El iceberg más grande de la historia se desprende de la Antártida
Un iceberg de unos 5.800 kilómetros cuadrados, el más grande de la historia, se ha desprendido del segmento Larsen C de la Antártida, han informado este miércoles los científicos del Proyecto Midas, encargados de vigilar su evolución.
Un iceberg de unos 5.800 kilómetros cuadrados, el más grande de la historia, se ha desprendido del segmento Larsen C de la Antártida, han informado este miércoles los científicos del Proyecto Midas, encargados de vigilar su evolución.
El desprendimiento de este iceberg de un billón de toneladas se ha producido entre este lunes y este miércoles, han explicado los expertos, y transformará para siempre el paisaje de esta península antártica, pues ha reducido alrededor de un 12% el tamaño de Larsen C.
“Hemos estado esperando este suceso durante meses y nos ha sorprendido el largo tiempo que ha tardado la grieta en romper los últimos kilómetros de hielo”, ha explicado el científico Adrian Luckman, del Proyecto Midas, en un comunicado.
Los investigadores seguirán vigilando el impacto que tendrá esta fractura sobre la placa de hielo Larsen C y la evolución de “este enorme iceberg”, que será probablemente denominado A68.
Breaking news! The iceberg has fully detached from Larsen C – more details to follow soon pic.twitter.com/pdSxDuAGjR
— Project MIDAS (@MIDASOnIce) 12 de julio de 2017
Aunque pesa más de un billón de toneladas, este iceberg ya estaba flotando antes de su desprendimiento, por lo que los científicos no esperan que se produzca un aumento inmediato del nivel del mar.
“Ahora sigue formando un solo bloque, pero es más que probable que se rompa en segmentos”, ha explicado Luckman, que opina que parte del hielo “podría permanecer en la zona durante décadas”, mientras que otras partes podrían ir hacia el norte y acabar en aguas más cálidas.
La placa Larsen C se encuentra ahora en una situación vulnerable y es más inestable que antes del desprendimiento. Por esta razón, existe el riesgo de que acabe desintegrándose como le ocurrió a su vecino Larsen B en el año 2002, después de sufrir un desprendimiento similar en 1995.
Los científicos no tienen conocimiento de que este suceso esté “relacionado con el cambio climático provocado por el hombre”, ha dicho Luckman.