El rechazo a la construcción de la mina de litio en Cáceres retoma las calles el 10 de noviembre
La plataforma Salvemos La Montaña de Cáceres alerta del «brutal impacto» que tendría la megaplanta sobre el territorio
Manifestación en Cáceres. | Plataforma Salvemos La Montaña de Cáceres
La plataforma Salvemos La Montaña de Cáceres ha organizado una nueva protesta contra la construcción de una mina de litio en el paraje de Valdeflores, situado en la Sierra de la Mosca, en Cáceres. La marcha comenzará a las 12:00 horas el próximo 10 de noviembre desde la plaza de América y finalizará en la Plaza Mayor de la capital cacereña. La convocatoria responde a la preocupación por el «brutal impacto» que, según la plataforma, tendría la mina y su megaplanta de tratamiento químico sobre el territorio, los recursos, la economía y la salud local.
La plataforma ha revisado la documentación proporcionada por la Junta de Extremadura y la empresa Extremadura New Energies (ENE), encontrando que el 50% de las páginas estaban «completamente veladas» y otros documentos «parcialmente» inaccesibles. A pesar de ello, el equipo técnico ha confirmado que el proyecto está lleno de contradicciones y generaría impactos inasumibles.
Salvemos La Montaña ha actualizado sus «9 razones para decir NO a la mina de litio de Cáceres» e invita a la ciudadanía a informarse y participar en la manifestación. La plataforma subraya la necesidad de mostrar la oposición ciudadana a los planes de la empresa, que consideran letales para la salud y el futuro de Cáceres, incluyendo su aspiración a ser Capital Cultural Europea en 2031.
Entre las razones para oponerse, destacan que la explotación minera estaría demasiado cerca del núcleo urbano, a solo 600 metros, y en un área donde la normativa urbanística prohíbe actividades extractivas. Además, las instalaciones previstas ocuparían más superficie que toda la Ciudad Monumental de Cáceres y destruirían la Montaña de Cáceres, un espacio de gran valor para la comunidad.
Otro motivo de rechazo es el daño a la salud y al patrimonio, ya que las emisiones de CO₂ serían significativas y las instalaciones de El Calerizo se convertirían en un megavertedero con riesgo de filtraciones peligrosas. Asimismo, el proyecto requeriría una cantidad de agua que supera el doble de lo que se puede recargar anualmente en la zona.
La plataforma también señala que el proyecto generaría pobreza, ya que la empresa promotora no tiene otras minas en funcionamiento y su modelo de desarrollo se basa en una alta mecanización que crearía empleos precarios y con riesgos para la salud. Además, critican que el proyecto no es ni verde ni sostenible, porque depende de conexiones al gasoducto y depósitos de combustible, contradiciendo las promesas de usar energía de hidrógeno verde.
Finalmente, la restauración del área tras la explotación minera es vista como inviable, y el futuro del paisaje, que es parte del patrimonio de la ciudad, sería incierto. La plataforma teme que, como ha ocurrido en otros proyectos mineros, las empresas se declaren en quiebra antes de completar la restauración necesaria.
