Un estudio demuestra que la píldora anticonceptiva provoca depresión
Basándose en los datos empíricos recogidos, el estudio señala que las mujeres que toman anticonceptivos orales combinados tienen un 23% más de probabilidades de ser diagnosticadas con depresión, y que aquellas que consumen píldoras de progestina (también conocida como «la mini-píldora») son un 34% más propensas a sufrir esta enfermedad. La investigación concreta que las mujeres adolescentes son las que presentan un mayor riesgo, con un 80% más de probabilidades de padecer la enfermedad al tomar la píldora combinada. Por otro lado, los científicos han probado que otros métodos hormonales normalmente ofrecidos como alternativa a la píldora, como por ejemplo el parche o el anillo, también conllevan un aumento del riesgo a padecer depresión, y además lo hacen a una velocidad mucho mayor los anticonceptivos orales. Tal y como señala la especialista Holly Grigg-Spall en su artículo para The Guardian que se hace eco de la publicación del estudio, son numerosos los médicos y científicos que durante años han empezado a alertar a la población sobre los riesgos de este tipo de anticonceptivos, por lo que este tipo de investigaciones resultan clave para que las mujeres puedan decidir la opción anticonceptiva que mejor se adapte a sus condiciones de salud y estilo de vida conociendo los posibles efectos adversos de esta clase de medicación.
Un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Copenhague ha confirmado el estrecho vínculo entre los anticonceptivos hormonales y la depresión. Las conclusiones señalan que las mujeres que toman la píldora anticonceptiva son al menos un 23% más propensas a sufrir esta enfermedad. Se trata de la mayor investigación al respecto llevada a cabo hasta la fecha, ya que contó con la participación de millón de mujeres en edades comprendidas entre los 15 y los 34 años.
Basándose en los datos empíricos recogidos, el estudio señala que las mujeres que toman anticonceptivos orales combinados tienen un 23% más de probabilidades de ser diagnosticadas con depresión, y que aquellas que consumen píldoras de progestina (también conocida como «la mini-píldora») son un 34% más propensas a sufrir esta enfermedad. La investigación concreta que las mujeres adolescentes son las que presentan un mayor riesgo, con un 80% más de probabilidades de padecer la enfermedad al tomar la píldora combinada. Por otro lado, los científicos han probado que otros métodos hormonales normalmente ofrecidos como alternativa a la píldora, como por ejemplo el parche o el anillo, también conllevan un aumento del riesgo a padecer depresión, y además lo hacen a una velocidad mucho mayor los anticonceptivos orales. Tal y como señala la especialista Holly Grigg-Spall en su artículo para The Guardian que se hace eco de la publicación del estudio, son numerosos los médicos y científicos que durante años han empezado a alertar a la población sobre los riesgos de este tipo de anticonceptivos, por lo que este tipo de investigaciones resultan clave para que las mujeres puedan decidir la opción anticonceptiva que mejor se adapte a sus condiciones de salud y estilo de vida conociendo los posibles efectos adversos de esta clase de medicación.