Así es la orina de una persona con diabetes: el color y olor característico
Junto con otros síntomas, un cambio en la orina puede ser el primer indicio de la presencia de diabetes
La diabetes es una enfermedad crónica que afecta la forma en que el cuerpo utiliza la glucosa (azúcar) en sangre. La glucosa es una fuente importante de energía para las células del cuerpo, y su nivel es regulado principalmente por la insulina, una hormona producida por el páncreas.
Últimamente, buena parte de la población basa su alimentación en productos ultraprocesados elaborados con harinas refinadas y grandes cantidades de azúcar. La ingesta de alimentos de este tipo tiene efectos negativos sobre los niveles de azúcar en sangre ya que producen picos de subida que repetidos en el tiempo pueden dar lugar a enfermedades como la diabetes.
Esta alimentación junto con el estilo de vida sedentario está fomentando la aparición de enfermedades como obesidad y diabetes y cada vez entre gente más joven. Según cifras del International Diabetes Federation, a finales del año pasado, España contaba con 2.939.000 pacientes, que corresponde a una prevalencia del 8,7% de las personas entre 20 y 79 años.
Diferentes tipos de diabetes y sus síntomas
Hay varios tipos de diabetes, siendo los más comunes la diabetes tipo 1 y la diabetes tipo 2. En la diabetes tipo 1, el cuerpo no produce suficiente insulina debido a una respuesta autoinmune que destruye las células beta del páncreas.
En contraste, en la diabetes tipo 2, el cuerpo no puede utilizar la insulina adecuadamente o no produce la suficiente. También existe la diabetes gestacional, que ocurre durante el embarazo.
Por lo general, las personas con diabetes tipo 2 no muestran síntomas notorios. En cambio, los enfermos que padecen diabetes tipo 1 suelen sufrir signos de manera abrupta e intensa. Entre los síntomas más comunes para ambos tipos, se destacan los siguientes:
- Aumento de sed.
- Necesidad frecuente de orinar.
- Pérdida de peso sin razón aparente.
- Fatiga y debilidad constantes.
Otras señales de esta enfermedad son: cambios en el humor o irritabilidad, dificultad en la visión, heridas que demoran en cicatrizar y detección de cetonas en la orina como resultado de la falta de insulina que descompone.
Cómo es la orina de una persona con diabetes
La orina en personas con diabetes suele tener un color y olor característico. Mientras que un tono amarillo claro indica una buena hidratación y procesamiento de nutrientes en el cuerpo, la orina tiende a volverse turbia y oscura en persona con diabetes. Este color se debe a una concentración elevada de glucosa.
Además de este cambio de color, el olor también es peculiar, con un aroma dulce o afrutado.
Este fenómeno ocurre porque los riñones no logran procesar los líquidos de manera eficiente. La diabetes puede aumentar el riesgo de complicaciones renales y de infecciones del tracto urinario, especialmente en mujeres, lo que puede influir también en la apariencia de la orina.
Para algunos, este cambio en la orina puede ser el primer indicio de la presencia de diabetes. Por esta razón, es importante buscar atención médica para obtener un diagnóstico adecuado y comenzar un tratamiento que ayude a controlar la condición.
La prueba casera para saber si se padece diabetes
Cuando se experimentan síntomas como micción frecuente, aumento del apetito, sed excesiva y fatiga persistente, es importante considerar la posibilidad de padecer diabetes. Sin embargo, la confirmación del diagnóstico requiere la evaluación de un especialista.
Para complementar el diagnóstico médico, especialmente si se sospecha de diabetes debido a los síntomas mencionados, se puede realizar una prueba casera para medir los niveles de glucosa en sangre.
Esta prueba implica el uso de un glucómetro, que permite obtener una muestra de sangre al pinchar el dedo y colocar una gota en una tira reactiva que se inserta en el dispositivo.
Es fundamental realizar esta prueba en ayunas y dos horas después de una comida para obtener resultados precisos. Los valores que indican diabetes son 126 mg/dL o más en ayunas, y 200 mg/dL o más dos horas después de comer.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta prueba casera solo proporciona una indicación y no reemplaza la evaluación médica profesional.