La alimentación deja en España una huella de 3,6 toneladas de CO2 per cápita
ALVARO BARRIENTOS | AP
La huella de carbono de la alimentación se ha multiplicado por cuatro en términos totales y por 2,5 en términos per cápita entre 1960 y 2010, hasta las 3,6 toneladas de dióxido de carbono anual per cápita en España, según un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) difundido este martes.
Lo más importante: los resultados del estudio muestran que la huella total de carbono en la alimentación en España pasó de 1,5 a 3,6 toneladas de dióxido de carbono per cápita al año entre 1960 y 2010.
Investigadores de la UPM han coordinado un proyecto, bajo el auspicio de la Real Academia de Ingeniería, en el que analizan las emisiones de gases de efecto invernadero en el sistema agroalimentario en España.
Los investigadores han contabilizado las emisiones generadas no solo en campos de cultivo y granjas, sino también las que ocurren, por ejemplo, durante la fabricación de fertilizantes, la generación de electricidad, la producción de materias primas importadas para piensos y la gestión de residuos.
Las emisiones de gases de efecto invernadero de la producción vegetal se multiplicaron en ese periodo por 5, pasando de 7 a 34 millones de toneladas anuales de CO2, mientras que las vinculadas a la ganadería crecieron de 8 a 75 millones de toneladas anuales.
El 81% de las emisiones derivadas de la producción de alimentos está asociado a alimentos de origen animal, que representan 1,6 toneladas de dióxido de carbono per cápita al año, frente a 0,4 toneladas ligadas a alimentos de origen vegetal.
En un comunicado, los expertos han destacado que existe un «gran potencial de mitigación» en el sistema agroalimentario español, mediante «cambios en el manejo de los agroecosistemas y en el resto de los eslabones de la cadena», como la reducción en el desperdicio de alimentos y hábitos de consumo más sostenibles.
