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Las mujeres que estudian carreras de ciencias bajan pese al esfuerzo de los gobiernos

La presencia femenina en estudios de ingeniería, arquitectura o matemáticas ha caído en las dos últimas décadas

Las mujeres que estudian carreras de ciencias bajan pese al esfuerzo de los gobiernos

Las matriculaciones de mujeres en carreras de ciencias han bajado nueve puntos en los últimos 20 años. | Freepik

Hace casi diez años, la Asamblea General de la ONU declaró el 11 de febrero como Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia. Aquel hito supuso el momento más solemne de un esfuerzo continuado durante décadas por parte de las instituciones supranacionales y de muchos gobiernos nacionales: el de impulsar que las niñas estudien las llamadas carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés).

En el contexto de Naciones Unidas, hasta tres de sus organismos —la UNESCO, ONU Mujeres y la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT)— han creado programas específicos para promover el acceso de las mujeres a estos ámbitos educativos. Lo mismo han hecho en las últimas décadas multitud de administraciones nacionales, regionales y municipales, también en nuestro país.

Este prolongado empeño responde principalmente, aunque no sólo, a una cuestión económica. En muchos casos, estudios como las ingenierías o las matemáticas dan acceso a puestos de trabajo mejor pagados. Por eso muchos gobiernos e instituciones llevan tiempo preocupados por el hecho de que las mujeres sean minoría en las carreras STEM. Aumentar su presencia en estas áreas se ve como un atajo eficaz para contrarrestar la llamada brecha salarial entre hombres y mujeres, así como para asegurar su participación en sectores que presentan altos niveles de innovación.

Iniciativas del Gobierno

En clave nacional, el Gobierno de Pedro Sánchez ha llevado a cabo distintas iniciativas para avanzar hacia este objetivo. Por ejemplo, tal y como informó en su día THE OBJECTIVE, aprovechó la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea para abanderar la promoción de las carreras STEM entre las jóvenes. Así, el Ministerio de Educación organizó en diciembre pasado una conferencia internacional sobre el tema en colaboración con la OCDE. También se han creado los Premios Alianza STEAM, dedicados a reconocer proyectos educativos que persigan el impulso de las vocaciones de las niñas y jóvenes en las ciencias, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. Otra iniciativa, en este caso del Ministerio de Universidades —ahora unido a Ciencia— ha sido la organización del ‘Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia: despertando vocaciones STEM’, unas jornadas impulsadas por primera vez en 2023.

Sin embargo, a tenor de los datos, los programas y las continuas campañas de comunicación de gobiernos e instituciones supranacionales están teniendo un impacto más bien pobre en el aumento de vocaciones científicas entre las jóvenes. En efecto, según las cifras que ofrece el Sistema Integrado de Información Universitaria (datos gubernamentales), el número de matriculaciones de mujeres en carreras de ciencias ha permanecido inalterado en las últimas dos décadas, cuando no ha descendido.

Menos mujeres en ciencias, ingenierías y arquitectura

Según apuntan los datos recopilados por Funcas, las preferencias de las mujeres en la universidad apenas se han modificado en los últimos veinte años. El único cambio significativo ha sido que las ciencias de la salud han pasado a ocupar la primera posición en su elección de estudios, habiendo superado a las artes y las humanidades.

Las únicas caídas importantes en los últimos veinte años se han registrado precisamente en las matriculaciones en el grupo de carreras de ciencias (un batacazo de nueve puntos, pasando del 60% en 2003 al 51% en 2023) y en ingeniería y arquitectura, con una caída de casi tres puntos (del 30% al 27%). En este último grupo, no obstante, es de justicia señalar que la proporción de mujeres está en su nivel más alto desde 2011. Para las ciencias, en cambio, la presencia femenina no había sido tan baja desde 1995.

Entre las letras y las ciencias de la salud

Si entramos en el detalle del número de mujeres en las diferentes carreras, encontramos algunos ejemplos claros. Por ejemplo, en Ingeniería Informática, una de las más demandadas actualmente, sólo el 12,74% de los matriculados son mujeres. En el conjunto de las ingenierías, ellas suponen el 24,9%. Por su parte, en Física, las alumnas son el 26,65% del total; y, en Matemáticas, el 36,26%.

La excepción, como decíamos, se sitúa en el ámbito de las ciencias de la salud. Las mujeres son mayoría en Química (54,21%), Biotecnología (61,70%), Bioquímica (65,82%) y Biomedicina (75,08%). La diferencia es aún más clara en Medicina (68,71%) y especialmente acusada en Enfermería (81,75%).

Con todo, las mujeres siguen decantándose en muchos casos por las letras, ya que representan hasta el 63% de las matriculaciones en carreras de artes y humanidades y el 61% de las ciencias sociales y jurídicas. Estos datos han permanecido constantes desde inicios de siglo.

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