La belleza de convertir chanclas desechadas en las costas en arte
La belleza de convertir chanclas desechadas en las costas en arte
Por cada kilómetro cuadrado de océano se acumulan más de 45.000 objetos, según datos de la UNESCO. La basura marina ha aumentado un 100% en los últimos 40 años. Esto significa que cada día se arrojan ocho millones de objetos al mar cuyos impactos económicos generan un coste de más de ocho mil millones de dólares al año.
Las chanclas son unos de los materiales que más contaminan nuestras playas y costas, por ello, el grupo de conservación oceánico en Kenia, Ocean Sole, convierte la contaminación flip-flop en objetos de decoración como jirafas, rinocerontes o tortugas, llaveros o pulseras.
El keniata Francis Mutua es la persona encargada de este proyecto. «En los barrios marginales, la gente usa muchas sandalias», cuenta Mutua, de hecho, según recoge la misma Ocean Sole, para más de tres millones de personas son el único par de zapatos que posee. «Cuando terminan, las descartan». Hay personas que caminan, los recogen y los llevan al complejo». Y aquí comienza todo un proceso artesanal de materiales desechables convertidos en belleza y arte cuyo objetivo no solo es cuidar el medio ambiente sino también dar trabajo. Según apunta la propia asociación en su web, han pasado de tres empleados a más de 50. Además, sus productos se han vendido y exhibido en Roma, Londres, Nueva York, París, Ámsterdam, Singapur y Australia.
Ocean Sole fue fundada en 1997 por la conservacionista keniata Julie Church, que ve el proyecto como una forma de promover cambios en la forma de vivir de las personas.
Los trabajadores recogen las chanclas lavadas y las llevan a las oficinas centrales de Ocean Sole para que las limpien y clasifiquen. Allí, se pegan, se lijan y se les da nueva vida.