Expulsan a un experto en genética de un acto 'trans' en la Universidad de Barcelona
El bioquímico y genetista Martín Endara fue expulsado del evento Prisma con el argumento de que los demás asistentes «no se sentían seguros con su presencia»
La Universidad de Barcelona (UB) ha acogido esta semana la actual edición de las Conferencias PRISMA, evento que se celebra desde 2019 en distintos puntos de España para promover las teorías queer en la ciencia. Esta edición, que se ha desarrollado en el Aula Magna de la UB, ha trascendido fuera de la propia universidad porque el bioquímico y experto en genética, Martín Endara Coll, ha denunciado a través de sus redes sociales haber sido expulsado de las conferencias por sus organizadores con el argumento de que los demás asistentes «no se sentían seguros con su presencia».
«Me inscribí como el resto, fui el primer día sin que me nadie me dijera nada, y este martes al volver me han echado», relata Endara. Por su parte, el director de PRISMA 2022, Tiago Botelho, no ha querido valorar esta expulsión al ser preguntado por este periódico. El genetista añade que hizo «dos preguntas muy respetuosas» y que en ningún momento le llamaron la atención.
«Si hubiera sido este el problema, me lo hubieran dicho en el momento, pero no fue así. Me echaron al día siguiente cuando vieron mi blog y que no comparto sus teorías». Y lamenta que «ni siquiera permiten debatir ideas», pese a celebrar las conferencias en una universidad donde se presupone que el pensamiento crítico y la discusión están a la orden del día.
«Conferencia libre de acoso»
Si se observa el código de conducta que PRISMA tiene en su página web, es bastante estricto al respecto en sus normas. Hablan de «conferencia libre de acoso», y como acoso se incluye «comentarios verbales ofensivos relacionados con el género, la identidad y expresión de género, la edad, la orientación sexual, la discapacidad, la apariencia física, el tamaño del cuerpo, la raza, el origen étnico, la religión, las elecciones tecnológicas, las imágenes sexuales en espacios públicos, la intimidación, el acecho, el seguimiento, el acoso de fotografías o grabaciones, la interrupción sostenida de conversaciones u otros eventos, el contacto físico inapropiado y la atención sexual no deseada».
«Si una persona participante se involucra en un comportamiento de acoso, el comité organizador de la conferencia puede tomar cualquier acción que considere apropiada, incluyendo la advertencia sobre le infractor o incluso la expulsión del evento», añaden.
Endara tiene 30 años, se licenció en Bioquímica por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y tiene un máster en Genética por la UB. Desde la UB tampoco han contactado con el científico ni se responsabilizan de la acogida el acto. Los organizadores de PRISMA 2022 han logrado colgar de la fachada histórica del centro académico la bandera LGTBIQA, algo que ha abierto un debate en las redes sociales sobre si la universidad se tiene que posicionar en asuntos donde no existe un consenso.
«Son muy activistas. No solo dicen que el sexo biológico no existe, sino que lo venden como un hecho científico y establecido. Y no dejan que confrontes esas ideas», añade el afectado.
«Bulos» contra las teorías trans
De hecho, la mayoría de mesas redondas y conferencias iban dirigidas a demostrar cómo el sexo es una construcción social. La mesa redonda del domingo se titulaba «STEM y STEAM: ¿a qué llamamos Ciencia?». STEM es el acrónimo de Science (ciencia), Technology (tecnología), Engineering (ingeniería) y Mathematics (matemáticas), y el término actual añade a estas disciplinas el arte, STEAM.
Otra de las charlas a cargo del psicólogo Gabriel J. Martín, titulada «Bulos contra la psicología transafirmativa», trataba de demostrar cómo las teorías del autodiagnóstico -en contraposición al modelo terapéutico- son válidas para abordar un cambio de sexo. Según las fuentes consultadas, Martín renegó del concepto científico de «disforia de género», calificando algunos estudios de «basura» y de ser «una mierda pinchada en un palo».
El psicólogo también discrepó de la investigación de la doctora Lisa Littman sobre la Disforia de Género de Inicio Rápido (DGIR), al afirmar que estudio se basaba en la opinión de padres de menores trans: «Me estás hablando de la típica señora republicana, rubia, con collar de perlas», aseveró en referencia a que la muestra del estudio se basaba en su mayoría en preguntar a mujeres blancas con estudios universitarios.
El encuentro fue inaugurado por la vicerrectora de Igualdad y Género, Montserrat Puig Llobet, la directora de la Unidad de Igualdad, Núria Sara Miras Boronat, y el presidente de PRISMA, Tiago Botelho.
Todos los de esas «trucharlas» con síndrome FDH…Faltos De Host…
El expulsado no tiene razón. Esas reuniones están pensadas para l@s iniciad@s, l@s creyentes, que se juntan para desarrollar sus lucubraciones. Son solo para ell@s. Y tienen derecho a que no se infiltre nadie que pretenda poner en cuestión sus ideas y les haga retroceder a una discusión que dan por superada. Así no podrían avanzar nunca.
Igual que si un grupo de cristianos se reúne para debatir y afinar sus creencias: tampoco estaría bien que se infiltrara allí un ateo para rebatir sus principios religiosos, llevándol@s a una discusión que también dan por cerrada y que les desviaría de sus fines, con la consiguiente pérdida de tiempo y energía.
La discusión intelectual solo tiene sentido cuando es voluntaria.
Eso no es así. La Universidad es un lugar público, sostenida con recursos públicos y no, con todos los respetos, chiringuitos, Y me da igual que sea de Falange, de Podemos, o de cultivadores de nísperos. La Universidad, si no es un sitio de discusión y libertad, apaga y vámonos. El problema son los ofendiditos, por escuchar opiniones distintas.
Esta vez acierta usted, señor@ Asurbanipal, al identificar como religiones dogmáticas ese «feminismo trans» (o como se quiera llamarlo). Si se presentara abiertamente como una religión, desde luego, no habría nada que objetar a que se reunieran donde tuvieran a bien para celebrar sus ritos, siempre que la pertenencia a esa religión fuera algo libre y voluntario. Lo malo es que se han convertido en la religión obligatoria del estado, pese a que se nos dice que vivimos en un estado donde se nos dice que hay libertad religiosa.
El psicólogo ese podría ejercer de vidente, experto en tarot y adivinación, astrólogo, futurólogo, etc., ya que está totalmente peleado con el conocimiento científico.
Por gente como ese «psicólogo», o como la ministra analfabeta que hace layes infames y que propone la pederastia, por todo eso y otras cosas es por lo que la Psicología ha muerto como ciencia y la han convertido en una religión más en la que apoyar sus delirios extremistas feministas.