Los beneficios de no ganar la lotería
A pesar de la baja probabilidad de ganar, varios estudios analizan los impactos que estos cuantiosos premios tienen
La Lotería de Navidad es una tradición de cerca de doscientos años que ya forma parte de la cultura española, como sus conocidos anuncios nos recuerdan cada año.
El sorteo de nuestro país está considerado como uno de los mayores eventos de azar del mundo, por sus cuantiosos premios y la alta participación: se estima que juega un 75 % de la población española, según un estudio publicado este año por la Universidad de Cambridge.
La lotería como experimento económico
Hay varias peculiaridades que convierten a la Lotería de Navidad en un fenómeno económico con interés para su estudio: el gran tamaño y cantidad de premios, la agrupación de premios entre individuos de una misma provincia y el alto nivel de participación.
En el sorteo hay 100.000 números con cinco dígitos, y se dividen en décimos que se suelen compartir tradicionalmente entre amigos o familiares. Este fenómeno de reparto, unido a que cada número se vende generalmente solo en un establecimiento, provoca que los premios estén muy localizados geográficamente.
Dicha concentración genera una variación significativa en los premios de lotería en las 50 provincias de España. En promedio, las provincias ganadoras reciben un shock de ingreso equivalente al 0,2% de su PIB, que llega al 3,4% en las provincias que reciben el mayor premio per cápita, según otro trabajo publicado en 2023.
El optimismo ‘contagioso’ de ganar la lotería
Curiosamente, a pesar de que la probabilidad de recibir cualquiera de los premios más importantes en una provincia ganadora es del 0,015%, este estudio con participación española observó que al vivir donde se gana la lotería se experimentan beneficios inesperados.
«Nuestro trabajo muestra evidencia empírica de que la Lotería de Navidad genera una ola de optimismo en las provincias ganadoras. Dicha confianza puede explicar parte de los efectos económicos reales que observamos en estas regiones, como la caída del desempleo o el aumento del gasto en bienes duraderos, más allá del propio efecto renta que tiene la lotería», explica a SINC Isabel Micó, analista del Banco de España y una de las autoras.
Los investigadores argumentan cómo el optimismo se genera en parte debido a que la Lotería de Navidad premia a muchos individuos geolocalizados en una misma área, a diferencia del Euromillón o la Primitiva, donde hay un único ganador.
Sin embargo, los efectos son limitados. A pesar de advertir la euforia de los hogares con respecto a sus finanzas y a su trayectoria laboral, los autores no encontraron evidencia de que los hogares en las provincias ganadoras mejoren su habilidad para llegar a fin de mes con respecto a las no premiadas.
La lotería como motor de emprendimiento
¿Y qué ocurre con el espíritu emprendedor? El trabajo de 2024, liderado por economistas de España, Portugal y EEUU, analiza el impacto de la lotería desde el ángulo del emprendimiento.
«En las provincias ganadoras se observa un aumento en la creación de empresas, en la generación de empleo y en el número de autónomos», afirma a SINC Rafael Zambrana, profesor asociado de Economía en la Universidad de Notre Dame (EEUU) y uno de los autores.
Así, las mujeres, las personas mayores de 40 años y quienes tienen un único empleo o gestionan negocios con varios empleados son los perfiles más propensos a emprender. Además, el impacto se nota especialmente en el sector de servicios y en la manufactura.
Estos nuevos negocios tienden a ser más rentables y duraderos que los que ya existían y los de provincias no graciadas. «La lotería no parece afectar el crecimiento ni a la rentabilidad de las empresas ya consolidadas, pero lleva a que aumenten los salarios debido a la mayor competencia en los mercados laborales locales», añade Zambrana.
Sobre por qué se nota más el impacto de la lotería en la creación de negocios, parece que los emprendedores aprovechan este nuevo acceso al capital, mientras que las empresas consolidadas dependen de las oportunidades de inversión disponibles en su entorno. Además, el tamaño relativamente pequeño de los premios –a escala empresarial– limita el impacto en la expansión de compañías existentes, según el estudio.
¿Y si mis vecinos ganan la lotería, pero yo no?
Las investigaciones apuntan que es probable que la inyección económica de los ganadores y la ola de optimismo entre aquellos que residen en la misma provincia estimulen la actividad económica de su región. Y que este comportamiento se traduzca en el aumento de la compra de automóviles, una reducción del desempleo, más ofertas de trabajo, la creación de empresas y el aumento moderado en el precio de algunos productos.
Es decir que, si usted no gana, pero los que tiene cerca sí, quizás alguno de estos efectos pueda aliviar su desazón. Si no, recuerde rebajar sus expectativas. Al fin y al cabo, en este juego la probabilidad de ganar el Gordo es tan solo de 1 entre 100.000.