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Sociedad

Los payasos proetarras amenizaron el polémico campamento 'trans' de Bernedo

Las colonias de Bernedo contaban con la participación de Pirritx, Porrotx y Marimotots, cercanos a los presos de ETA

Los payasos proetarras amenizaron el polémico campamento ‘trans’ de Bernedo

Payasos proetarras.

El campamento de verano de Bernedo, Álava, en el que niños y niñas compartían duchas con sus monitores para que nadie se sintiera «categorizade», contaba con los payasos proetarras Pirritx, Porrotx y Marimotots, conocidos por utilizar el humor como camuflaje para sus manifestaciones en favor de la liberación de los presos de ETA. La asociación organizadora de las colonias, Sarrea Euskal Udaleku Elkartea, publicó un vídeo en el que los bufones abertzales se dirigían a los niños dejando claro cuál era su cometido: « ¡Hola a todos! ¡Bienvenidos! Estamos aquí para enseñaros a leer y escribir. ¡Estoy muy emocionado/a! ¡Yo también! Lo primero: vamos a aprender. Sí, ¡y a divertirnos un poco! ¡Vamos allá!».

Los payasos son interpretados por Aiora Zulaika (Pirritx), Jose Mari Agirretxe (Porrotx) y Mertxe Rodríguez (Marimotots), y hacen espectáculos desde 1987. Eran muy populares en País Vasco y Navarra, pero en los últimos años saltaron a la esfera nacional por su significación con el mundo proetarra. No en vano han participado en campañas impulsadas por Sare, la plataforma que reclama el acercamiento y la excarcelación de los presos de la banda terrorista, y han sido objeto de investigaciones judiciales. Las asociaciones de víctimas como Covite han sido muy críticos con ellos por «utilizar a niños para pedir impunidad para los etarras con actitud victimista».

Los payasos mantienen durante todo el año una intensa presencia en las fiestas de los pueblos del País Vasco. Ayuntamientos gobernados por EH Bildu, PNV y hasta por el PSE contratan a Pirritx, Porrotx y Marimotots para sus espectáculos infantiles, de los que se sirven para lanzar mensajes en favor de los presos de ETA, pero nunca de las víctimas. La participación de los payasos en el campamento entronca con la ideología abertzale de sus organizadores, Euskal Udaleku Elkartea, que ponían como requisito para participar en las jornadas hablar euskera.

Un campamento «inclusivo»

Además de la ideología abertzale, el campamento también se dice «transfeminista». De hecho, se escuda en esta cosmovisión para obligar a los niños a ducharse juntos en grupos mixtos, a veces incluso con los monitores, ya que no cree en «la división de géneros», y si alguien no se identifica como hombre o mujer puede sentirse «categorizade» (sic). Ademas, los voluntarios se paseaban desnudos por el comedor. Los padres no sabían de estas prácticas, que es lo que ha generado la polémica.

En la página web de la agrupación se puede consultar el anuncio del campamento, que se presenta como «inclusivo», pero no figura referencia alguna a las prácticas o actitudes denunciadas por las familias. Mucho menos que las duchas «más allá de ser un simple espacio de higiene, también son una oportunidad para normalizar todos los cuerpos, romper estigmas y liberarse de la vergüenza y la sexualización», que es lo que han excusado este viernes los organizadores en un comunicado.

Posibles delitos

El caso ha generado conmoción. El Ayuntamiento de Bernedo ha confirmado que la Ertzaintza, tras ser informada, ya investiga los hechos y trata de determinar si se han cometido delitos en la actuación de los trabajadores del campamento. Asimismo, el consejero vasco de Seguridad, Bingen Zupiria, ha indicado que la Policía ha tenido constancia de «algunos sucesos que acontecieron en un edificio de Bernedo» con menores de edad, ratificando que se está investigando y señalando que ese inmueble «no es un centro educativo ni una colonia», y que dicha actividad «no figura en ningún registro público».

Por su parte, el Departamento de Juventud de la Diputación de Guipúzcoa ha manifestado su «firme condena» y ha calificado de «inaceptables» los hechos. Ahora, tras estallar el caso y con muchas incógnitas por resolver, las autoridades lo investigan al tiempo en que las familias siguen reclamando respuestas y explicaciones.


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