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Ciencia

Nuevo fracaso de SpaceX: su Starship llega al espacio, pero no despliega la carga y explota

La compañía de Elon Musk reutilizó por primera vez un propulsor Super Heavy para su cohete interplanetario

Nuevo fracaso de SpaceX: su Starship llega al espacio, pero no despliega la carga y explota

Último vuelo del Starship de Space X | Space X

A Space X, la compañía espacial de Elon Musk, le está costando salir del bache que atraviesa con su prototipo de cohete interplanetario Starship, con el que pretende llegar a marte. Una vez más, el megalanzador ha fallado en su novena prueba de lanzamiento.

Así, tras despegar desde Starbase, Texas, EEUU, logró un avance significativo con sus anteriores vuelos de prueba, ya que consiguió llegar al espacio, lo más lejos que lo ha hecho hasta ahora, reutilizando por primera vez un propulsor Super Heavy. Pero no fue suficiente para celebrar, ya que la compañía de Musk no completó con éxito la misión: no logró desplegar su carga útil -ocho simuladores de satélites Starlink- y acabó en llamas y desintegrándose sobre el océano Índico.

El vuelo había sido autorizado cuatro días antes por la Administración Federal de Aviación de EEUU (FAA), tras concluir la investigación sobre la explosión ocurrida en marzo durante su octava prueba de vuelo: en esa ocasión se produjo una explosión de un motor minutos después de separarse del cohete Super Heavy.

En esta ocasión, el despegue ha sido perfecto, con los 33 motores Raptor funcionando correctamente y permitiendo la separación de etapas con éxito. Dos minutos y medio después del despegue, la nave encendió sus seis motores y se separó del propulsor, lo que marca la primera reutilización de un propulsor Super Heavy.

No obstante, pasados los seis minutos del despegue, cuando el propulsor debía encender sus motores, sufrió un «desmontaje rápido e imprevisto», según la terminología empleada por SpaceX —un eufemismo del sector para cuando los cohetes fallan o explotan—, por lo que no pudo amerizar en el Golfo de México. Es el tercer prototipo de la segunda generación de Starship que falla.

Por su parte, la etapa superior del cohete, la nave Starship 35, continuó su viaje, alcanzando por primera vez una trayectoria suborbital que la llevaría del océano Atlántico al océano Índico. Durante la misión estaban previstas dos operaciones claves que no pudo llevar a cabo: desplegar su carga y lograr una reentrada correcta.

La puerta de la bodega no consiguió abrirse y no pudo desplegar la carga útil que transportaba, ocho simuladores de satélites Starlink. Por otro lado, un fallo en el sistema de control de actitud impidió la ejecución del encendido previsto para preparar la reentrada, lo que derivó en que la nave no pudiera situarse en la orientación correcta y acabó desintegrándose al entrar en la atmósfera, al igual que sus dos predecesoras Starship de segunda generación.

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