La NASA prepara misiones a Urano y Neptuno para 2030
La NASA ha comenzado a planear cuatro posibles misiones para alcanzar Urano y Neptuno con el fin de reunir datos sobre su composición. El estudio de sus compuestos proporcionará un mayor conocimiento sobre el comportamiento de ambos planetas y de otros con los que comparten similitudes en sistemas solares lejanos.
La NASA ha comenzado a planear cuatro posibles misiones para alcanzar Urano y Neptuno para 2030 aproximadamente con el fin de reunir datos sobre su composición. El estudio de sus compuestos proporcionará un mayor conocimiento sobre el comportamiento de ambos planetas y de otros con los que comparten similitudes en sistemas solares lejanos.
«La misión por la que se decantan los científicos es una operación orbitacional para la cual se usaría una sonda atmosférica, esto proporciona un mayor grado de valor científico pues permite el estudio en profundidad de todos los aspectos del sistema del planeta: anillos, satélites, atmósfera, magnetosfera, etc», ha comentado Amy Simon, copresidenta del grupo de estudio de la era Pre-Decadal en estos gigantes de hielo.
De momento, hay cuatro misiones propuestas: tres orbitadoras y una operación de vuelo que pasará al lado de Urano, que incluiría una cámara de ángulo estrecho para extraer detalles, especialmente de las lunas del helado planeta. Durante las misiones también se dejaría caer una sonda atmosférica con la capacidad de sumergirse en la atmósfera de Urano que mediría los niveles nativos de gas y elementos pesados.
Los tres elementos imprescindibles para cada misión son una cámara de ángulo estrecho, como ya se ha mencionado, un imán Doppler y un magnetómetro, mientras que la sonda incluiría 15 instrumentos más como los detectores de plasma, imágenes infrarrojas y rayos UV, entre otros.
Las dos mayores prioridades científicas son determinar la composición del gigante y determinar su estructura interna y la abundancia de elementos pesados. Otros objetivos incluyen estudiar los campos de energía o el clima; la profundidad de las lunas y la formación de los sistemas de anillos que orbitan alrededor de Neptuno y Urano.
«Comparado con Neptuno, Urano tiene un sistema de satélites más grande, el cual ha formado con toda probabilidad una especie de disco alrededor del planeta, como ocurre en los sistemas de satélites de Júpiter y Saturno, que es útil para añadir datos a la ciencia planetaria comparativa. Estoy emocionado de entender mejor la diversidad de estos pequeños mundos», ha manifestado Jonathan Fortney de la Universidad de California en Santa Cruz, quien prefiere la idea de una misión de Urano.
Algunos obstáculos de la misión son la duración del viaje, de aproximadamente 14 años, y la necesidad de utilizar energía nuclear, ya que la solar no sería efectiva lejos del sol. Las 238 baterías atómicas alimentadas con plutonio que se usarían son escasas debido a los tratados internacionales que impiden el enriquecimiento de plutonio.
Las misiones de Urano tendrían su fecha de lanzamiento hacia 2034, pero si la NASA falla en el tiempo de lanzamiento, la oportunidad podría desaparecer. «Para Urano, las buenas fechas de lanzamiento desaparecen después de 2034, aunque en el 2036 pueden presentarse algunas buenas. Para Neptuno, sin embargo, no habría posibilidades después de 2030, debido a la falta de la ayuda gravitatoria de Júpiter. Habría que esperar a 2041 más o menos «, ha concluido Mark Hofstadter en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.