Greenpeace despliega una pancarta gigante en Atocha para pedir un abono único de transporte
La entidad activista propone una tarjeta válida para todo el territorio nacional y todos los modos de transporte público
Greenpeace despliega una pancarta gigante en Atocha (Madrid) para reclamar un abono único de transportes. | Greenpeace
La entidad activista de Greenpeace ha desplegado este lunes una pancarta gigante en la fachada de la estación madrileña de Atocha. El mensaje era claro y contundente: destacar «la complejidad del sistema tarifario del transporte público de España» y abogar por la creación de un abono único nacional. Este abono, denominado T-lleva, buscaría facilitar la movilidad intercomunitaria y multimodal, eliminando las barreras tarifarias y administrativas que actualmente complican el tránsito entre diferentes zonas y medios de transporte.
La propuesta de Greenpeace, el T-Lleva, consiste en una tarjeta única válida para todo el territorio nacional y todos los modos de transporte público. Para ilustrar la diversidad de billetes y tarjetas existentes, los activistas también crearon un mosaico con ejemplos de distintas ciudades y regiones. Según la organización, más de 175.000 personas han firmado ya apoyando la iniciativa, que busca reducir la confusión y las dificultades que enfrentan los usuarios del transporte público debido a la multiplicidad de sistemas de pago gestionados por diversas administraciones.
Greenpeace ha hecho un llamamiento para la implementación de un «sistema integrado» que permita a las personas viajar de manera más intuitiva, asequible y fácil, utilizando trenes, autobuses, metros, tranvías o bicicletas públicas. El objetivo es promover la intermodalidad y la interoperabilidad, simplificando el acceso al transporte público y agrupando todos los servicios bajo un mismo título de viaje, similar a los modelos ya existentes en otros países o en algunos consorcios regionales.
«Billete climático»
Este «billete climático» facilitaría el tránsito por diferentes provincias, regiones y zonas tarifarias, incentivando el uso de medios de transporte más respetuosos con el medio ambiente en lugar del vehículo privado. Según Greenpeace, el sistema debería ser válido independientemente de la empresa de transporte, consorcio o comunidad autónoma que expida el billete.
Cristina Arjona, coordinadora de la campaña de movilidad de Greenpeace, ha señalado la necesidad de «alinear las estrategias y avanzar hacia un objetivo común: ofrecer al ciudadano un servicio de movilidad integrado más allá de quien lo opere y de cuál sea el modo». Además, ha añadido que una tarifa plana asequible debería ser una política estructural que contribuya a mitigar los efectos de la subida del coste de vida y alivie la carga económica de las familias.
