La OMS advierte de un aumento de casos de sarampión pese a una reducción de las muertes
Once millones de personas se infectaron en 2024, 800.00 casos más que la etapa de prepandemia de Covid-19

Niño con síntomas del sarampión. | EP
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido este viernes sobre un aumento de casos de sarampión a lo largo de 2024, a pesar de que se ha conseguido reducir el número de muertes en un 88 por ciento desde el año 2000, unos avances «importantes» pero «lentos», especialmente si se tiene en cuenta que se trata de una enfermedad que puede prevenirse con una vacuna «altamente efectiva» y de bajo coste.
La jefa de la Unidad del Programa Esencial de Inmunización de la OMS, Diana Chang Blanc, ha expuesto en una rueda de prensa que unos 11 millones de personas se infectaron de sarampión en 2024, lo que suponen 800.00 casos más que la etapa de prepandemia de Covid-19.
Si bien ha reconocido los «cuantificables» avances logrados en el camino hacia la eliminación del sarampión, ha subrayado que aún existen importantes retos y que el ritmo de progreso sigue siendo «demasiado lento». «Aunque 95.000 muertes es la cifra más baja registrada desde el año 2000, la mayoría de ellas se producen en niños menores de cinco años, y el 80 por ciento en la región de África y la región del Mediterráneo Oriental», ha detallado.
Es por ello por lo que Chang ha destacado que el número de casos y de muertes «aún sigue siendo demasiado alto», y que el progreso realizado durante décadas puede revertirse, tal y como indica el «creciente número» de brotes registrados en todo el mundo, con hasta 59 países que los han experimentado, una cifra casi tres veces superior a la de 2021.
Además, un 25 por ciento de estos brotes han ocurrido en países que previamente habían eliminado el sarampión y se habían declarado como territorios libres de la misma, como ha sido el caso de Canadá; el hecho de perder este estatus no quiere decir que no pueda recuperarse, y Chang ha señalado que la pérdida del mismo marca un «claro camino» a seguir.
Lograr coberturas del 95%
«En primer lugar, debemos cerrar las brechas de inmunidad y lograr una cobertura de al menos el 95 por ciento con ambas dosis en todos los países. Esto implica fortalecer los sistemas de Atención Primaria y rutinaria, adaptar estrategias y métodos innovadores para llegar a las personas más difíciles de alcanzar, e implementar campañas de vacunación masiva contra el sarampión de alta calidad y alto nivel», ha detallado.
A pesar de la eficacia de las dos dosis, aún quedan tres países por introducirla. Además, mientras que el 84 por ciento de los niños a nivel mundial recibió su primera dosis, tan solo el 76 por ciento recibió la segunda, lo que se traduce en que unos 30 millones de niños seguirán desprotegidos contra esta enfermedad, de los que una gran mayoría viven en la región de África y del Mediterráneo Oriental, especialmente en entornos frágiles, vulnerables y afectados por conflictos.
Por todo ello, los países también deben fortalecer su capacidad de respuesta rápida ante brotes, para lo que se deben mejorar los sistemas de vigilancia y respuesta. Todo ello requiere de un «fuerte compromiso político, implicación local y financiación sostenible».
Chang también ha expuesto que ya hay 96 países que han logrado el estatus de eliminación del sarampión, lista a la que se han sumado las Islas del Pacífico, Cabo Verde, Seychelles y Mauricio, siendo estos tres los primeros países africanos en lograr esta distinción.
Causas de la falta de progreso
«¿Por qué el mundo no avanza más? Creo que es una combinación de muchos factores. El retroceso en la cobertura de vacunación durante la pandemia de Covid-19, de la que aún nos estamos recuperando, está impulsando el aumento repentino de brotes en países que ya habían eliminado el sarampión», ha expresado.
Así, ha alertado de que si los esfuerzos para recuperar las tasas de vacunación previas a la pandemia no tienen éxito, los niños no vacunados se sumarán a los de años anteriores y aumentará el número de personas susceptibles a sufrir la enfermedad. Aunque hay algunos países que sí han podido recuperar sus cifras de antes de la pandemia, la mayoría de los países del Mediterráneo Oriental no lo han logrado, siendo precisamente la región que más aumento de casos ha experimentado, con un crecimiento del 86 por ciento con respecto al año anterior.
Esta situación también se ha repetido, aunque en menor proporción, en Europa (aumento del 47 por ciento) y el Sudeste Asiático (42 por ciento). África, por el contrario, ha experimentado una reducción del 40 por ciento, en parte por los continuos esfuerzos en las coberturas vacunales.
La directora de Inmunización, Vacunas y Productos Biológicos de la OMS, Kate O’Brien, ha manifestado que la alta transmisibilidad del sarampión hace que incluso «pequeñas caídas en la cobertura vacunal» puedan desencadenar brotes, lo que sirve como una «alarma» sobre el estado de estas coberturas.
«Cuando el sarampión resurge, advierte de la existencia de brechas en la cobertura de inmunización, o de comunidades no vacunadas o con una vacunación insuficiente, ya que se necesita una cobertura alta, de alrededor del 95 por ciento, para detener la transmisión del sarampión. En segundo lugar, los brotes de sarampión también indican que el sistema de salud no está funcionando a su máximo rendimiento, lo que significa que existen desigualdades en el acceso a la atención médica, incluyendo los servicios de inmunización, y una vigilancia o notificación inadecuada de enfermedades», ha indicado.
Tras ello, ha subrayado que cuando se detectan casos de sarampión también quiere decir que existen desafíos y desigualdades similares para otras enfermedades igualmente prevenibles mediante la vacunación, tales como la difteria o la tos ferina.
«Desafortunadamente, en gran parte del mundo, las alarmas están sonando. Los casos de sarampión están aumentando, los brotes están aumentando y demasiados niños siguen desprotegidos. Cada caso que vemos hoy, cada hospitalización, cada comunidad que lucha contra un brote y cada vida perdida nos recuerda lo que ocurre cuando disminuye la cobertura de vacunación y cuando los sistemas de salud no logran llegar a todos los niños», ha recalcado.
Por todo ello, ha hecho especial hincapié en que 2025 es un año «crucial» al marcar la mitad del camino hacia la Agenda de Inmunización 2030 (IA2030), y que estas cifras subrayan la «urgente necesidad» de acelerar los esfuerzos encaminados a garantizar una protección «equitativa y sostenida» contra el sarampión.
El efecto de la desinformación
Por otro lado, O’Brien ha hecho referencia a la cada vez «más frecuente» difusión de desinformación sobre vacunas a través de redes sociales y otro tipo de canales, con una «escala y alcance» que no se habían visto hasta ahora.
«Es muy confuso para los padres intentar comprender dónde pueden obtener la información más precisa, y a menudo se ven influenciados por las áreas en las que buscan información, o simplemente por lo que escuchan en sus comunidades. Por eso, consideramos más importante que los líderes de las comunidades, ya sean religiosos, sociales, políticos u otros, especialmente en escuelas y profesionales de la salud, comprendan bien la realidad de las vacunas y compartan esa información precisa y veraz sobre ellas», ha recalcado.
Es por ello por lo que la OMS se encuentra trabajando «estrechamente» con profesionales sanitarios de todo el mundo, de forma que cuenten con información «precisa y actualizada» sobre la seguridad y eficacia de las vacunas.
