La mitad de los profesores de Infantil ya no lee libros a sus alumnos

La lectura en voz alta en las aulas de Educación Infantil ha perdido protagonismo en los últimos años en España. Apenas un 55% de los docentes afirma leer libros de forma habitual a los estudiantes de entre tres y seis años, según el último Estudio Internacional sobre la Enseñanza y el Aprendizaje (Talis). Se trata de una encuesta exclusiva de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que analiza cada cinco años las condiciones laborales y las prácticas pedagógicas del profesorado, y que esta última edición incluye por primera vez datos españoles.

El informe sitúa a España entre los países con el profesorado de Infantil mejor cualificado. El 99% de los docentes cuenta con titulación universitaria, una cifra muy superior a la de países como Dinamarca (69%) o Alemania (68%). También subraya la elevada participación en formación continua, que alcanza el 87% de los profesores. El Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes saca pecho de estos resultados y subraya el compromiso del sector con la mejora pedagógica.

Sin embargo, la lectura en voz alta ha ido perdiendo peso en las dinámicas diarias del aula. Y esa caída se hace aún más evidente cuando se compara con países que destacan por su fuerte apuesta por esta práctica. Irlanda, con un 85% de docentes que leen regularmente a sus alumnos, se sitúa muy por encima del resto y consolida un liderazgo que refleja un compromiso pedagógico claro con la lectura temprana. Tras ella se encuentran Turquía (69%), Suecia (68%), Chile (67%) y Japón (64%). En el extremo opuesto aparecen Marruecos y Dinamarca (42%), Alemania (46%) y Finlandia (48%).

El informe apunta que este descenso podría estar vinculado a un cambio de prioridades pedagógicas. En España, la lectura en voz alta se ha visto parcialmente reemplazada por el canto: un 80% de los docentes de Infantil afirma cantar con sus alumnos de manera habitual. Esta proporción sitúa al país entre los que más recurren a esta actividad, solo por detrás de Chile e Irlanda.

El desarrollo del lenguaje destaca como uno de los puntos fuertes de la Educación Infantil en España. Entre el 74% y el 94% del personal educativo anima la conversación, ayuda a los niños a expresar ideas y promueve vocabulario nuevo, situándose en niveles cercanos a los máximos internacionales. En el ámbito de la alfabetización, una amplia mayoría del profesorado trabaja la conciencia fonológica —fundamental para el aprendizaje de la lectura—, y en el terreno del desarrollo socioemocional la implicación es aún mayor: el 91% fomenta el compartir, el 92% la ayuda mutua, el 88% la inclusión en juegos y el 90% el apoyo emocional.

Un problema que se arrastra hasta la edad adulta

El pasado mes de septiembre, la OCDE ya había alertado sobre las carencias en comprensión lectora entre la población adulta en España. Según los datos del Programa para la Evaluación Internacional de Competencias de la Población Adulta (Piaac), un 32% de las personas de entre 25 y 64 años presenta un nivel de lectura igual o inferior al nivel uno en una escala de cinco. Un dato que coloca a España por debajo de la media internacional, situada en el 27%.

La organización advierte de que quienes se encuentran en este nivel solo son capaces de interpretar textos muy breves y sencillos, con poca información adicional que pueda distraer. En la práctica, se limitan a comprender mensajes cortos sobre temas familiares y que requieren únicamente un conocimiento básico del vocabulario. Lejos de mejorar, la situación ha empeorado con el paso del tiempo: hace una década, el porcentaje de adultos con dificultades lectoras era del 28%.

El 25% de los menores de 15 años no tiene nivel básico de lectura

Los indicadores entre la población más joven muestran un panorama similar. Según el informe Monitor de la Educación y la Formación 2025, elaborado por la Comisión Europea, una cuarta parte de los estudiantes de 15 años no alcanza un nivel básico en lectura. Aunque España ha registrado ligeras mejoras entre 2018 y 2022, el porcentaje de alumnado con rendimiento alto sigue por debajo de la media de la Unión Europea.

Los resultados de PISA confirman esta tendencia: el 27% del alumnado español de 15 años no alcanza el nivel mínimo en matemáticas, el 24,4% en lectura y el 21,3% en ciencias. Solo un 6% alcanza los niveles más altos en matemáticas (frente al 8% de media en la UE), un 5,3% en lectura (6,5%) y un 5% en ciencias (7%). El documento subraya que «unas competencias generales débiles en lectura, matemáticas y ciencias suponen un riesgo para la competitividad».