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Educación

Los alumnos que usan videojuegos a diario tienen el doble de posibilidades de repetir curso

Por contra, utilizar internet para llevar a cabo tareas escolares aumenta el rendimiento académico

Los alumnos que usan videojuegos a diario tienen el doble de posibilidades de repetir curso

Un niño jugando a videojuegos. | Freepik

La repetición de curso se ha considerado siempre en el ámbito educativo como un mal necesario, a la manera de los castigos o las expulsiones. Que un alumno tenga que volver a cursar un año escolar se ve como un trámite doloroso pero imperativo para que el estudiante adquiera los saberes y competencias necesarios de cada etapa.

No obstante, la cuestión de la repetición de curso genera debate. Si bien algunos siguen defendiendo esta herramienta y critican la última ley educativa del Gobierno –que permite pasar de curso con varias asignaturas suspensas–, también hay quienes piden que el uso de este instrumento se reduzca (en España hay el triple de repetidores que en el conjunto de la Unión Europea en el primer ciclo de Secundaria). Sin ir más lejos, organismos supranacionales como la OCDE han indicado a nuestro país que debe esforzarse por bajar la tasa de repetición de curso.

Paralelamente, otro elemento que levanta pasiones en la discusión educativa son las pantallas. Cada vez son más las familias que se oponen a que sus niños usen dispositivos electrónicos para aprender, y un número creciente de administraciones públicas les están escuchando y aprobando leyes para regular o reducir la utilización de pantallas en las aulas.

Hay pantallas buenas y malas

Estas dos realidades, la repetición de curso y las pantallas, pueden parecer ajenas entre sí, pero un reciente estudio establece una fuerte relación entre ambas. En efecto, los distintos usos que se dan a los dispositivos electrónicos pueden aumentar o reducir el nivel académico, así como la posibilidad de repetir curso.

El estudio en cuestión (Sobre el uso de recursos digitales y el rendimiento educativo: de las políticas educativas a la práctica), firmado por Óscar David Marcenaro-Gutiérrez y Luis Alejandro López-Agudo, dos profesores de la Universidad de Málaga, pone el acento en que los dispositivos electrónicos no son buenos o malos en sí mismos, sino que, en función de su uso, pueden ser beneficiosas o perjudiciales.

Usar internet para realizar las tareas aumenta el rendimiento

La investigación, publicada en el último número de la revista Papeles de economía española, aborda el efecto de las pantallas sobre la probabilidad de que los alumnos repitan curso. Entre las ventajas en el uso de dispositivos, los autores del estudio destacan a aquellos alumnos que utilizan internet para realizar sus tareas escolares en casa, un hábito que se manifiesta en un mayor rendimiento en las pruebas PISA, concretamente en las competencias de matemáticas y comprensión lectora.

Respecto a la repetición de curso, los jóvenes que navegan online todos o casi todos los días con el fin de completar sus tareas académicas tienen un 72% menos de probabilidades de verse abocados a cursar de nuevo un mismo año escolar.

Algo similar les ocurre a los estudiantes que leen publicaciones online o que descargan tareas de forma telemática, ya que puntúan mejor en PISA que sus compañeros que no lo hacen. Este último punto, señalan los investigadores, puede haberse visto reforzado tras la experiencia educativa durante la pandemia.

Los malos usos de las pantallas: videojuegos y subida de contenidos online

Por contra, existen otras actividades en internet que hacen decaer el rendimiento. Los jóvenes que hacen un uso diario o casi diario de videojuegos online tienen peores resultados en las pruebas de nivel internacionales, así como el doble de posibilidades de repetir curso que sus compañeros. Igual que los estudiantes que más usan aplicaciones móviles, aunque sea con fines formativos. Por último, otra actividad que merma el rendimiento es la subida de contenidos a internet para compartirlos (por ejemplo, los jóvenes que se dedican a hacer streaming o que publican vídeos en sus redes sociales).

Los autores del estudio concluyen que «en general, el uso de internet, tanto en el centro educativo como fuera de este, tiene una influencia negativa en el rendimiento académico en educación secundaria». Aunque, eso sí, señalan la excepción de la navegación online destinada a la realización de tareas académicas. Asimismo, «la asiduidad en el uso de videojuegos y subida de contenidos a Internet no solo afecta a la adquisición de competencias, sino que también aumenta la probabilidad de repetición».

Los investigadores apuntan incluso a que un uso excesivo de internet puede «dificultar el proceso educativo» al reducir la cantidad de tiempo que los alumnos dedican a sus estudios. Además, el uso generalizado de recursos digitales los puede llevar a «adoptar hábitos de estudio poco saludables» que pueden afectar a su éxito académico futuro.

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