variedad americana conocida.

Mientras que muchas especies de plantas europeas sufrieron en el Nuevo Mundo, los manzanos se adaptaron con éxito a sus nuevos territorios y se hibridaron con sus parientes nativos. A mediados del siglo XVIII, el cultivo de la manzana había progresado hasta el punto en que Inglaterra importaba variedades del Nuevo Mundo.

En el siglo XIX se desarrollaron los regadíos que permitieron el auge en los estados pacíficos de la multimillonaria industria frutera, de la cual la manzana es el producto líder que ha situado a Estados Unidos como el tercer país productor del mundo.

Y se multiplicaron

La enorme diversidad varietal del manzano doméstico se debe a su ADN increíblemente complejo. El genoma de la variedad Golden Delicious tiene unos 57.000 genes, más que cualquier otro genoma vegetal decodificado y el triple de los 20.000-25.000 genes humanos.

En el género Malus (manzanos) se reconocen 35 especies y al menos 7.500 variedades. La especie de mayor importancia económica es la manzana doméstica (Malus x domestica), pero varios manzanos silvestres se utilizan como portainjertos, árboles ornamentales (manzanos de flor) y patrones de resistencia a enfermedades para las manzanas domesticadas.

Y este ha sido el largo viaje por tierra, mar y aire de la manzana original, un testimonio más de que la migración y el mestizaje enriquecen la biodiversidad… y los mercados.

Manuel Peinado Lorca, Catedrático emérito. Director del Real Jardín Botánico de la Universidad de Alcalá, Universidad de Alcalá y Luis Monje, Biólogo. Profesor de fotografía científica, Universidad de Alcalá

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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