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La candidatura de Prevost cuajó el primer día y su discurso en las congregaciones fue clave

Su intervención interna, una de las últimas, fue «técnicamente impecable» según los expertos consultados por TO

La candidatura de Prevost cuajó el primer día y  su discurso en las congregaciones fue clave

El papa León XIV es felicitado por los cardenales tras finalizar la primera misa oficial en la Capilla Sixtina. | Vatican Media / Francesco Sforza

La Iglesia Católica empieza a analizar las razones que han llevado a los 133 cardenales a elegir a Robert Prevost como nuevo Papa. Las conclusiones son claras: desde las reuniones de las congregaciones religiosas se empezó a vislumbrar su candidatura, sobre todo con las intervenciones de los cardenales y la del propio Prevost, «técnicamente impecable, y el run run venía desde el primer día», que ya tomó forma en el almuerzo anterior a la primera y única votación de la tarde, aseguran a THE OBJECTIVE fuentes vaticanas. Prueba de que esta candidatura estaba madura fueron sus primeras palabras en las que dejó entrever las líneas de su papado. Un documento que, sostienen estas fuentes, no fue redactado en la apenas una hora que transcurrió entre la fumata blanca y su aparición en el balcón de la Basílica de San Pedro. Francisco lo dejó todo preparado y salió elegido el papa misionero destinado a «tender puentes» en un «mundo polarizado».

Miles de peregrinos volvieron este viernes a la Plaza de San Pedro para estar cerca del nuevo Papa, León XIV, que a las once de la mañana oficiaba su primera Eucaristía como pontífice junto a los 132 cardenales que apoyaron su designación. La Capilla Sixtina volvió a ser el escenario en el que Robert Prevost protagonizaba los primeros actos religiosos de su pontificado.

Católicos de todo el mundo congregados en el Vaticano consultados por este periódico coincidían en mostrar su satisfacción por el perfil del Papa elegido. «Lo poco que hemos visto nos gusta mucho», según Montse y Rosin de La Coruña, que llegaron expresamente a Roma para poder ver la fumata blanca. El avión aterrizó justo cuando salía y no lo pudieron ver, pero este viernes a primera hora ya se encontraban en el Vaticano para vivir el ambiente poscónclave.

En el día después de la elección, los expertos en cuestiones vaticanas profundizan en el mensaje que ha lanzado al mundo el Colegio Cardenalicio y coinciden en la continuidad del legado de Francisco, pero como un eslabón entre lo que representó el papado de Bergoglio, la tradición y los nuevos tiempos a los que se enfrenta la Iglesia Católica.

El director de la revista Vida Nueva, José Beltrán, aseguró a THE OBJECTIVE que «el nuevo papa es un refuerzo del camino iniciado por el papa Francisco en todos los sentidos, reformas de puertas para adentro de la Iglesia, de la lucha contra los abusos, a esa Iglesia sinodal más horizontal y menos vertical, la reforma económica y la renovación del episcopado de los obispos en la que el cardenal Prevost era el gran experto».

«Reconectar con el mundo»

En esta línea, señala que el nuevo papa era «el gran hacedor de obispos de todo el planeta». De puertas para afuera señala que León XIV tiene «un carácter completamente distinto. Sabe, como Francisco, lo necesario e importante que es que la Iglesia vuelva a reconectar con el mundo de hoy. Primero con la sociedad y la gente de a pie; por eso insistió en todos, todos, todos, que era muy propio de Francisco, de la gente que se pueda sentir descartada y excluida de la Iglesia». Este experto en cuestiones relacionadas con la Iglesia Católica destaca la necesidad de la Iglesia de reconectar con «el mundo en general, ese tender puentes y ser un agente clave en la geopolítica en favor de la paz y el respeto de la dignidad y de la vida»

Beltrán rechazó algunas valoraciones que se hacen sobre la división entre los católicos por el perfil progresista que podría tener Francisco y que este Papa no representa: «Creo que no había tal división interna, o al menos significativa, dentro de la Iglesia, a la luz de lo rápida que ha sido su elección. Creo que lo que sí deja constancia es que había una minoría ruidosa que cuestionaba a Francisco, que no representaba a la mayoría de la Iglesia ni del Colegio Cardenalicio».

Este experto apunta que «el respaldo desde el inicio del Colegio Cardenalicio ha sido muy potente en las votaciones, incluso antes de la comida ya estaba muy avanzado». Prueba de ello, según la versión de Beltrán, es que el discurso era «un discurso lo suficientemente largo, extenso y trabajado como para que no lo haya elaborado de la Capilla Sixtina y la Sala de las Lágrimas al balcón. El run run venía del primer día, de esa primera votación de sondeo, sobre todo, de la primera mañana. Eso habla de una fuerte unanimidad del Colegio Cardenalicio y, por tanto, no de una división de la Iglesia, sino de una gran unidad y gran apuesta por seguir con las ideas del papa Francisco».

A su juicio, y según ha podido contrastar en fuentes vaticanas, «ha sido clave la intervención del cardenal Prevost en las congregaciones, técnicamente impecable». Se refiere a los entre cinco y diez minutos de intervención que los purpurados tiene en las reuniones de las congregaciones religiosas, que pueden tomar la palabra cuando quieran. «Él fue el último en intervenir en los últimos días. Fue una intervención certera». Asimismo, destaca la vinculación de Prevost con el mundo hispanoamericano, como «reflejo de esa Iglesia universal; desde luego, nosotros, Europa e Italia, ya no somos el epicentro del catolicismo ni mucho menos, sino que vienen muchos aires de fuera: de Asia, de África y de América. También en el ámbito teológico, América Latina nos da cien mil vueltas en pensamiento teológico, en pastoral, en acercamiento y en reconexión con la Iglesia y con el tú a tú de los problemas de la gente».

Beltrán sostiene que un cónclave largo «habría reflejado una Iglesia dividida» y critica a una «minoría ruidosa, la estrategia de los ultraconservadores de monopolizar el primer día el discurso y las intervenciones para dar la idea de que este ha sido un Pontificado errado y confuso y a medida que fue avanzando las voces fueron, por otro lado».

Finalmente, cree que Francisco dejó preparado a su sucesor «no con el nombre completo, pero sí el perfil. Jorge Bergoglio era un estratega e igual que había apuntalado muchas reformas de la Iglesia consciente de que él no las iba a terminar, pero sí, como decía, ‘yo he venido aquí a abrir procesos’ y dentro de esta apertura de procesos estaba la elección del próximo Papa».

Un vaticanista experto en Comunicación que vive en Roma coincide con el director de la revista Vida Nueva en que el perfil del nuevo Papa ha salido de los temas abordados en las reuniones de las congregaciones. «Se ha nombrado a un pastor con capacidad para interpretar los signos del nuevo tiempo, un constructor de diálogo, de puentes, que mira a la unidad de la Iglesia, dando un testimonio de paz y que siga las reformas de Francisco. Esto es lo que han elegido los cardenales». Además, destaca su condición de pastor, al «haber trabajado en una diócesis y haber estado al frente de su orden religiosa. Es una persona acostumbrada a dialogar y construir».

Este experto destaca el buen trabajo que se ha hecho en las congregaciones religiosas: «Han elegido a una persona que ha salido de las conversaciones que se han mantenido, el perfil para afrontar las cuestiones que se han puesto sobre la mesa». Otro dato a resaltar es su conocimiento de la Curia vaticana: «Alguien que se ha puesto al servicio de la Iglesia cuando era necesario».

«Recurrir al Espíritu Santo»

En relación con una de las cuestiones más comentadas, como ha sido la vestimenta al ser elegido Papa en contraposición con la que eligió Francisco, señala que «hay una combinación entre la tradición y la humildad del pastor. No es un signo de ostentación, sino de su personalidad. Todo lo que sea necesario hacer, yo lo hago».

Un teólogo de la Agencia de la Santa Sede para la Evaluación y la Promoción de la Calidad de las Universidades y Facultades Eclesiásticas señalaba a THE OBJECTIVE que este cónclave ha demostrado que «el hombre propone y Dios dispone. Un cónclave muy rápido, de tan solo veinticuatro horas, con un elegido que no estaba entre los favoritos, indica que la Iglesia funciona de una forma distinta a la política, según el criterio de lo que necesita en cada momento, y votan a las personas que le parece que puede ejercer el ministerio de una forma más solvente».

Este teólogo afirma que «ha quedado claro que quien quiera saber cómo funciona la Iglesia tiene que recurrir a algo tan intangible como es el Espíritu Santo», y destaca de León XIV que es «un hombre de gobierno y acción pastoral, un hombre discreto con una entrada muy amable y cordial, pero muy consistente en su formación. No es una persona que tenga una entrada mediática, pero tiene consistencia en los mensajes».

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