¿Cómo funciona el cerebro cuando se disecciona desde las humanidades?
Una exposición transita entre la ciencia, la filosofía y el arte para darnos a conocer los misterios del cerebro humano
El cerebro es el órgano más complejo del cuerpo humano. A la par de complejo, es desconocido y, aunque nos aporta luz en diferentes aspectos de la vida haciendo que el resto del sistema ande, ¿qué sabemos realmente sobre él?
Cerebro(s), la actual exposición en el Centro de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) analiza las miles de interrogantes y divulga lo que ya sabemos a través del arte, la ciencia o la filosofía. La exposición, que ha sido comisariada por el físico y biólogo Ricard Solé y Emily Sargent -representante del Wellcome Collection-, presenta alrededor de 300 piezas de artistas como Tomás Saraceno, Ivana Franke, Patrick Tresset, Joan Fontcuberta, Greg Dunn, Roc Parés, Laramascoto, Shona Illingworth o Xavi Bou.
¿Por qué nos interesa el cerebro?
El cerebro plantea todo tipo de problemas para mantener ocupados a los científicos. ¿Cómo aprendemos, almacenamos recuerdos o percibimos las cosas? ¿Cómo sabes que debes apartar la mano del agua hirviendo o escuchar tu nombre pronunciado al otro lado de la habitación en una fiesta ruidosa?
Tenemos una cantidad de información asombrosa sobre el cerebro, de hecho, no podemos seguir las noticias durante una semana sin encontrar al menos una historia sobre científicos que descubren una región del cerebro asociada con el juego, la pereza, el amor a primera vista o el arrepentimiento, y eso, es solo la investigación que aparece en los titulares. Mientras tanto, el campo de la inteligencia artificial -que se enfoca en recrear las habilidades del cerebro humano, más que en lo que se siente ser uno– ha avanzado a pasos agigantados en los últimos años.
El cerebro nos crea a través del lenguaje y la memoria, lo que facilita la comunicación con nosotros mismos y nuestro entorno. El lenguaje es el mayor elemento de la evolución humana, aunque sus orígenes aun sean desconocidos. Este eslabón evolutivo hace que podamos comunicarnos porque es un elemento que tiene una estructura en red, al igual que internet, por eso, entender un sistema computacional enfermo se asemeja a lo que sucede en nuestro cerebro cuando tiene una enfermedad degenerativa como, por ejemplo, el Alzheimer. Sin embargo, y a diferencia de los sistemas computaciones, aun no hay respuestas, curas ni arreglos para dichas enfermedades en el ser humano.
No hay razón para suponer que nuestros cerebros serán recipientes adecuados para el viaje hacia esa respuesta. Quizás no por ahora y por eso sigue siendo un enigma atractivo en el que navegar partiendo de muchos puertos, en especial, desde el mundo del arte.
¿Qué ver en Cerebro(s)?
Todos estos avances, a la par de todas las nuevas dudas que genera este gran órgano humano, es lo que puede encontrarse al visitar la exposición Cerebro(s), una coproducción con la Wellcome Collection de Londres y la Fundación Telefónica, organización que llevará también a Madrid la muestra para las fiestas navideñas, cuando culmine el próximo 11 de diciembre en las instalaciones del CCCB en ciudad Condal.
Vale destacar que la exposición plantea, a través de material histórico, las investigaciones y los dibujos originales de filósofos como Santiago Ramón y Cajal o ediciones de época de Descartes o Vesalius, hasta inventos y maquinarias de científicos visionarios como Torres Quevedo o, la primera programadora, Lady Ada Lovelace.
La exposición comienza con la zona titulada «Materia» donde se presenta una gran colección de la Wellcome Collection, así como diferentes piezas -la ilustración del craneo del pintor renacentista Rafael, por ejemplo- y textos que asemejan el cerebro como artefacto tecnológico de la biología humana: el cerebro que calcula, teje redes como una red eléctrica o como un procesador de ordenador.
El segundo apartado expositivo de Cerebro(s) tiene que ver con la «Mente» donde se profundiza en cómo el cerebro genera los procesos donde la memoria y la consciencia son elementos interconectados y, probablemente, los más desconocidos. Vale destacar la obra de Louise K. Wilson, Timeline, del año 2003, donde a los visitantes se les invita a poner a prueba su memoria y recordar su primer recuerdo. En esta sección también se profundiza en la actualidad de la neurociencia y en las reflexiones filosóficas que algunos artistas hacen de partir de esta especialidad, como por ejemplo los diferentes autorretratos que el artista William Utermohlen, fue pintando al ser diagnosticado con Alzheimer en 1995, una enfermedad que solo puede verificarse con certeza al inspeccionar el cerebro post mortem.
Cerebro(s) concluye en una tercera zona titulada «Otras mentes», donde se expone e investigan las inteligencias artificiales alternativas, muy en la línea que ha venido trazando la comisaria del CCCB en los últimos años. En este espacio se observan las múltiples posibilidades e inteligencias en otras especies y estructuras, como la majestuosidad del pulpo, los cerebros líquidos de una colonias de hormigas, las redes sensoriales y cognitivas creadas por las arañas, las cuales son ejemplificadas con espectacularidad en la obra biológica del artista argentino Tomás Saraceno. También se hacen referencias a cómo las células simples pueden resolver problemas matemáticos complejos o cómo la inteligencia artificial puede brindarnos nuevas perspectivas -el caso de la partida de ajedrez entre Garry Kasparov y Deep Blue- o robots biológicos sin cerebro que muestran comportamientos básicos.
Al salir de esta exposición podrás imaginar y recordar miles de preguntas sobre tus pensamientos parpadeando dentro de tu mente o, también, después de leer este artículo, entraras en todas las versiones de mis pensamientos que ahora estarán parpadeando en tu cerebro.
La exposición Cerebro(s) estará abierta al público desde el 27 julio al 11 diciembre 2022 en las instalaciones del Centro de Cultura Contemporània de Barcelona.