Primates con parálisis vuelven a caminar gracias a un nuevo descubrimiento
En los últimos años, la ciencia había avanzado hacia el control de manos robóticas a través de un chip implantado en el cerebro, tanto en monos como en humanos. Sin embargo, lo inusual de este nuevo sistema es que se concentra en la parte inferior del cuerpo y no en los brazos como los anteriores, y además permite al mono este movimiento sin necesidad de estar conectado a un ordenador. Así, aunque se necesita un ordenador para decodificar y traducir las señales del cerebro, es posible crear un dispositivo que no tenga que estar conectado a él. Estos avances podrían ser aplicados a terapias humanas “en los próximos diez años”, según ha explicado Grégoire Courtine, uno de los científicos que ha participado en el estudio. Esto ayudaría en las rehabilitaciones y “mejoraría la recuperación y la calidad de vida”. No obstante, ha dejado claro que este sistema está pensado para mejorar el proceso de rehabilitación y “la gente no andará por las calles con una conexión médula-cerebro” en un futuro próximo.
Monos con daños en la médula espinal que habían causado la parálisis de una de sus piernas han recuperado rápidamente la habilidad para andar gracias a este nuevo descubrimiento: una conexión inalámbrica entre el cerebro y la médula. Este hallazgo, en el que han participado científicos de diferentes nacionalidades y que se ha realizado en Suiza, se ha publicado este miércoles en la revista Nature.
En los últimos años, la ciencia había avanzado hacia el control de manos robóticas a través de un chip implantado en el cerebro, tanto en monos como en humanos. Sin embargo, lo inusual de este nuevo sistema es que se concentra en la parte inferior del cuerpo y no en los brazos como los anteriores, y además permite al mono este movimiento sin necesidad de estar conectado a un ordenador. Así, aunque se necesita un ordenador para decodificar y traducir las señales del cerebro, es posible crear un dispositivo que no tenga que estar conectado a él.
Estos avances podrían ser aplicados a terapias humanas “en los próximos diez años”, según ha explicado Grégoire Courtine, uno de los científicos que ha participado en el estudio. Esto ayudaría en las rehabilitaciones y “mejoraría la recuperación y la calidad de vida”. No obstante, ha dejado claro que este sistema está pensado para mejorar el proceso de rehabilitación y “la gente no andará por las calles con una conexión médula-cerebro” en un futuro próximo.