Guerra abierta entre el Arzobispado de Burgos y las monjas 'rebeldes' por el pago de facturas
La Archidiócesis gasta 13.600 euros al mes en recibos, nóminas y deudas del convento cismático de Belorado
El Arzobispado de Burgos enfrenta una situación económica complicada, con un desembolso mensual de aproximadamente 21.881 euros en gastos ordinarios de los monasterios de Belorado, Orduña y Derio. Esta cifra incluye pagos por conceptos como energía eléctrica, consumo de gas y servicios de telecomunicaciones, que suman gastos específicos como 1.988,44 euros en electricidad y 2.630,82 euros en gas. A pesar de estos esfuerzos, las exclarisas han denunciado una situación de «asfixia económica», destacando una «larga lista de notificaciones de impagos, apremios y embargos» que complican aún más el panorama.
Además de los gastos recurrentes, el Arzobispado también cubre otros costes como las nóminas y las obligaciones derivadas de tres préstamos hipotecarios, que representan una suma considerable. En total, los ingresos mensuales de la comunidad, que incluyen pensiones y alquileres, ascienden a 8.239,44 euros, lo que resulta en un déficit mensual significativo de 13.642 euros. Esta situación financiera ha obligado a solicitar apoyo económico adicional a la Federación de Clarisas Nuestra Señora de Aránzazu para cubrir los gastos.
La Archidiócesis ha tomado medidas para gestionar la situación, incluyendo la contratación de personal para atender a las hermanas mayores y la intervención del Comisario Pontificio para priorizar su cuidado. Sin embargo, la complejidad aumenta con la presencia de un «falso obispo», Rodrigo da Silva, de la comunidad sedevacantista de San José de Brasil, que ha sido visto en el monasterio sin las autorizaciones necesarias. Esta presencia ha sido confirmada por las exreligiosas, quienes aún consideran a da Silva como una persona «totalmente autorizada» para estar en las instalaciones.
Amenazas de las exmonjas de Belorado
La situación de los monasterios se ha visto aún más tensada por las acusaciones de las exclarisas, quienes alegan que el Arzobispado ha fallado en cubrir todos los gastos necesarios, lo que ha resultado en múltiples impagos y embargos. Estas acusaciones han sido respondidas por el Arzobispado, que afirma estar haciendo frente a los gastos domiciliados y necesarios para la operación de los monasterios.
En respuesta a las dificultades continuas, las exreligiosas han anunciado planes para buscar soluciones que aseguren la viabilidad económica de la comunidad. Esto incluye la posibilidad de internacionalizar el debate sobre su situación, lo cual podría atraer atención y apoyo global. Además, han indicado que seguirán explorando todas las opciones disponibles para resolver estos desafíos financieros y legales.