Encuentran pruebas de la existencia de agua helada en la Luna
La idea de encontrar agua en otros rincones del Sistema Solar ha acompañado al hombre durante décadas. Hace menos de un mes, la sonda europea Mars Express desveló por primera vez la existencia de agua salada en Marte en un gran lago escondido bajo una capa de hielo. Ahora, un equipo de científicos de la Universidad de Hawái ha encontrado –también por primera vez– la primera prueba de agua helada en la Luna, el único satélite de la Tierra.
La idea de encontrar agua en otros rincones del Sistema Solar ha acompañado al hombre durante décadas. Hace menos de un mes, la sonda europea Mars Express desveló por primera vez la existencia de agua salada en Marte en un gran lago escondido bajo una capa de hielo. Ahora, un equipo de científicos de la Universidad de Hawái ha encontrado –también novedosamente– la primera prueba de agua helada en la Luna, el único satélite de la Tierra.
El hallazgo, que tiene una importancia capital, ha sido posible a través de la información reunida por el Moon Mineralogy Mapper de la NASA, un instrumento que regresó de la Luna hace diez años, en 2008. El análisis de los datos recogidos revela la existencia de pequeñas placas de hielo mezcladas con rocas en la superficie de ciertos cráteres en los dos polos del satélite.
Anteriormente se había podido sospechar la presencia de combinaciones de hidrógeno y oxígeno –los elementos que componen el agua– en la Luna. Sin embargo, ha sido en esta ocasión cuando se han hallado partículas heladas de agua en la misma superficie. La comunidad científica no ha podido esconder su entusiasmo.
“Son noticias emocionantes y proporcionan una motivación para futuras misiones internacionales en las regiones polares para extraer e importar muestras de este hielo”, manifiesta Jim Head, un geólogo de la Universidad de Brown y experto conocedor de la formación de los planetas, en unas declaraciones recogidas por Quartz. “Si el hielo está en la superficie, significa que mucho más podría estar en el interior, cubierto por el terreno, o esparcido y congelado en otras capas”.
Por su parte, Shuai Li, geólogo de la Universidad de Hawaii y partícipe de la investigación, explica que si bien la información disponible no es suficiente para descifrar la procedencia del hielo, es probable que llegara hasta la Luna tras el choque de algún cometa con su superficie. De hecho, es conocido que el terreno accidentado del satélite, repleto de cráteres, se debe a las colisiones con otros cuerpos espaciales.
De este modo, pudo llegar junto al cometa o como producto de una combinación de gases que llegaron con el mismo a posteriori. Incluso cabe la posibilidad de que sean el resultado de unas reacciones químicas provocadas por los vientos solares sobre la Luna. Son solo hipótesis. Si conseguimos regresar a la Luna y traer de vuelta muestras reales del material encontrado, avanza Li, estaremos más cerca de una respuesta certera. A fin de cuentas, se trata de una pista más para averiguar si la Tierra es, realmente o no, el único lugar del Sistema Solar –y del universo– conocido capaz de albergar vida.