Gripe H5N1: si yo fuera pato, estaría muy asustado
Los datos actuales indican que estos virus no han adquirido la capacidad para una transmisión sostenida entre personas

Veterinarios vacunando un pato en una explotación avícola. Irina Gor/Shutterstock
El pasado jueves 13 de noviembre, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España decretó el confinamiento de todas granjas de aves de corral que se crían al aire libre para frenar la expansión de la gripe aviar, causada por el virus H5N1. La justificación de una medida tan drástica, que ya se ha tomado en otras ocasiones, se basa en el aumento de los focos de la infección en Europa y el incremento del riesgo por la migración de aves silvestres en Europa.
Este tipo de noticias producen una entendible alarma en la opinión pública, pero ¿ha aumentado el riesgo de que el virus H5N1 desencadene una pandemia entre la población humana? ¿Por qué está causando cada vez más estragos no solo entre las aves, sino también entre muchas especies de mamíferos?
Campeones de la variabilidad
Los virus de la gripe son los campeones de la variabilidad. Existen cuatro géneros (A, B, C y D) y muchos tipos distintos.
Los del género A son los que más importancia tienen para la salud humana y animal, y todos ellos derivan ancestralmente de virus de aves. El virus de la gripe A tiene dos proteínas esenciales en su envoltura: la hemaglutinina (H) y la neuraminidasa (N). Existen 18 tipos de H y 11 de N, que se pueden encontrar en cualquier combinación: H1N1, H1N2… y así sucesivamente hasta H18N11. Además, dentro de cada modalidad existe una considerable diversidad genética, por lo que cepas pertenecientes a un mismo tipo pueden diferir en capacidad de enfermar, rango de hospedador, transmisibilidad, etc.
La pandemia de gripe A H5N1
El virus H5N1 es un tipo de virus de la gripe A altamente patógeno y con una elevada tasa de mortalidad entre las aves. Las especies silvestres, y especialmente las de ambientes acuáticos, constituyen el reservorio natural.
El H5N1 fue detectado por primera vez en gansos domésticos en China en 1997, y desde entonces se ha extendido ampliamente por varios continentes a través de las aves migratorias, diversificándose en distintos grupos o clados genéticos. El virus se ha ido propagando en gran cantidad de especies de aves y mamíferos por todo el planeta y está causando una auténtica pandemia en el mundo animal, lo que se denomina panzootía.
Impacto devastador en aves
En 2020 surgió el clado denominado 2.3.4.4b, que llegó a América del Norte a finales de 2021. Los virus H5N1 pertenecientes a este clado han sido capaces de replicarse masivamente en aves silvestres y de corral, en más de 380 especies de aves distintas pertenecientes a 52 familias y 25 órdenes. El impacto sobre estos animales ha sido enorme en muchos países: ascienden a millones los ejemplares que han muerto por este patógeno en los últimos años. Por ejemplo, se calcula que el virus provocó en menos de cinco meses la muerte de aproximadamente el 40 % de todos los pelícanos de Perú.
Enorme extensión geográfica
Los virus de la gripe aviar suelen tener un patrón estacional asociado a los meses fríos, como ocurre con la gripe humana. Sin embargo, desde 2020 el H5N1 también aparece durante la primavera y el verano. Esto ha contribuido a su enorme expansión geográfica; de hecho, ya está presente en todos los continentes excepto en Oceanía.
Tras provocar miles de brotes en Europa, el virus H5N1 fue capaz de cruzar el océano Atlántico a finales de 2021 y llegar hasta Norteamérica, causando estragos en el sector avícola y en las aves silvestres en Canadá, Estados Unidos y México. Desde allí, el patógeno se extendió por toda Latinoamérica, desde Perú hasta Chile y Argentina. En 2024 se detectó en varias especies de aves en la Antártida.
El salto a mamíferos
Uno de los cambios que más ha preocupado es la capacidad del virus H5N1 de infectar a distintos mamíferos, tanto silvestres como domésticos (perros y gatos). Desde 2021, ha saltado a más de 50 especies, desde osos, nutrias o mofetas hasta elefantes marinos, delfines y morsas. En algunos casos con gran virulencia: en el continente americano han muerto decenas de miles de leones y elefantes marinos, por ejemplo.
Además, el virus ha evolucionado y se ha adaptado a estos nuevos hospedadores y es capaz de transmitirse entre ellos, como se ha demostrado en elefantes marinos o en granjas peleteras en Europa.
En los animales, el virus H5N1 suele causar distintos síntomas, desde neumonía y meningoencefalitis hasta signos neurológicos como temblores, convulsiones y ataxia. Se ha descrito la presencia de altas cargas virales en el cerebro de algunas especies.
El H5N1 en el ganado vacuno en Estados Unidos
A finales de marzo de 2024, se informó en Estados Unidos del primer caso de infección de H5N1 2.3.4.4b en vacas lecheras, un reservorio del virus totalmente inesperado.
Este salto al ganado vacuno representa un cambio significativo en el comportamiento del virus, ya que mostró una nueva capacidad de multiplicarse en el tejido mamario, con altas cargas virales detectadas en la leche. Esto revela su adaptación a hospedadores mamíferos y destaca su potencial de transmisión zoonótica al ser humano. Los análisis genómicos identificaron nuevas mutaciones que aumentan la capacidad de unión del virus a los receptores de las células de los mamíferos y facilitan su propagación.
Por qué este salto del virus H5N1 al ganado vacuno solo se ha detectado en Estados Unidos y no en otros países, es todavía un misterio.
H5N1 en humanos
A pesar de la extensión del virus H5N1 en animales y de la exposición al ser humano, se han notificado relativamente pocas infecciones en personas hasta la fecha. Desde que se detectó por primera vez en China solo se han descrito alrededor de 900 casos, la inmensa mayoría en individuos que trabajan en granjas avícolas o manipulan aves. Aunque la letalidad del virus en humanos puede llegar al 50 %, la mayoría de los casos notificados en los últimos años son leves.
Los datos actuales indican que estos virus no han adquirido la capacidad para una transmisión sostenida entre personas, por lo que el riesgo para la población general sigue siendo bajo.
¿La próxima pandemia humana?
Sin embargo, no cabe duda de que el virus H5N1 supone una amenaza también para nuestra especie. Para que este virus acabe siendo pandémico debería sufrir varios cambios. Debería mejorar su capacidad de transmitirse por vía aérea entre humanos y de unirse a los receptores de las células humanas. Pero, además, debería mejorar su capacidad de entrar en el interior de nuestras células y poder multiplicarse en ellas. Por último, debería ser capaz de evadir nuestro sistema inmunitario.
Que se produzca la combinación correcta de todas estas mutaciones es difícil… pero no es imposible. El virus de la gripe es el campeón de la variabilidad, la mutación y la recombinación. Otros virus de la gripe han sido los responsables de las grandes pandemias del siglo XX. La masiva circulación mundial del virus H5N1 en el mundo animal es una mala noticia.
Para preservar la salud humana es esencial vigilar lo que ocurre en el mundo animal. Por eso, la estrategia es One Health: mejorar la bioseguridad en las granjas, intensificar la vigilancia veterinaria no solo en aves de corral sino también en ganado vacuno y porcino y promover la coordinación efectiva entre los sectores de salud pública y sanidad animal a través de un enfoque colaborativo. No estamos ante una nueva pandemia, pero el virus H5N1 cada vez está más cerca.
Ignacio López-Goñi, Catedrático de Microbiología. Miembro de la Sociedad Española de Microbiología (SEM), Universidad de Navarra
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
