El 80% de las 10.000 hectáreas de terreno que fueron arrasadas en agosto de 2019 en Gran Canaria por dos grandes incendios forestales ya se han recuperado a nivel paisajístico, mientras que en el 20% restantes se observan todavía señales del paso del fuego.
Por qué es importante: este lunes se cumple un año de la declaración del primero de los dos grandes incendios forestales que afectaron a las cumbres de Gran Canaria en 2019. La regeneración del paisaje de la zona está siendo muy rápida, según ha explicado el jefe de Emergencias de la isla, Federico Grillo.
La regeneración de estas zonas «va rápido y gran parte de la superficie está recuperada»» con apenas un «20-25% que aún muestra señales de los incendios» por ser lugares «donde hubo alta intensidad de fuego» y donde comenzó con afección de copas, una «herida que tarda más tiempo en desaparecer», ha explicado Grillo.
Las zonas de pastizales se han recuperado en unos meses, los matorrales tardarán unos años y la gran mayoría de la superficie del Pinar de Tamadaba está recuperada, ha explicado. «A escala paisajística, hay poco daño visible a día de hoy». Además, se estimó que el fuego había afectado a 300 hectáreas repobladas en años anteriores que «se dieron por perdidas», pero en otoño el 95% rebrotaron.
Gran parte de los terrenos afectados por las llamas «se ha recuperado por sí misma» y habrá zonas en las que «se adelantará el proceso con repoblaciones y ayuda a la regeneración», ha dicho Grillo, que ha señalado que «la naturaleza está acostumbrada a regenerarse tras el fuego», ya que es «parte del ciclo».
Además de los trabajos de regeneración y de recuperación del paisaje, se ha mejorado la vigilancia «con proyectos que ya están en marcha como Alertagran», con la instalación de 18 nuevas cámaras de vigilancia que se suman a los vigilantes de torre, o la profesionalización de los trabajadores. También se está «mejorando el mapa de actuaciones con áreas cortafuegos que ahora se sabe que funcionan».
«No hay ningún territorio protegido al 100% frente al fuego», por lo que hay que trabajar en «ser contundentes y rápidos en la respuesta», para que no haya víctimas ni daños, así como la información y comunicación adecuada, prevención y el cuidado de las zonas de cumbre, ha señalado Federico Grillo.
La consejera de Medio Ambiente, Inés Jiménez, ha incidido en esta cuestión haciendo una «llamada de atención sobre la precaución y para cuidar el territorio», porque el cuidado no solo debe hacerse «con recursos y personal, sino también de forma constante con medidas de prevención», como limpiar de vegetación el perímetro de las casas, en un radio de 15 metros.