Dos españoles, nuevos astronautas de la Agencia Espacial Europea (ESA)
Sara García y Pablo Álvarez han sido seleccionados de un total de 22.523 candidaturas recibidas por la Agencia Espacial Europea
Sara García y Pablo Álvarez han sido seleccionados de un total de 22.523 candidaturas recibidas por la agencia espacial europea
El ingeniero aeronáutico Pablo Álvarez Fernández (1988) y la investigadora en oncología Sara García Alonso (1989) entraron en la historia espacial de España al ser escogidos como astronautas de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Ambos casualmente nacidos en la ciudad de León (norte de España), Álvarez es el tercer astronauta en la historia de España después de Michael López-Alegría (NASA) y Pedro Duque (ESA).
Mientras, García es la primera española en entrar en este cuerpo de élite, aunque como suplente, lo que implica que podría participar en misiones dependiendo de ciertas circunstancias.
«Siento que soy un europeo de corazón, he vivido en varios países europeos», dijo Álvarez, nada más ser nombrado como nuevo integrante de una prestigiosa promoción de astronautas de solo 5 miembros, quienes inician ahora una dura preparación de un año. El leonés ha estudiado en Polonia y trabajado en el Reino Unido, España y Francia para Airbus.
García, por su parte, integra un equipo con 12 astronautas suplentes, quienes siguen con sus ocupaciones anteriores hasta que eventualmente la ESA requiera de sus servicios.
Los dos españoles han sido seleccionados de un total de 22.523 candidaturas recibidas por la agencia espacial europea, de entre ellas 17.126 fueron de hombres y 5.397 de mujeres.
El último proceso de selección de astronautas data de 2009, y actualmente su plantilla es de siete miembros (Dinamarca, Alemania, Francia, Italia y el Reino Unido -aunque el representante británico está en excedencia-).
En conferencia de prensa, Josef Aschbacher, el director general de la ESA, dijo que fue «muy difícil el proceso de elección, con muy buenos candidatos» y anotó que los astronautas están hechos de una pasta diferente, pues les encanta estar «bajo presión».
Fuente: EFE