Mueren nueve rinocerontes negros en peligro de extinción tras ser trasladados en Kenia

Nueve rinocerontes negros, una subespecie en peligro crítico de extinción, han muerto en la reserva natural de Tsavo, al sur de Kenia, apenas dos semanas después de ser trasladados desde Nairobi y del lago Nakuru. El ministro del Ministerio de Turismo y Medio Ambiente, Najib Balala, ha confirmado este martes la muerte del noveno animal, mientras que los otros ocho rinocerontes fallecieron el pasado viernes. Actualmente, solo quedan vivos cinco de los 14 rinocerontes trasladados.

Mulie Muia, director de comunicación del Ministerio de Turismo, ha explicado que la investigación preliminar apunta a que los rinocerontes murieron por beber agua salada, ya que en su hábitat natural había agua dulce. Los miembros del servicio de protección animal de Kenia apuntan que cuánto más bebían los animales, más sedientos estaban, lo que llevo rápidamente a un envenenamiento por sal, aunque se ha abierto una investigación independientes para confirmar la causa de la muerte, informa la BBC.

Najib Balala ha suspendido de forma inmediata el traslado de los animales que se estaba realizando en colaboración con la World Wide Fund for Nature (WWF). Los rinocerontes con vida están siendo examinados minuciosamente. «El propósito de este traslado era comenzar una nueva reserva de rinocerontes», ha aclarado el ministro. «Esta tasa de mortalidad no tiene precedentes en el servicio de operaciones del medioambiente de Kenia».

Paula Kahumbu, una de las ecologistas keniana más destacadas, ha descrito este hecho como «un completo desastre». En el mundo solo quedan alrededor de 5.500 rinocerontes negros, todos ellos en África y unos 750 en Kenia.

Este ha sido el primer traslado de rinocerontes negros a Tsavo, desde 1990, área que originalmente contaba con 2.000 rinocerontes, según Save the Rhino. Sin embargo, actualmente se calculan que solamente hay entre 10 y 20, según The Guardian. Kenia no es un destino tan común como otros países del sudeste de África. «En Kenia, los traslados se realizan cada tres y cuatro años, mientras que en otros países los traslados son anuales», ha explicado Dean. El traslado conlleva ciertos riesgos para los animales pues hay que dormirles durante el viaje y despertarles cuando se llega al destino.

Cathy Dean, directora ejecutiva de Save the Rhino ha apuntado que «lo más importantes ahora para Kenia es llevar a cabo una adecuada investigación sobre los hechos». Esta petición ha sido apoyada por el ministro que ha invitado a expertos de otros países de Sudáfrica para investigar si hubo negligencias a la hora del traslado y ha asegurado que los resultados de la investigación se harán públicos lo antes posible.