La familia del pintor del cuadro de Colón, «escandalizada» y «dolida» por el ataque
Los descendientes de José Garnelo afirman que estos actos vandálicos continuarán «hasta que alguien vaya a la cárcel»

Momento de la detención de las activistas de Futuro Vegetal, tras vandalizar el lienzo. | Gaspar Ruiz-Canela (EFE)
«Un mazazo». Así definen los descendientes del pintor José Garnelo y Alda el momento en que vieron las imágenes del ataque al cuadro Primeros homenajes del Nuevo Mundo a Colón el pasado domingo. Este 12 de octubre, con motivo del Día de la Hispanidad, dos activistas de la organización Futuro Vegetal vandalizaron el lienzo en que el pintor valenciano inmortalizó la llegada de Colón a América. El equipo de restauradores del Museo Naval ya ha hecho una primera limpieza de la pintura, pero creen que los daños al barniz son irreversibles.
La familia del artista recibió la noticia con estupor. «Escandalizados y dolidos», dice María Joaquina Alda Garnelo, sobrina nieta del pintor, resumiendo el sentir de los descendientes. Su hija, Silvia Montiel Alda, afirma a THE OBJECTIVE que casi lo veía venir: «Viendo los movimientos que hay de ataque al descubrimiento [de América], yo pensaba ‘cualquier año es bueno para que hagan un destrozo’».
A las autoras de ese destrozo, Silvia les recuerda que «se pueden defender las propias ideas sin necesidad de hacer daño a una obra de arte», además de que ellas «no tienen la verdad absoluta sobre algo que ocurrió hace 500 años». Preguntada por el hecho de que las activistas de Futuro Vegetal ya hayan sido puestas en libertad, la descendiente de Garnelo lo considera «una barbaridad»: «Ya han tenido su publicidad y su momento de gloria y nada impide que lo vuelvan a hacer. Es muy preocupante que se haya puesto de moda atacar obras de arte. Hasta que alguien no se lleve una pena fuerte de cárcel, van a seguir».

José Garnelo: pintor, subdirector del Prado y maestro de Picasso
Garnelo, nacido en Enguera (Valencia) y criado en Montilla (Córdoba), fue un pintor polivalente y destacado en su época, con una pincelada de influencias impresionistas, a la manera de Mariano Fortuny o de su contemporáneo Joaquín Sorolla. Su obra recoge motivos históricos, como el ya mencionado lienzo sobre Colón o uno sobre la muerte del poeta hispanorromano Lucano; religiosos, como la obra alegórica Manantial de amor o la costumbrista Lourdes, ambas propiedad del Museo del Prado; o retratos, como cuando pintó al rey Alfonso XIII en 1906.
Sus lienzos fueron galardonados en varias ocasiones, con dos Segundas Medallas en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid (1888 y 1890), la Primera Medalla de esta misma muestra en 1892 y la Medalla de Oro en la Exposición Universal de Chicago de 1893, donde se premió precisamente el cuadro sobre Colón que fue vandalizado el pasado domingo. Además, llegó a ser subdirector del Prado y director de la Academia Española de Roma, entre otros reconocimientos.
Tanto María Joaquina como Silvia viven en Málaga, patria chica de otro personaje presente en la vida de Garnelo. Hablamos nada menos que de Pablo Picasso, que coincidió con el artista valenciano en los últimos años del siglo XIX en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona. En aquellos años, el pintor del Guernica fue alumno del «gran Garnelo», como él mismo le llamaba. Incluso llegó a pintar dos de sus obras precoces –La primera comunión y El monaguillo– en el taller de su maestro, un espacio que recordó siempre con mucho cariño.
Garnelo homenajeó a las repúblicas hispanoamericanas
En una publicación en su cuenta de X, Futuro Vegetal justificó el ataque al cuadro de Garnelo sobre Colón argumentando que se trataba de «propaganda colonial de la monarquía hispánica». Sin embargo, la propia obra del pintor valenciano se aleja de una exaltación patriótica de España por encima de los pueblos precolombinos.
Un excelente testimonio de ello es precisamente un cuadro que María Joaquina guarda con celo en su casa. Se trata de Homenaje a las Repúblicas Americanas y al Genio de la Raza, un lienzo que Garnelo pintó en 1934 y donde, junto a la española, aparecen representadas todas las banderas de los países que un día formaron la América hispana. Las enseñas, además, están sostenidas por alegorías que portan gorros frigios, símbolo del republicanismo y de la libertad. No parece, desde luego, el discurso de un pintor que pretenda promover una «propaganda colonial».

«El arte une, no desune, no se debe buscar la confrontación ahí», afirma Silvia, que añade que «como sociedad perdemos totalmente el norte si no sabemos valorar el arte». Por su parte, María Joaquina se muestra «muy orgullosa» de que los Primeros homenajes del Nuevo Mundo a Colón, el cuadro de su tío abuelo, se siga exhibiendo en el Museo Naval: «Allí lo puede ver todo el mundo, es el mejor reconocimiento que se le puede hacer».