La música como consuelo ante la crisis: himnos felices contra tiempos difíciles
Su consumo depende de la situación económica y sanitaria: cuanto peor es, más canciones alegres escuchamos
Si vivió en España durante la pandemia recordará que la reproducción de Resistiré, del Dúo Dinámico, fue recurrente durante las semanas del confinamiento. La canción, publicada originalmente en 1988, encajaba con la necesidad social de encontrar un himno positivo al que agarrarse, hasta el punto de que se grabó una reedición de la canción a cargo de 31 artistas.
Y aunque ahora puede que estemos cansados de la canción, o que nos recuerde momentos complicados, en aquel momento… en cierto sentido nos salvó la vida.
La búsqueda de himnos felices en tiempos difíciles es algo natural, que se observa tanto en todos los países y en diversos tipos de crisis socioeconómicas. Por ejemplo, en Estados Unidos las canciones positivas llegaron a los puestos más altos de las listas durante crisis económicas.
En España no fue solo Resistiré la que triunfó en 2020. También lo hicieron tres amigos que, aprovechando que el confinamiento les pilló viviendo juntos, montaron una banda con la que sacaron hasta 45 canciones desde su terraza. Todas ellas tenían muy buen rollo y fueron compartidas por miles de personas. Hoy en día, Stay Homas es una banda consolidada con dos discos, otros dos EPs y giras internacionales.
La alegría se busca más
Como hemos anticipado, este fenómeno no es propio de una canción, artista, país o crisis concreta. Tras analizar 46.697 canciones distintas, correspondientes a los rankings semanales de las 200 canciones más escuchadas en Spotify, en 31 países, entre diciembre de 2016 y octubre de 2022, comprobamos que es un fenómeno global.
El procesamiento del lenguaje natural, dentro del campo de moda que es la ciencia de datos, nos permite analizar el contenido positivo y negativo de las letras. En total se clasifican 23.859 canciones con un mensaje positivo y 13.390 con uno negativo.
El número de escuchas de estas canciones, tanto optimistas como pesimistas, tiene una trayectoria ascendente hasta 2020, ya que el consumo online de música lleva años en crecimiento. Sin embargo, a partir de la pandemia, el consumo de canciones negativas empieza a bajar, mientras que el de canciones positivas se mantiene, e incluso sigue aumentando.
En el trabajo se demuestra que el consumo de música positiva depende de la situación económica y sanitaria. Los resultados son claros y significativos: cuanto peor es la situación, más música alegre escuchamos.
Los resultados se sostienen con multitud de comprobaciones: el impacto de la covid-19 se ha medido de siete formas distintas; el económico, con desempleo y con inflación. La forma de medir el consumo de música positiva ha incluido la repetición de todo el estudio utilizando datos de YouTube o un análisis musical en lugar de usar el contenido de la letra.
Las conclusiones obtenidas no dependen tampoco de país, época del año, idioma de la canción o plataforma musical.
La cultura nos salvará
Con esta evidencia podemos entender mejor que la cultura es un elemento fundamental del bienestar y puede tener un impacto significativo en la gestión emocional y de las crisis sociales y económicas. La cultura puede ser una herramienta poderosa para mejorar la resiliencia y felicidad en una sociedad moderna.
A partir de los resultados podemos derivar varias recomendaciones de política pública. En primer lugar, la música y por extensión la cultura pueden favorecer el bienestar. Sería entonces interesante que desde el sector público se impulsase la posibilidad de que los ciudadanos pudieran cubrir sus necesidades psicológicas accediendo a los productos culturales que mejor se adapten a su situación.
En segundo lugar, a nivel personal, podríamos pensar que los resultados apoyan los programas de apoyo terapéutico para ayudar a gestionar las emociones que contengan elementos culturales. Sin duda, las aplicaciones que recomienden música basada en las emociones y estados de ánimo de los usuarios están dando un paso adelante y pueden ayudar a mejorar su bienestar.
Finalizamos volviendo al principio. La música es una poderosa herramienta de comunicación. Mientras en España uníamos fuerzas a través de Resistiré, en Estados Unidos Gloria Gaynor, autora de I Will Survive, lanzaba el #IWillSurviveChallenge, concienciando a la sociedad de la necesidad de lavarse las manos durante la pandemia.
Así que, recuerde: siempre habrá una banda sonora acompañándonos en cada momento. Para tiempos difíciles, recetaremos canciones felices.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.