Responsabilizan a Shell por la salud de miles de nigerianos
La filial nigeriana de Royal Dutch Shell “se opuso ferozmente” a que se hicieran análisis medioambientales y además “oculta información” sobre los miles de nigerianos que están expuestos a substancias tóxicas debido a que la limpieza del peor derrame de crudo en la historia del país africano está detenida, dijo el viernes un geólogo alemán contratado por la multinacional británico-holandesa para hacerse cargo de la limpieza.
La filial nigeriana de Royal Dutch Shell “se opuso ferozmente” a que se hicieran análisis medioambientales y además “oculta información” sobre los miles de nigerianos que están expuestos a substancias tóxicas debido a que la limpieza del peor derrame de crudo en la historia del país africano está detenida, dijo el viernes un geólogo alemán contratado por la multinacional británico-holandesa para hacerse cargo de la limpieza.
Un estudio medioambiental encontró niveles “espectacularmente altos” de contaminación, con tierra “literalmente empapada en hidrocarburos”, dijo el geólogo Kay Holtzmann.
La limpieza se detuvo hace 17 meses como parte de un acuerdo extrajudicial británico en el que Shell pagó 83,5 millones de dólares a 15.600 pescadores y campesinos por daños de dos derrames de crudo causados por oleoductos viejos en el 2008 y 2009 que devastaron miles de hectáreas de manglares y arroyos.
Los abogados alegaron que se había derramado el equivalente a 500.000 barriles de crudo. Shell dijo que solo fueron 1.640 barriles e inicialmente ofreció a la comunidad una compensación de 50.000 dólares.
La firma británica que logró el acuerdo, Leigh Day, “ha estado abogando por la limpieza, los exámenes de salud de la población y las pruebas de los abastecimientos de agua desde el 2011, todo infructuosamente”, dijo. “Esta misiva muestra que incluso quienes fueron contratados por Shell están profundamente preocupados por el comportamiento de la empresa y su falta de transparencia”.
La carta de Holtzmann advierte que los niños que se bañan en los arroyos están en peligro de contaminarse con substancias tóxicas, al igual que la gente que bebe agua de pozos cavados a mano.