«Ni negro, ni blanco»: las protectoras cortan o limitan la adopción de gatos en Halloween
Quienes buscan gatos para disfraces o rituales y se encuentran con la negativa de las protectoras

Un gato negro.
Ni un solo gato en adopción: muchas protectoras de animales cortan de raíz en estos días la entrega de felinos para evitar el uso, sobre todo de los gatos negros, en festividades o sacrificios relacionados con la fiesta de Halloween; las que siguen con los procesos de adopción extreman los filtros para asegurarse de que los animales van al hogar adecuado.
«En esta época del año no damos ni un solo gato en adopción. Ni negro, ni blanco, ni de ningún color», asegura Natalia Esteban, miembro de La Posada Felina, una asociación sin refugio físico, pero que trabaja con distintas casas de acogida. Porque, a falta de gatos negros, explica, se recurre a los carey o a los atigrados oscuros, también muy demandados.
Quienes buscan gatos para disfraces o rituales y se encuentran con la negativa de las protectoras acuden entonces a páginas de compraventa entre particulares para localizar camadas que se ofrecen gratis. Ahí el control es prácticamente imposible.
El Ayuntamiento de Terrassa (Barcelona) es uno de los organismos oficiales que ha prohibido la adopción de gatos negros del centro municipal de animales domésticos hasta el 10 de noviembre. Natalia Esteban indica que es fácil rastrear en internet o en redes sociales la práctica de rituales en las que se utiliza a los gatos: negros para la brujería, blancos para la santería.
Estos rituales, dice, a veces conllevan sacrificios y mutilaciones hechas «con precisión quirúrgica para que el animal muera lentamente». ¿Se puede denunciar? «Sí, pero difícilmente probar», apunta Esteban, muy crítica con la Ley de Bienestar Animal de 2023 por asuntos como no incluir a los perros de caza.
Filtros y seguimiento, las herramientas de las protectoras
Para ilustrar la importancia de controlar a quién se da un gato en adopción, la representante de La Posada Felina menciona el caso de una petición que llegó a su asociación y que resultó proceder de la dueña de una tienda de esoterismo en Madrid. No se le concedió el gato, por si acaso.
Lola Julià, presidenta de la protectora madrileña Abrazo Animal, señala que en estas fechas ponen especial cuidado con los gatos negros, para ver «a quién se le dan». «Filtramos muchísimo, hay tal triaje que no nos suele pasar», afirma en referencia a la adopción por motivos espurios. «Pero tenemos que prevenir, porque sí se han usado para rituales».
Julià señala que el gato negro es mucho menos demandado que el resto, por superstición, aunque la gente no sabe que «tiene un carácter maravilloso». «Quien ha tenido uno, repite», asegura. «El color del manto, aunque parezca mentira, dice mucho de las características que definen a un gato. Un gato negro es una panterita adorable», afirma.
Según Julià, actualmente hay «veinte veces más personas que adoptan gatos que perros» y las clínicas veterinarias también atienden más a aquellos que a estos. «Es el animal del futuro. Los dueños, con las actuales jornadas de trabajo, prefieren un animal que se autocuida y que es limpísimo».
Beatriz Martín, presidenta de Gatocan, coincide en la necesidad de ser «muy exigentes» al dar un animal en adopción. «Este tipo de gente que busca gatos negros en Halloween, que desgraciadamente la hay, va a sitios donde se los dan sin más», comenta. «Nosotros hacemos un cuestionario previo, un contacto, y luego un seguimiento. Esas personas no pasarían el filtro».
«Quienes cometen esas barbaridades no buscan garantías, sino facilidades», destaca la responsable de esta protectora gallega.
En muchos países, España entre ellos, el gato negro se asocia con la mala suerte y con la brujería. Para contrarrestar esta imagen, en 2011 se declaró en Estados Unidos el 27 de octubre como el Día del Gato Negro, coincidiendo con la proximidad de la noche de Halloween, el 31 de octubre.