Bilbao o Barcelona: una de estas ciudades es la que peor cae de sus profecías
Nostradamus pintó un cuadro sombrío de Barcelona, con una posible invasión proveniente del norte de Europa
Las oscuras profecías de Nostradamus pintan un cuadro sombrío del futuro de Barcelona. El célebre vidente francés, en sus enigmáticas cuartetas, parece haber anticipado el destino de esta vibrante ciudad costera. Sus escritos, cargados de simbolismo y ambigüedad, sugieren que Barcelona se convertiría en un escenario de conflictos y traiciones a lo largo de la historia.
En sus profecías, Nostradamus sitúa a Barcelona como un punto estratégico en el tablero de juego de las grandes potencias. La ciudad, con su privilegiada ubicación en el Mediterráneo, se convierte en un objetivo codiciado y asediado. En una de sus cuartetas más inquietantes, el vate francés describe un escenario en el que Barcelona, junto con otras ciudades importantes, sufre un asedio. Esta visión apocalíptica sugiere que la ciudad podría verse envuelta en conflictos de gran magnitud, poniendo en peligro su seguridad y prosperidad.
¿Qué ve Nostradamus?
Nostradamus, con su mirada penetrante, vio en Barcelona mucho más que una simple ciudad costera. En sus cuartetas, la Ciudad Condal se erige como un símbolo de poder marítimo y un epicentro de futuros conflictos. El mar, recurrente en sus visiones, representa aquí tanto una fuente de vida como una amenaza inminente.
La imagen de una poderosa armada zarpar desde Barcelona evoca las antiguas glorias marítimas de la ciudad y al mismo tiempo presagia tiempos turbulentos. Al comparar estas profecías con otras sobre ciudades como Marsella, se observa un patrón recurrente: el Mediterráneo como escenario de grandes enfrentamientos y el destino de las ciudades costeras ligado a las vicisitudes del mar.
Nostradamus pintó un cuadro sombrío de Barcelona, sumida en una telaraña de engaños y traiciones. Según sus cuartetas, la Ciudad Condal se convertiría en el epicentro de intrigas políticas donde las promesas de paz serían tan solo una farsa. El astrólogo francés vaticinó que un ataque, cuidadosamente planeado y ejecutado, sacudiría los cimientos de la ciudad, fruto de alianzas ocultas y traiciones inesperadas.
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Barcelona como crisol de conflictos y esperanzas
Las cuartetas de Nostradamus pintan un retrato complejo y multifacético de Barcelona. La ciudad condal se presenta como un crisol donde convergen fuerzas opuestas: el miedo y la valentía, la destrucción y la esperanza. En la figura de ‘Urnel Vaucile’, un personaje atormentado por la duda, Nostradamus refleja las tensiones internas que podrían agitar a la ciudad.
Este individuo, a la vez osado y tímido, simboliza la lucha entre la acción y la pasividad, entre la luz y la oscuridad que habitan en el corazón de Barcelona. Sin embargo, en medio de esta incertidumbre, también se vislumbra un rayo de esperanza.
En la Centuria VII, Cuarteta XLII, Nostradamus profetiza una alianza entre Barcelona, Génova y Venecia, unida en la defensa de sus valores comunes. Esta visión de Barcelona como líder de una coalición mediterránea contra una amenaza externa sugiere que la ciudad, a pesar de sus desafíos internos, está destinada a jugar un papel fundamental en el devenir de la región.
¿Una posible invasión?
Nostradamus, en su enigmática Centuria VII, Cuarteta X, profetiza una invasión a Barcelona por parte de una fuerza formidable proveniente del norte de Europa. Un «gran Príncipe vecino de Le Mans», al mando de un ejército compuesto por galos y normandos, se abalanzaría sobre la ciudad condal, convirtiéndola en un objetivo estratégico en un conflicto de mayor envergadura.
Esta visión subraya la vulnerabilidad de Barcelona ante las ambiciones de potencias extranjeras y la posibilidad de que la ciudad se vea arrastrada a conflictos más allá de sus fronteras.