Esto es lo que dice la ciencia sobre abrir la puerta de un avión en pleno vuelo
La próxima vez que subas a un avión, recuerda: las leyes de la física te ayudan a mantenerte a salvo en las alturas

Descubre qué pasaría a un avión con la puerta abierta en pleno vuelo. | (Canva)
Viajar en avión, aunque es uno de los medios de transporte más seguros, le da miedo a muchos pasajeros. Uno de los temores más recurrentes —y popularizado por películas y programas de televisión— es la posibilidad de que alguien abra la puerta del avión mientras está en pleno vuelo.
A pesar de su dramatismo en la ficción, los expertos aseguran que este escenario es prácticamente imposible en la vida real. La física y la ingeniería aeronáutica están de nuestro lado. Diversos estudios y explicaciones científicas han demostrado que las condiciones a bordo de un avión en vuelo hacen inviable que una persona, por sí sola, logre abrir una de las puertas.

¿Se puede abrir la puerta del avión en pleno vuelo?
La clave de todo este asunto se encuentra en un fenómeno físico fundamental: la diferencia de presión entre el interior y el exterior del avión. Cuando un avión vuela suele estar entre los 9.000 y 12.000 metros sobre el nivel del mar, por lo que el aire exterior es extremadamente tenue, con una presión mucho menor que la que existe dentro de la cabina, la cual se mantiene artificialmente presurizada para que los pasajeros puedan respirar con normalidad.
Esa diferencia de presión genera una fuerza inmensa que actúa sobre la puerta del avión, presionándola contra su marco y bloqueando cualquier intento de apertura. Según datos de expertos en aviación, a esas alturas, se necesitaría una fuerza equivalente a cientos, incluso miles, de kilos para mover una puerta. Es físicamente imposible que una persona —o incluso varias— logren vencer esa resistencia sin la ayuda de herramientas específicas.
Diseño de seguridad de las puertas del avión
Estas puertas son lo que se conoce como plug-type, es decir, funcionan como un tapón: se abren hacia adentro antes de girar hacia afuera. Para que esto ocurra, primero habría que empujar la puerta hacia adentro contra una fuerza de presión descomunal. En resumen, cuanto más alto vuela el avión, más imposible resulta realizar ese movimiento.
Los fabricantes de aeronaves diseñan estos sistemas precisamente para evitar cualquier posibilidad de apertura accidental o intencionada durante el vuelo. De hecho, incluso si alguien intentara manipular el mecanismo, los propios sistemas electrónicos y manuales de bloqueo actúan como otra barrera más.
¿Qué ocurre en situaciones de emergencia?
Es importante destacar que las puertas del avión están diseñadas para poder abrirse sin dificultad solo cuando la aeronave se encuentra en tierra, con la presión equilibrada entre el interior y el exterior. En situaciones de emergencia, como un aterrizaje forzoso, las compuertas de evacuación sí pueden ser accionadas por la tripulación o los pasajeros.
En el raro caso de una despresurización en pleno vuelo, las mascarillas de oxígeno caen automáticamente del techo y el piloto desciende rápidamente a una altitud segura donde los niveles de oxígeno son más adecuados. Pero incluso en estos casos, las puertas seguirían siendo imposibles de abrir mientras se mantenga una diferencia de presión significativa.
Protocolo a seguir si un pasajero lo intenta
Aunque es imposible abrir la puerta, el simple intento puede generar alarma entre los pasajeros y la tripulación. En estos casos, el personal de cabina está capacitado para contener situaciones de alteración del orden, y no es raro que otros pasajeros intervengan también. Además, muchos vuelos cuentan con personal de seguridad encubierto cuando hay indicios de riesgo.
Cabe destacar que intentar abrir una puerta en vuelo puede tener serias consecuencias legales. En algunos países, este acto puede ser considerado un delito grave, con penas que incluyen multas elevadas e incluso prisión, ya que se interpreta como un intento de poner en riesgo la seguridad del vuelo y sus ocupantes.
Un miedo infundado, por las películas
Aunque el temor a que se abra una puerta en pleno vuelo persiste en la imaginación colectiva, la ciencia y la ingeniería aeronáutica nos demuestran que este miedo es, en esencia, infundado. La presión atmosférica, el diseño estructural y los sistemas de seguridad hacen que este escenario sea prácticamente imposible.
Viajar en avión puede generar ansiedad en algunas personas, pero conocer estos datos puede ayudar a mitigar esos temores. Saber que la posibilidad de que alguien abra una puerta en pleno vuelo es nula nos tranquiliza.