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La velocidad del deshielo de los glaciares disminuye y afecta a la circulación oceánica

El primer Día Mundial de los Glaciares se celebra el 20 de marzo y destaca las consecuencias en los ecosistemas

La velocidad del deshielo de los glaciares disminuye y afecta a la circulación oceánica

El Día Mundial de los Glaciares se celebra el 20 y 21 de marzo. | (Canva)

El deshielo en la Antártida sigue siendo un factor crucial en el estudio del cambio climático. Un estudio reciente, publicado en Environmental Research Letters, indica que en algunas zonas, sorprendentemente, y a pesar del calentamiento global el ritmo de derretimiento d elos glaciares ha disminuido, en contraste con lo que se esperaba inicialmente. Este fenómeno sin embargo, podría tener un efecto inesperado en la dinámica de las corrientes oceánicas.

La investigación, liderada por el geofísico Bishakhdatta Gayen de la Universidad de Melbourne, señala que la disminución del flujo de agua fría y dulce hacia el océano está afectando a la Corriente Circumpolar Antártica (CCA). Esta corriente es clave en el control del clima global. Por eso, los especialistas advierten que esta alteración podría modificar la temperatura del océano, influyendo en la migración de especies y generando inestabilidad en los niveles del mar, llegando a provocar la desaparición de algunas zonas.

Glaciar: (Canva)
Glaciar: (Canva)

Primer Día Mundial de los Glaciares

El primer Día Mundial de los Glaciares tiene lugar en dos eventos en las ciudades de París y Nueva York este 20 de marzo de 2025. Con la celebración de este día se pretende poner de relieve las múltiples consecuencias que los cambios en los glaciares generan en los ecosistemas marinos.

También, recuerda la urgente necesidad de incluir estrategias de adaptación relacionadas con el agua en las regiones afectadas por la desaparición de los glaciares. Así como promover una mayor cooperación transfronteriza y el respaldo continuo a medidas para reducir el uso de combustibles fósiles. Además, la celebración de este día establece relaciones con el Decenio de Acción para las Ciencias de la Criosfera.

La Corriente Circumpolar Antártica

La Corriente Circumpolar Antártica (CCA) es la única corriente oceánica que conecta los océanos Atlántico, Pacífico, Índico y Austral. Su flujo transporta alrededor de mil millones de litros de agua por segundo, ayudando a mantener alejadas las aguas cálidas del continente antártico y facilitando el intercambio de calor y nutrientes a nivel global.

Además, esta corriente juega un papel fundamental en el equilibrio ecológico del ecosistema antártico, actuando como barrera natural que impide la llegada de especies de otras regiones al ecosistema glaciar, lo cual preserva su biodiversidad única. No obstante, las recientes variaciones en el deshielo la han debilitado, lo que podría provocar importantes cambios en el comportamiento de los océanos y la migración de las especies que habitan en ellos.

Características de la Corriente Circumpolar Antártica

La Corriente Circumpolar Antártica (CCA) es la más potente de todas las que existen. Rodea completamente la Antártida y fluye de oeste a este a través del Océano Austral, enlazando los océanos Atlántico, Pacífico e Índico. Por eso, es la única corriente que circula ininterrumpidamente alrededor del planeta, lo que la convierte en un elemento clave para el equilibrio climático global. Sus principales características son las siguientes:

  • Abarca una extensión que se encuentra entre los 50 grados de latitud sur y la costa antártica.
  • En algunas zonas, el agua alcanza una velocidad de hasta 4 kilómetros por hora.
  • Transporta más de 130 millones de metros cúbicos por segundo.
  • Actúa como un escudo térmico, bloqueando el avance de aguas cálidas hacia la Antártida
  • Contribuye a conservar las bajas temperaturas del continente.
  • Distribuye nutrientes esenciales que favorecen la vida marina.

El deshielo y la pérdida de fuerza de la corriente oceánica

Los científicos emplearon uno de los superordenadores más potentes de Australia para simular cómo interactúan el agua del deshielo y la CCA. Los resultados muestran que la disminución del aporte de agua dulce altera su estructura y la capacidad del océano para regular su temperatura. También se ha probado que las aguas profundas del Océano Austral se calientan, y la circulación de nutrientes esenciales para muchas especies marinas se ve afectada.

Según Gayen, al frente de la investigación, esta transformación puede compararse con un carrusel que pierde velocidad. Tal y como afirma el geofísico: «Cuando la corriente se debilita, el agua cálida avanza más rápido hacia la Antártida, lo cual produce un efecto contrario al esperado y altera el equilibrio climático global».

Consecuencias de los cambios en la circulación oceánica

Una desaceleración de la CCA podría tener efectos importantes a nivel mundial. Entre los impactos más preocupantes está el aumento del nivel del mar, ya que el ingreso de aguas más cálidas a la Antártida puede acelerar el derretimiento de los glaciares, poniendo en riesgo a ciudades costeras debido a inundaciones y erosión.

Asimismo, los científicos advierten que los cambios en la circulación de los océanos pueden alterar los patrones climáticos globales, intensificando fenómenos como tormentas, olas de calor y variaciones en las lluvias. Otro efecto relevante sería la transformación del ecosistema antártico, ya que una corriente más débil permitiría que especies invasoras lleguen con mayor facilidad a estas aguas.

El iceberg más grande del mundo se detiene en el Atlántico

El A23a, considerado el iceberg más grande del planeta, se encuentra detenido a unos 70 kilómetros de la isla Georgia del Sur, según los especialistas. En un principio, se temía que el A23a impactara directamente en la isla, causando graves consecuencias en el ecosistema marino. Sin embargo, el pasado 1 de marzo de 2025, el iceberg se detuvo a unos 73 kilómetros del lugar, algo que no se había previsto.

El British Antarctic Survey (BAS), encargado de hacer el seguimiento del iceberg, informó que su actual posición reduce los posibles riesgos para la fauna local. Además, el oceanógrafo Andrew Meijers explicó que, si el A23a permanece en ese punto, no se esperan daños significativos en la vida silvestre de la región. Esta noticia ofrece cierto alivio, ya que especies como pingüinos y focas probablemente no se vean tan afectadas como se había temido.

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