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Sociedad

El desencanto con la democracia gana terreno en Occidente

Según Ipsos, existe la percepción mayoritaria de que la calidad democrática ha empeorado en los últimos cinco años

El desencanto con la democracia gana terreno en Occidente

Carteles electorales en una imagen de archivo. | Eduardo Parra (EP)

El descontento con la democracia avanza en buena parte de Occidente. Así lo muestra una encuesta de Ipsos hecha a casi 10.000 personas en nueve países —Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Italia, España, Países Bajos, Polonia, Suecia y Croacia— en la que aproximadamente la mitad de los ciudadanos declara estar insatisfecha con el funcionamiento del sistema democrático en su nación. Solo Suecia escapa a esta tendencia: un 65% de los encuestados dice sentirse conforme, aunque también expresa inquietud por el futuro político.

Los niveles más bajos de satisfacción se concentran en Croacia (18%), Francia (19%) y Estados Unidos (20%). Italia, Reino Unido y España se mueven en cifras muy similares, entre el 26% y el 27%. En Países Bajos la sociedad aparece dividida —36% satisfechos frente a 37% insatisfechos—, mientras que en Polonia el balance es más favorable (40% satisfechos, 31% insatisfechos). A esta sensación de desencanto se suma la percepción mayoritaria de que la calidad democrática ha empeorado en los últimos cinco años. Solo en Polonia predomina la impresión contraria: allí el 42% cree que la situación ha mejorado. En el resto del continente, la visión es sombría: Francia encabeza la preocupación, con un 81% que afirma que su sistema democrático se ha deteriorado, seguida de Países Bajos (76%). También es mayoritaria esta percepción en Estados Unidos (61%), España y Reino Unido (58%).

A pesar del malestar general, en casi todos los países la mayoría de las personas piensa que la democracia es crucial para la sociedad y que debe hacerse todo lo posible por mantenerla: Suecia (87%), Países Bajos (84%), España (73%), Francia (67%), Italia (67%), Polonia (66%), Reino Unido (65%) y Estados Unidos (65%). En Croacia más de la mitad de los encuestados considera que solo merece la pena que se conserve si garantiza una buena calidad de vida para la población (51%). Existe un claro apoyo a la idea de que votar puede influir en los acontecimientos, a pesar del escepticismo sobre si la participación personal en política puede contribuir al cambio, idea que crece en Croacia, Italia, Países Bajos, Suecia y el Reino Unido. 

Decepción con los gobiernos e instituciones

En la mayoría de los países más de la mitad de la población cree que la economía o el sistema están manipulados a favor de los ricos y poderosos, y apoyan un cambio radical: Croacia (69%), Francia (66%), Italia (55%), Polonia (60%), Reino Unido (60%) y España (52%). Por otro lado, en todos los lugares se prefiere a líderes políticos que buscan el consenso frente a los que se aferran a sus principios sin importarles los demás. Igualmente, a excepción de Polonia, en todas las naciones la mayoría considera que sería demasiado arriesgado otorgar más poder al presidente sin que tuviera que rendir cuentas en el parlamento.

En relación con los gobiernos, el estudio revela una fuerte desconfianza tanto hacia los gobiernos nacionales como hacia las grandes organizaciones internacionales. En ninguno de los países la mayoría cree que su ejecutivo represente adecuadamente sus intereses. Reino Unido y Croacia son los peor valorados, con tan solo un 23% de opiniones positivas. Las Administraciones locales, en cambio, obtienen mejores cifras, especialmente en Países Bajos y Francia, donde el 67% de los ciudadanos siente que sus autoridades más cercanas sí reflejan sus puntos de vista. En el ámbito internacional, el G7 es la institución peor percibida: apenas entre el 8% y el 19% considera que protege de forma eficaz la democracia. La opinión sobre la Unión Europea y la OTAN es algo más favorable en Suecia y Polonia, pero sigue siendo modesta en comparación con otros actores.

Preocupa el futuro

La preocupación por el futuro del sistema democrático es mayoritaria en casi todos los países analizados, con una única excepción: Suecia, donde el 55% de la población asegura no estar inquieta por ello. En el otro lado de la balanza se sitúa Francia, donde el 86% de la ciudadanía teme un deterioro democrático en los próximos cinco años; en España, el 80%; en Reino Unido y Polonia, el 75%; en Países Bajos, el 74%; en Croacia, el 73%; en Estados Unidos, el 69%, y en Italia, el 64%. En cuanto a su continuidad, la difusión de noticias falsas se percibe como la principal amenaza para su permanencia en los países del norte de Europa: Reino Unido (64%), Suecia (67%), Países Bajos (75%), Francia (56%) y Polonia (76%, junto con la falta de rendición de cuentas). Mientras, la corrupción se considera el mayor peligro para los ciudadanos de Estados Unidos (63%) y los países del sur del continente: España (73%), Croacia (80%), Italia (47%, junto con la desigualdad económica). Igualmente, es común la visión de la falta de rendición de cuentas de los políticos, el auge del extremismo y la polarización política como obstáculos para la pervivencia del sistema.

Frente al deterioro de la democracia, la aplicación rigurosa de leyes anticorrupción se ve como medida eficaz en la mayoría de los países encuestados: Reino Unido (51%), Suecia (47%), Polonia (63%), Estados Unidos (55%), España (76%), Croacia (78%) e Italia (49%). Asimismo, se cree que una regulación más estricta de las redes sociales también sería útil, especialmente en los países que identifican las noticias falsas como una de las principales amenazas: Francia (55%), Reino Unido (52%), Suecia (45%), Países Bajos (58%) y Polonia (52%). Por último, la protección de la independencia judicial es considerada funcional con frecuencia, sobre todo en Croacia (61%), Polonia (70%), España (62%), Suecia (58%) y Países Bajos (57%).

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