Un estudio concluye que España es el país con el cociente intelectual más alto de Europa
Los alumnos españoles, por el contrario, están por debajo de la media de la OCDE en las pruebas PISA

Un hombre lee un libro. | Freepik
España se ha consolidado como el país con el cociente intelectual (CI) más alto de Europa, con un promedio de 102,3 puntos, lo que supone más de dos puntos por encima de la media mundial. Esta cifra sitúa a nuestro país en la octava posición del ránking internacional, liderado por Taiwán, que alcanza un promedio de 107,1 puntos, seguido muy de cerca por Hong Kong, Corea del Sur y Japón, todos ellos con puntuaciones superiores a 106.
La investigación, realizada por la entidad británica Trading Platforms, no solo se limita a medir el cociente intelectual, sino que también evalúa otros indicadores relacionados con la inteligencia global. En concreto, se han considerado tres aspectos fundamentales: el rendimiento académico, la producción científica de calidad y la capacidad cognitiva. Con estos parámetros, el ránking general de los países más inteligentes del mundo sitúa a España en la vigésima posición, con una puntuación de 50,3 sobre 100, mientras que Hong Kong se coloca en cabeza con 94 puntos, más de 40 de diferencia con nuestro país.

El informe concluye que en 2025 Asia Oriental continuará dominando las clasificaciones mundiales de inteligencia y cociente intelectual, un fenómeno que atribuye al fuerte énfasis cultural en la educación, a la existencia de sistemas escolares rigurosos y a una inversión sostenida en capital humano. Todos estos factores explican que países como Japón, Corea del Sur y Taiwán no solo figuren entre los primeros puestos del ranking, sino que también se encuentren entre las economías más innovadoras y competitivas del planeta, consolidando un modelo en el que la formación y la excelencia académica desempeñan un papel decisivo.
Fuera del contexto asiático, el estudio identifica un conjunto de países que registran promedios ligeramente superiores a 100, situándose en una franja comparable de rendimiento cognitivo. En este grupo se encuentran Australia, España, Canadá y Nueva Zelanda, con puntuaciones en torno a 102, además de otros estados europeos como Eslovenia, Francia, Italia y Suiza, que oscilan entre los 100 y los 101 puntos. Estas cifras revelan que, entre las economías avanzadas, existe un nivel relativamente homogéneo en términos de capacidad intelectual media, aunque las diferencias en políticas educativas, condiciones socioeconómicas o metodologías de evaluación marcan matices importantes en los resultados obtenidos.
En cambio, en regiones como América Latina, Oriente Medio y determinadas áreas del Sudeste Asiático, los promedios suelen situarse en torno a los 95 puntos, reflejando una brecha respecto a los países más desarrollados. México, Chile y Ucrania rondan los 95, mientras que Brasil e Indonesia se sitúan en torno a 93. En el extremo inferior aparecen países como Guatemala, El Salvador y República Dominicana, con promedios cercanos a 90. Estas diferencias, señala el informe, no deben interpretarse únicamente como un reflejo del potencial individual, sino como el resultado de profundas desigualdades en el acceso a la educación, el nivel de desarrollo económico y la calidad de los sistemas de salud pública, recordando que la inteligencia nacional está fuertemente condicionada por el entorno y las oportunidades disponibles para cada sociedad.
El rendimiento académico, el talón de Aquiles de España
La caída de España en el ranking general de inteligencia se explica, sobre todo, por un factor decisivo: el rendimiento académico. Aunque nuestro país presenta el cociente intelectual más alto de Europa y una producción investigadora considerable, los resultados en las pruebas internacionales frenan su ascenso. En la evaluación PISA 2022 de la OCDE, los estudiantes españoles obtuvieron una puntuación media de 477 puntos en matemáticas, lectura y ciencias, un nivel considerado «mediocre» en comparación con otros países avanzados. Esta debilidad arrastra la nota global y sitúa a España en la vigésima posición mundial, con una puntuación combinada de 50,3 sobre 100 en el índice de inteligencia.

Los jóvenes españoles se situaron en el mismo nivel que Hungría, Lituania e Italia, con una media global de 477 puntos. Dentro de las disciplinas evaluadas, los mejores resultados se alcanzaron en ciencias, con 485 puntos, mientras que en matemáticas se registró una media de 473 y en lectura, 474. Estos datos evidencian un desempeño aceptable en el ámbito científico, pero insuficiente en matemáticas y comprensión lectora, dos áreas clave para la competitividad educativa y laboral a largo plazo, lo que explica parte de las limitaciones que el estudio atribuye a España en el contexto internacional.
Por otro lado, la producción científica española constituye un pilar sólido que equilibra el análisis. Según los datos recopilados, las universidades y centros de investigación del país generaron en 2024 un total de 3.870 publicaciones en ciencias naturales, cifra que coloca a España en el undécimo lugar a nivel mundial en volumen absoluto. Sin embargo, al ajustar los datos por población, el rendimiento per cápita resulta menos favorable: solo 80,8 publicaciones por cada millón de habitantes, que hace que España caiga hasta el puesto vigesimoquinto, quedando ligeramente por debajo de países como Francia (89,3) o Estados Unidos (91,9).