Las universidades españolas, entre las que menos extranjeros atraen de toda la UE
Un informe de Funcas llama la atención sobre el bajo porcentaje de estudiantes universitarios internacionales en España
España está a la cola de Europa en captación de estudiantes internacionales. El sistema universitario español se sitúa en la posición 27 de 31 países europeos analizados en cuanto a la captación de estudiantes universitarios internacionales, según el informe Focus on Spanish Society del think tank Funcas. Este estudio revela que solo el 4,8% de los estudiantes matriculados en universidades españolas son extranjeros, una cifra muy inferior a la media europea del 9,4%.
El sistema universitario español solo supera la media europea en la captación de estudiantes americanos. En el caso de los latinoamericanos, España es el país que más alumnos recibe, por delante de Alemania y Portugal. Además, España ocupa el quinto lugar en la recepción de estudiantes norteamericanos, por detrás de Reino Unido, Alemania, Irlanda y Francia.
Los países más atractivos de Europa para estudiantes extranjeros son Luxemburgo, Malta, Austria, Reino Unido y Chipre. En contraste, los únicos cuatro países en peor posición que España son Noruega, Italia, Croacia y Grecia. Este bajo atractivo internacional de las universidades españolas se refleja en la escasa proporción de estudiantes europeos y asiáticos que eligen España para sus estudios.
El informe de Funcas destaca que aunque la proporción de estudiantes internacionales en España ha aumentado en los últimos años, sigue estando muy por debajo de los estándares europeos. En el curso 2021-2022, los estudiantes extranjeros representaban el 5,8% de la matrícula en universidades presenciales, un aumento de 2,5 puntos porcentuales respecto al curso 2016-2017.
A pesar de este crecimiento, España aún está lejos de alcanzar la media europea. Según datos de Eurostat, en 2022, los estudiantes internacionales representaban el 4,8% del total de la matrícula en universidades españolas, casi cinco puntos por debajo de la media de la UE27. Este porcentaje es significativamente inferior al de países como Alemania (12%) y Francia (10,6%), y también menor que el de países más pequeños y menos ricos como Portugal (11,8%) o Hungría (14,3%).
A dos décadas de Europa
El informe también señala que la internacionalización de las universidades españolas está en proceso, tanto en términos de profesorado como de estudiantes. La proporción de profesores extranjeros en España ha aumentado del 2,6% en 2016-2017 al 3,4% en 2021-2022. Sin embargo, este incremento no ha sido suficiente para atraer a un mayor número de estudiantes internacionales.
Para que España pueda competir con otros países europeos en la captación de estudiantes internacionales es necesario mejorar la oferta académica y las condiciones institucionales de sus universidades. El informe sugiere que, de mantenerse la tendencia actual, España tardaría más de 20 años en alcanzar la media europea de estudiantes internacionales.
De los casi 826.500 estudiantes europeos matriculados en universidades de países diferentes a los de su residencia, España solo acogió al 3,3%. Este porcentaje es aún menor en el caso de los estudiantes asiáticos, con solo el 1,3% de los 570.000 matriculados en Europa eligiendo España. A pesar de ser el líder indiscutible en la acogida de estudiantes latinoamericanos, con un 30,2%, estos solo representan una octava parte de los estudiantes europeos.
Edgar Sánchez, investigador de TBS Education y autor del estudio Migración en España, que analiza las tendencias migratorias entre 2017 y 2021, considera que, por lo general, para los extranjeros que llegan a España «el elemento central es encontrar trabajo» más que cursar estudios superiores. Además, incide en que «una parte importante del PIB de España es por el turismo, que genera mucho dinero y necesita en general empleos de baja cualificación, en restaurantes u hoteles».
Aunque las universidades españolas cuentan con una destacada oferta de titulaciones relacionadas con el turismo, la mayoría todavía no ha logrado convertirse en una referencia académica internacional en este campo. Aun así, Sánchez señala que el inmigrante que llega a España «típicamente es joven, de entre 15 y 29 años, que es cuando la gente aún está estudiando» y se concentra en polos económicos como Madrid, Barcelona y Valencia.
Muchos llegan con el objetivo de tener un mejor futuro profesional que en su nación de origen, y lo hacen en algunos casos con estudios iniciados, pero encuentran problemas para convalidar las asignaturas ya cursadas y proseguir su formación, por lo que prefieren entrar directamente en el mercado laboral. De hecho, algunos titulados en universidades de países extracomunitarios que han ejercido en ciudades europeas como Londres, al migrar de nuevo a España se encuentran con el muro burocrático-administrativo de las convalidaciones y acaban encontrando trabajo como camareros, servicio doméstico u otros empleos de baja cualificación. Una situación que se agrava en comunidades como Cataluña, donde además se exige en ciertos casos cursar en lengua catalana las asignaturas no convalidables, lo que desincentiva a potenciales alumnos de equiparar su formación al currículo español o proseguir sus estudios.