Kolau, o el arte de la web supersónica

Danny Sánchez-Mola, fundador y CEO de Kolau, pasó dos décadas en California. Estudió Ciencias Políticas en Los Ángeles y fue apadrinado por Inocencio Arias, cuya dilatada carrera diplomática es bien conocida. Durante un tiempo consideró preparar las oposiciones para ingresar en dicho cuerpo y terminar trabajando en alguna embajada, pero finalmente su trayectoria lo llevó al sector tecnológico, donde asumió el rol de responsable de marketing en Pillow, una startup que acabaría siendo adquirida por Booking.

Durante unas vacaciones, Sánchez-Mola tuvo una revelación que ilustra el valor del descanso y la reflexión. Detectó un problema común entre las microempresas: la dificultad para posicionarse en Google y vender sus productos o servicios a través del canal digital más potente. La solución pasaba por proporcionarles una herramienta accesible.

Sin financiación externa, este emprendedor catalán apostó por su propio aprendizaje. Durante 18 meses, se sumergió en el mundo de la programación, contratando a ingenieros en la India que escribían código de forma remota para que él pudiera desentrañar cada paso del proceso. «Fueron jornadas de entre 12 y 14 horas diarias, sin ingresos, encerrado en mi habitación. Así nació la primera versión de Kolau, que funcionaba como un optimizador de anuncios para Google Ads», rememora.

La evolución del mercado marcó un nuevo rumbo. A partir de ahí, el proyecto derivó en un generador de páginas web que, con el tiempo, se transformó en lo que es hoy: una plataforma impulsada por inteligencia artificial generativa capaz de crear un sitio web en menos de un minuto a partir de una simple descripción, dejando luego a cada empresa la libertad de personalizarlo a su gusto.

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