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Informe inédito de la Ertzaintza sobre Bernedo: 'akelarres' sin ropa, marihuana y botellones

La policía autonómica vasca ya reflejó en septiembre de 2024 las «prácticas abusivas» del campamento infantil

Informe inédito de la Ertzaintza sobre Bernedo: ‘akelarres’ sin ropa, marihuana y botellones

Ilustración de Alejandra Svriz.

La Ertzaintza tenía conocimiento de las atrocidades que ocurrían en el campamento trans de Bernedo (Álava) un año antes de que saltara el escándalo. Así lo ha podido constatar THE OBJECTIVE, que ha accedido a un informe de la policía autonómica vasca del 24 de septiembre de 2024 sobre los Euskal Udalekuak en el que se admite el «conocimiento de prácticas abusivas por parte de los monitores» de Bernedo y Abaigar. Concretamente, abusos «de índole sexual, ideológico y de género».

El informe, confeccionado con testimonios de las familias de los menores de entre 8 y 16 años, arroja nuevos detalles escabrosos sobre las prácticas realizadas en esos campamentos entre 2021 y 2024. Por ejemplo, ya se cuenta ahí que los niños «para conseguir la merienda deben succionar el dedo del pie de alguno de los monitores», pero añade que «se lo realizaron a una niña la cual tuvo una infancia muy dura, de índole sexual», traumatizándola aún más. «En otras ocasiones debían enseñar las nalgas para conseguir la merienda», dice el informe de la Ertzaintza.

Extracto del informe de la Ertzaintza, que data de septiembre de 2024, sobre los campamentos trasngeneristas de Bernedo y Abaigar.

Según el testimonio de un niño de 14 años, había otros retos sexuales, como «dar un abrazo a una monitora en top les», castigando sin ir a la piscina a quien no lo hiciera. Las monitoras trataban de manipular a los niños para modular sus relaciones sexuales, comentando que «los varones no deberían existir». Este testimonio primigenio corrobora además lo ya sabido: que las duchas eran compartidas, que los monitores cocinaban desnudos y que –esto es novedoso– «en Abaigar pusieron los niños de ambos sexos desnudos contra la pared y posteriormente los ducharon».

«Akelarres» y drogas

Otro detalle nuevo en el informe inicial de la Ertzaintza es la organización de «akelarres». Según el testimonio de un chaval, los monitores «bailaban sin ropa alrededor de la hoguera», y «metieron a uno de los menores a bailar, comenzando a llorar por no querer realizar dicha práctica». «Posteriormente una monitora le realizó el baile del perro de su parte trasera con la parte íntima del menor», se explica.

Informe de la Ertzaintza de septiembre de 2024 sobre los campamentos trasngeneristas de Bernedo y Abaigar.

«Las faltas de respeto son continuas», concluye la policía autonómica vasca, que recoge también el consumo de alcohol y drogas por parte de los monitores: «En el río situado en cercanías, los monitores suelen realizar botellones hasta las seis de la mañana, para posteriormente intercambiarse con los cocineros y poder descansar». Además, «en el año 2024 el consumo de marihuana entre dos monitores fue muy desorbitado, observando los menores que no se encontraban en buenas condiciones».

Una monitora corrobora en el informe todos los extremos antes mencionados, añadiendo que «a una de las menores, como no tenía el look de pelo acorde a los estándares de los monitores, le cortaron el lateral de la cabeza, sin permiso alguno de sus tutores legales». También confirma todo lo sucedido en las duchas y en la cocina, en donde «los monitores suelen cocinar sin ropa alguna, solo con el delantal de cocina». Por último, aporta que «sólo el 30% de los monitores tiene que tener el curso realizado» y que «las ikastolas fomentan ir a estos udalekus».

Proceso judicial

Este es el primer informe de la Ertzaintza sobre el campamento transgenerista de Bernedo, basado en conversaciones con personas implicadas que alertaron de posibles irregularidades en los campamentos organizados por Sarrea Euskal Udaleku Elkartea entre 2021 y 2024, y dirigidos a niños de entre ocho y 16 años. La investigación policial comenzó entonces, pero no se formalizó hasta enero de 2025, cuando educadoras sociales de la Diputación de Guipúzcoa presentaron testimonios en la comisaría de Zarauz sobre posibles agresiones sexuales a tres menores tutelados. Esto derivó en las primeras diligencias policiales y el envío de un atestado al juzgado en abril de 2025.

No fue hasta agosto de 2025 cuando se interpusieron las primeras denuncias formales, lo que reactivó y amplió la pesquisa, llevando a más de una docena de denuncias acumuladas y a la intervención judicial el pasado mes de septiembre.

Los monitores confiesan

Lejos de negar las acusaciones, Sarrea Euskal Udaleku Elkartea emitió un comunicado justificando la presencia de duchas mixtas como una forma de «normalizar todos los cuerpos» y «romper estigmas». «Más allá de ser simplemente un lugar de higiene», esas duchas, en las que los propios monitores se insertaban, son también «una oportunidad para romper estigmas y liberarnos de la vergüenza y la sexualización», expuso la asociación, que dice basarse en «valores transfeministas». Uno de ellos ha sido contactado por THE OBJECTIVE para aportar más detalles, pero ha declinado responder.

Sea como fuere, los hechos y las explicaciones satisficieron a un centenar de padres abertzales, que hicieron pública una carta dando las «gracias de todo corazón» a los monitores por los hechos presuntamente delictivos. «Gracias por convertir momentos básicos de la vida (comidas, higiene y descanso) en un espacio político. Y gracias por dejar claro que el cuerpo de cada persona es un espacio político», expresaron 137 progenitores en una carta remitida al diario Berria escrita íntegramente en euskera.

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