Ámsterdam se convertirá en una de las primeras ciudades desconectada del gas natural
La medida está encaminada a cumplir con el Acuerdo de París, un ambicioso acuerdo ratificado por 195 países miembros que establece medidas para la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y así evitar un aumento de 2 grados en la temperatura terrestre. El consistorio holandés empezará a desconectar de la red a 10.000 viviendas antiguas de su propiedad en 2017. Además, en dos barrios de nueva planta ya se ha construido sin dicha infraestructura, y en los próximos cuatro años se espera que unos 100 mil hogares puedan valerse de una red alternativa alimentada con la energía restante de la industria. La medida cuenta con el respaldo del gobierno Holandés, debido a los problemas de obtención de gas natural del Mar del Norte. Holanda tiene allí la mayor reserva europea, pero se ha constatado que su extracción provoca terremotos de hasta 4,5 grados en la escala de Richter en la región del Groningen, al noreste del país.
La dependencia de las energías fósiles es una de las acciones humanas que provocan el cambio climático. Con la intención de reducir esa dependencia, el ayuntamiento de Ámsterdam ha puesto en marcha un plan de reconversión energética para convertirse en 2050 en una de las primeras ciudades desconectada del gas natural y ‘zona libre’ de emisiones de dióxido de carbono (CO2).
La medida está encaminada a cumplir con el Acuerdo de París, un ambicioso acuerdo ratificado por 195 países miembros que establece medidas para la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y así evitar un aumento de 2 grados en la temperatura terrestre. El consistorio holandés empezará a desconectar de la red a 10.000 viviendas antiguas de su propiedad en 2017. Además, en dos barrios de nueva planta ya se ha construido sin dicha infraestructura, y en los próximos cuatro años se espera que unos 100 mil hogares puedan valerse de una red alternativa alimentada con la energía restante de la industria.
La medida cuenta con el respaldo del gobierno Holandés, debido a los problemas de obtención de gas natural del Mar del Norte. Holanda tiene allí la mayor reserva europea, pero se ha constatado que su extracción provoca terremotos de hasta 4,5 grados en la escala de Richter en la región del Groningen, al noreste del país.